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“Cualquier niño, si está motivado, puede lograr aquello que se proponga”

El método Kumon es un sistema de aprendizaje disponible en dos modalidades en España, matemáticas y lectura, ambas con un objetivo común: infundir confianza a los alumnos para que se conviertan en personas autodidactas. Hablamos con Alberto Tejerina, director de Kumon España.
Laura García RuedaMartes, 19 de enero de 2016
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Alberto Tejerina.

El sitema de aprendizaje que propone Kumon se basa en la realización de unos cuadernillos compuestos por series de ejercicios –en España, de lectura o matemáticas–, que se repiten tantas veces como requiera cada alumno con el objetivo de que éste desarrolle al máximo su potencial en el área en cuestión. Para ello, como ha explicado a MAGISTERIO el director de Kumon en España, Alberto Tejerina, parten de una premisa: cualquier niño, independientemente de su capacidad, tiene un enorme potencial por desarrollar.

Uno de los rasgos diferenciadores de Kumon es que se adapta a cada niño. ¿Falta individualización en el sistema educativo español?
Absolutamente. Pero no lo digo en detrimento de los profesores, al revés, tienen un papelón. Con una clase de 30 alumnos y un currículo por cubrir, es imposible trabajar de manera que todo el mundo se quede plenamente satisfecho, habrá a quien la materia no le suponga ningún reto mientras que para otros será una meta inalcanzable. ¿Cómo conseguir tener una clase de 30 completamente motivada? Desde mi punto de vista es imposible.

¿Hay sitio para los que están por encima o por debajo de la media en Kumon?
Totalmente. Por ejemplo, tenemos chavales que van por debajo del nivel escolar y están acostumbrados a un fracaso tras otro. Con ellos lo que hay que recuperar es la autoestima. Así que cuando llegan aquí, les ponemos tareas acordes a su capacidad para que vean que obtienen logros y que reciben motivación de los adultos para ello.

Entonces, ¿no hay malos estudiantes?
Desde mi punto de vista no existen. Tenemos que saber adaptarnos a ellos y motivarles porque cualquier niño motivado puede alcanzar aquello que se proponga, pero lograr esto en la Educación tradicional es dificilísimo.

Con este planteamiento de que, con motivación, cualquier alumno puede lograr el reto que se proponga, ¿tiene algún sentido aquello de “yo soy de letras, yo de ciencias”?
No, es cuestión de los estímulos que reciban. Aquí hay un factor fundamental que influye en la Educación, la familia. Por ejemplo, es muy difícil fomentar la lectura en los alumnos si en casa los padres no leen habitualmente. Por ello, es una ayuda inestimable que los padres se involucren, se preocupen por lo que hacen sus hijos, les motiven y les reconozcan el trabajo.

De hecho, en el método Kumon el papel de la familia es clave.
Sí, les pedimos que estén perfectamente informados de en qué están trabajando sus hijos. No tanto para que les ayuden al hacer la tarea, ya que fomentamos el autodidactismo, pero sí para que creen el entorno necesario para que los chavales se sienten a estudiar, les motiven y refuercen.

Les pedimos también que se fijen en lo positivo y no en los errores. Es increíble lo que puede ayudarnos el estímulo de un padre, porque los niños buscan continuamente su aprobación.

¿Se está dejando de lado este rol de los progenitores en la Educación? ¿Han delegado demasiado en el colegio?
Muchas veces en las instituciones educativas, otras en los abuelos, en el cuidador, etc. Es una pena, pero es el mundo en el que vivimos. Por eso, en Kumon el primer día tenemos una entrevista muy intensa con los padres para explicarles cuál ha de ser su papel, pero no lo conseguimos en todos los casos. Si los padres no colaboran, intentaremos hacer lo imposible porque funcione; pero si lo hacen, los resultados serán infinitamente mejores.

En su empeño por promover el autodidactismo, Kumon no cuenta con clases al uso, son los niños quienes trabajan solos con un profesor que no imparte una lección, sino que ejerce como guía. ¿Qué características debe reunir un docente de Kumon?
No se trata de un profesor tradicional. Lo que realmente nos interesa es que sean personas que tengan vocación educativa, mano con los niños y empatía; que sean capaces de motivar a los chavales.

Además, tienen que tener una capacidad de observación brutal, ya que hay muchos casos distintos y ésta es la clave para lograr que cualquier niño que venga a nuestra clase se vaya con la sensación de éxito.

Además de la ausencia de clases tradicionales, al entrar en un aula de Kumon llama la atención el hecho de que niños de distintas edades estén en el mismo espacio trabajando de manera individual. ¿Desecha Kumon el trabajo en equipo?
El trabajo en equipo es fundamental y, si bien no es algo que trabajemos expresamente en nuestros centros, muchos de nuestros alumnos, cuando están por encima del nivel escolar, nos cuentan que ayudan a sus compañeros, les dan explicaciones, etc. De manera que no solo son capaces de trabajar en equipo, sino que pueden liderarlo.

Volviendo a la razón de ser del método, más allá de lograr que los niños desarrollen su potencial en comprensión lectora y en matemáticas, ¿intenta también transmitir una serie de valores?
Tratamos de mejorar la sociedad. Toru Kumon, el creador del método, consideraba que lograr niños mucho más preparados permite que se preocupen mucho más del resto. Quería hacer a los niños mejores, por eso fomentamos valores como la cultura del esfuerzo, la conciencia de que sus conocimientos pueden ayudar a los demás y la capacidad de decidir lo que quieren hacer en un futuro.

En la primera etapa del método, el objetivo que se busca es lograr generar confianza y, también, crear hábito de estudio. ¿Qué opinión tiene sobre los deberes?
Son necesarios, pero ahora mismo la carga lectiva que tienen los chavales es una barbaridad y los padres tienen que aprender a seleccionar mejor entre las actividades que realizan. Además, en Kumon fomentamos la eficiencia, que lo que se puede hacer en diez minutos, no se haga en una hora. Kumon ayuda a esto, a ser conscientes de que el tiempo es muy valioso y de que cuando nos dedicamos a algo es necesario hacerlo con la mayor intensidad posible.

Yendo ahora a la implantación del método a nivel mundial, Kumon está presente en 49 países, ¿el método encaja igual en todos ellos?
En cada uno tenemos que adaptar un poco esta filosofía a nuestra forma de ver la vida. Por ejemplo, ahora mismo, la permanencia media en España es de 26 meses, mucho más alta que en Reino Unido pero, sin embargo, aquí nos encontramos con niños muy dependientes, hay una sobreprotección brutal de los pequeños.

Para terminar, ¿cuál es la aspiración de Kumon en la actualidad?
Toru Kumon quería llegar a todos los niños para hacer un mundo mejor. Desde Kumon España, nuestro reto es llegar a todo el país.

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