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“El Pacto debe tener como premisa fundamental la certidumbre”

El ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró la semana pasada que “el Pacto Nacional por la Educación es necesario y conveniente para consolidar una España de oportunidades que ofrezca a todos los jóvenes la posibilidad de formarse adecuadamente. Es una ambición que merece la pena.”
Diego FranceschLunes, 21 de marzo de 2016
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Así lo dijo en la inauguración de la XXX Semana de la Educación de la Fundación Santillana, donde recordó que este pacto debe tener “como premisas fundamentales, en primer lugar, la certidumbre. A semejanza de la Constitución de 1978, que se hizo sobre la base del consenso y la perdurabilidad, un Pacto Nacional por la Educación debe implicar que cada nuevo gobierno no deshaga lo hecho anteriormente.”

“Una de mis tareas fundamentales como ministro ha sido y es aprender de esas diferencias, procurar interpretarlas e incorporarlas, en la medida de lo posible, a una visión más amplia en la que primen, por encima de todo, los intereses generales”, dijo.

La segunda premisa fundamental del pacto –según Méndez de Vigo– sería “tener una vocación de globalidad con el objetivo de alejar la Educación de debates y polémicas de corto alcance, como podría ser el eslogan Lomce sí, Lomce no”. La Lomce es una modificación de la ley anterior y carece de esa vocación de globalidad. En este sentido, recordó que el pasado mes de agosto –nada más llegar al Ministerio– convocó a las comunidades autónomas y a los sindicatos “para presentarles una serie de propuestas concretas sobre las que empezar a construir ese pacto”.

Méndez de Vigo resaltó que llegó al Ministerio “con la intención de escuchar y dialogar con todos, ya que la Educación requiere la participación de todos”, de ahí que centre sus esfuerzos, fundamentalmente, “en los principales actores del sistema educativo: los padres, los docentes y los alumnos”.

Propuestas para el pacto
El ministro defendió la necesidad de “una Educación de calidad capaz de formar ciudadanos autónomos, libres y responsables, con las competencias necesarias para integrarse social, cultural y laboralmente”.

Méndez de Vigo dijo también que “una enseñanza de calidad es una enseñanza inclusiva”, y aseguró que “la convivencia debe ser un elemento fundamental que presida la formación de nuestros estudiantes, la capacitación de nuestros profesores y la vida de nuestros centros”. En este punto recordó que el Ministerio trabaja desde hace meses en un Plan Nacional de Convivencia, que es “un elemento indispensable para un pacto educativo”.

Para Méndez de Vigo es fundamental que las familias tengan “derecho de elección de centros y modelos educativos”, y por eso ha defendido “el modelo de enseñanza concertada como forma de hacer efectivo ese derecho”. De la misma manera ha apostado por la “transparencia y la rendición de cuentas” con “las evaluaciones externas del alumnado, el profesorado y de los centros educativos como instrumento fundamental”.

El ministro apuesta también por una “Formación Profesional de prestigio” y “una Formación Profesional dual como punto de partida para la mejora de la inserción laboral”, a la vez que recordó que el compromiso del Gobierno en el ámbito universitario es que los ciudadanos puedan acceder a una universidad pública de calidad, y que nadie con la capacidad y el interés de cursar estudios superiores deba abandonarlos por razones económicas”.

El ministro aseguró finalmente que “el principal capital que posee una sociedad es el humano”. De ahí que haya dicho que “la mejor forma de incrementar la riqueza de una sociedad y el bienestar de sus ciudadanos es invertir en ese capital, es decir, invertir en Educación”.

En este sentido, Méndez de Vigo defendió las becas como “un derecho del estudiante” y recordó que “en los momentos más duros de la crisis el Gobierno ha mantenido las becas como un derecho y ha incrementado las partidas”.

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