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“Educar es vital para crear personas felices y autónomas, no para competir”

El periodista y divulgador Carles Capdevila nos desgrana su concepto de Educación, un proceso positivo, reivindicativo y divertido, que debe recuperar el protagonismo y ser entendido en la sociedad “no como un gasto sino como una inversión”.
Estefanía MartínezMartes, 29 de marzo de 2016
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Carles Capdevila.

Su particular sentido del humor y una experiencia personal de 20 años compaginando su labor como padre de cuatro hijos con la de periodista, le han llevado a convertirse en uno de los divulgadores sobre Educación y paternidad más populares en España. A su juicio, hace falta recuperar la naturalidad y que la Educación “vuelva a ser el centro de todo”, entendida no como un problema sino como una solución.

¿Qué es para ti educar?
Educar es más una actitud y tiene que ver con entender tu misión, que debe ser espabilar a los pequeños y controlar a los mayores. La Educación de hoy en día se ha sofisticado en muchos aspectos, afortunadamente, pero a veces con tantos mensajes la confundimos con métodos concretos u objetivos de formación. La Educación es algo central, mucho más importante y que se resuelve con esta misión que te comentaba, espabilar y controlar. Esencialmente, es un carril para potenciar al máximo las posibilidades de tus hijos para que lleguen a ser autónomos, tengan autoestima, sean felices, sepan relacionarse y quieran arreglar el mundo. Todo esto no tiene que ver con la formación concreta sino con que tengan oportunidad de equivocarse, caerse, ensuciarse o jugar solos, pero al mismo tiempo tengan unos padres que les rodeen de mucho cariño, amor incondicional y mucho criterio. Es decir, si hay algo que no me gusta te lo diré y si te digo que no, será que no.

Es periodista, trabaja en radio y televisión, pero ¿desde cuándo está ligado al mundo de la Educación?
Llevo 20 años compaginando la paternidad con el periodismo, pero siempre he realizado como hobby algunas conferencias y charlas sobre Educación, incluso un programa de radio durante cuatro años. El verano pasado ocurrió algo misterioso; al mismo tiempo que me diagnosticaron un cáncer, una de mis conferencias sobre Educación se hizo viral y llegó a más de un millón y medio de visitas en YouTube. A día de hoy, tengo más de 150 peticiones de conferencias por toda España y otros países como Argentina o Chile. Antes del vídeo hacía, como mucho, una conferencia a la semana, ahora hago una cada día prácticamente y, aún así, no puedo cumplir todas las peticiones que tengo. Además, dentro de poquito voy a sacar mi nuevo libro, Educar con humor. Mi objetivo a partir de ahora es dedicarme a temas educativos, ya que es algo que me hace feliz y me hace sentir muy útil. Se me han abierto oportunidades para hacer algo que me encanta, hablar de Educación y ayudar a las familias a que se desacomplejen y a que diviertan un poco más. Cuando acabo la conferencia veo a la gente más sonriente, más positiva. Mi situación vital me obliga a hacer cosas que me diviertan y me den buen rollo, ya que mi cuerpo está luchando y tengo que tener las defensas fuertes. En este sentido, estar rodeado de maestros y padres me hace sentir bien acompañado.

¿Sobre quién debe recaer el peso, colegio o familia?
La responsabilidad central ha de ser de los padres, tenemos que entender que la Educación es algo vital para crear personas felices, autónomas y que arreglen el mundo, no algo que consista en competir para ver si mi hijo toca el piano antes que el resto de niños. Hay una confusión muy grave entre Educación y formación, lo que nos lleva a no dejarles crear o jugar solos, ahora todo está reglado. Incluso el fútbol, que era algo muy divertido, ahora se ha convertido en una escuela profesional con entrenador desde los cinco años. Sin ser nostálgico, creo que nos estamos perdiendo esta oportunidad de crecer, de que caigan, que ocurran cosas y tengan problemas. Hemos entrado en una sobreprotección y una obsesión por el éxito en lugar de por el equilibrio, que para mí es lo contrario. Si le gusta mucho jugar al fútbol, yo me ocupo de que no juegue tanto y que estudie más. No hay que especializarlos desde niños esperando que sean virtuosos o nosotros especializarnos en querer ser padres perfectos leyendo manuales. Ni nuestro hijo será un genio, ni nosotros seremos perfectos. Por ello, vamos a divertirnos, educar lo mejor que podamos, con criterio, con alegría y dejándoles asumir responsabilidades con confianza, ya que nadie aprende si no le das confianza.

¿Es este uno de los errores en el que caen los padres a la hora de educar a sus hijos?
Es el error de las familias motivadas, aquellos padres que se interesan, leen manuales o van a las charlas. A veces me sorprende que este tipo de padres pierdan el sentido común básico de enfrentarse a su hijo con serenidad. Cuando hace falta un manual de 500 páginas para aprender a decir que no a tu hijo, algo falla, hemos perdido un poco el sentido común. No defiendo hacerlo como antes, defiendo hacerlo como ahora, con información, psicólogos y pedagogos, pero una vez tengamos toda esa información, hay que divertirse y experimentar sin estar acomplejados. Lo más grave es que el exceso de pedagogía, psicología y métodos mal interpretados genera padres angustiados y desconfiados. Lo que es evidente es que un progenitor tiene que ser una persona con seguridad.

¿Cuál es el reto más importante al que se enfrentan los padres?
Hay dos retos grandes en este sentido. Por un lado, la escuela se enfrenta al reto de entender este mundo conectado con acceso a la información. Tanto la escuela como los padres tenemos que educarnos rápido, aprender a conectar y desconectar para poder enseñarlo. Un segundo reto sería recuperar la naturalidad de educar y que la Educación vuelva a ser el centro. Entender que no es un gasto sino una inversión, no es un problema sino una solución. Conseguir que el discurso de la paternidad y la Educación sea positivo, reivindicativo y con alegría. No hablemos de lo terrible que es educar a un niño sino de lo maravilloso que es poder formar a personas. Hablemos de la huella que dejan los buenos maestros, ya que son los que cambian la vida e impulsan a sus alumnos a sus máximas capacidades.

Desgraciadamente el tema del acoso escolar está muy a la orden del día, ¿cómo deben afrontar los padres estas situaciones?
Cada vez sabemos más cosas, por lo tanto es normal tener más preocupaciones. Lo más importante es estar cerca de tus hijos y conocerlos. Muchas veces el problema es que no podemos ayudar, simplemente no estamos, tenemos que hacer una reflexión y acompañar a nuestros hijos un poco más. Además, hay que entender que el sentido común es básico. Distinguir entre acoso escolar y otras situaciones es un reto muy difícil. Casi siempre los consejos son los mismos, conocer bien a tus hijos o detectar algún cambio de conducta.

¿Quizá se falla en la detección?
Sí, por eso es clave saber crear confianza con tus hijos para que se abran un poco. Hay temas graves que afortunadamente se saben, y saberlos nos lleva a asustarnos antes de tiempo, por lo tanto es un reto complicado como padres. La solución siempre es la misma y pasa por conocer a tu hijo, estar presente y crear un clima de confianza para acompañarlo en las dificultades, requiere mucho tiempo y, a veces, los padres queremos resolver todo en el momento. Pero la Educación es lenta, es una inversión muy segura a largo término pero que requiere muchas horas.

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