'Secretos de guerra': La amistad puesta a prueba por los nazis
La película Secretos de guerra habla del final de la infancia y la entrada en el mundo de los adultos.
Un pueblecito holandés, en los años de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación del pequeño país por los nazis. Tuur y Lambert son dos chavales, íntimos amigos, que se divierten juntos todo el tiempo, viviendo mil aventuras en el bosque cercano y en una cueva.
Por un lado, llega al pueblo una niña nueva, Maartje, a vivir con unos parientes; y aunque al principio es Lambert la que le presta atención, pues la chica rebosa viveza y simpatía, poco a poco va ganando confianza, ¿tal vez el primer amor?, con Tuur. Además, la familia de Lambert colabora con los alemanes, mientras que la de Tuur, clandestinamente, está ligada a la resistencia. Aspectos que los mayores no saben explicar y compartir con los chicos, que deben aprender el sentido de estas diferencias de criterio y actuación por su propia y a veces amarga experiencia.
Una notable película familiar y de corte pedagógico de Dennis Bots, que adapta para la ocasión una novela de Jacques Vriens. Sirve para introducir a los más jóvenes en cuestiones como la persecución de los judíos a cargo de los nazis, o las divisiones que puede producir la guerra. Quizá el planteamiento, aunque realista y audaz, es algo suave, seguramente para hacer la propuesta adecuada y digerible para los más jóvenes. En cualquier caso resulta tremendamente sugestivo el tratamiento de la entrada de los niños en el mundo de los adultos, señalando además cómo les afecta hondamente la falta de confianza, la ocultación de lo que los mayores consideran que debe permanecer secreto, ignorando que tal silencio puede hacer más daño que otra cosa. La idea de la amistad puesta a prueba, y de las heridas afectivas que uno sufre al crecer, recuerdan a una grandísima película de niños durante la guerra, la obra maestra de Louis Malle Adiós muchachos, que se basaba en recuerdos personales.
La guionista Karin van Holst Pellekaan explica que Secretos de guerra “es diferente a cualquier otra película sobre la Segunda Guerra Mundial porque se desarrolló en El Sur de Limburgo y por su posición geográfica, la interacción con los alemanes era muy común, eran vecinos, se puede decir que en muchos casos se consideraban Familia y la gente en esa zona no llegaba a distinguir quienes eran los buenos y quienes los malos. Esto me dio la oportunidad de pensar en escribir algo con ‘tonos grises’. Los buenos y los malos no eran blanco o negro.”
Por su parte, el director afirma que le motivó mucho la idea de que los niños pasaran de ver la guerra como algo ajeno, casi un juego, a algo que les afecta personalmente. Lo que quizá también puede lograr el film con sus jóvenes espectadores.