Ángel Felpeto: La Educación requiere que todos los agentes se coordinen
Nombrar el pacto cuando se habla de Educación resulta tan manido y anodino que toda formulación que se haga alrededor de esta palabra, por más que sea seria, se recibe con escepticismo. Y ese es un indicio de que no estamos haciendo bien las cosas, porque la Educación requiere que todos los agentes que la desarrollan se organicen, se coordinen, se planifiquen, y nada de eso se puede hacer sin pactar.
¿En qué consistiría el pacto? Pensando en que la Educación es una realidad asentada sobre cuatro pilares –alumnado, docentes, Administración y familias–, se trataría de hacer una propuesta para cada uno de los ámbitos.
En lo tocante a al alumnado, los principios que podrían inspirar un pacto son el éxito académico, puesto que no hay ningún estándar de calidad de la Educación que esté por encima de que el alumnado promocione y progrese; la inclusión, porque la escuela pública debe ser un espacio normalizado con cabida para todos; la convivencia, dado que la institución escolar es un trasunto de la sociedad y de nuestro modo de coexistir; y la atención diferenciada, puesto que no hay signo de desigualdad más marcado que la homogeneidad.
En lo referente a las familias, es necesario que utilicemos los cauces existentes para la participación, que conduzcan, a su vez, a crear un marco común de corresponsabilidad y de coordinación de tal manera que un objetivo común nos haga ceñirnos al cuarto de los principios básicos en este campo: la cooperación. Los Consejos Escolares deben ser ese lugar de encuentro.
El profesorado, por su parte, requiere respeto y autonomía en el ejercicio de su profesión, objetivo que debe venir acompañado de una formación inicial y permanente seria y acorde con su tarea. De la misma manera, debe llevarse a cabo, sin demora, un proceso de dignificación y progresiva mejora de sus condiciones laborales que incluya un marco estatutario donde, a su vez, se contemple una carrera docente.
Los responsables de las distintas administraciones, por su parte, tenemos la obligación de reducir las distancias, primero, entre nosotros, miembros de distintos ámbitos de gestión territorial que debemos actuar con la lealtad y espíritu cooperativo. La ciudadanía también tiene expectativas de que las distancias entre sí y las propias administraciones se reduzcan, en busca de la conciliación de intereses del resto de los participantes en el proceso educativo, sin que eso comprometa el cuarto principio del pacto en esta esfera: la moderación y racionalización del gasto.
Ángel Felpeto
Consejero de Educación de Castilla-La Mancha