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Un necesario cambio de paradigma para los alumnos con altas capacidades

Según Martín Lobo, “se debe conocer cómo va progresando su alto potencial desde el sustrato neurobiológico, que aporte nuevos enfoques para diagnósticos e intervenciones de su desarrollo.
Adrián ArcosMiércoles, 13 de julio de 2016
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¿Cómo detectar las altas capacidades? ¿Cómo elaborar programas para alumnos con altas capacidades? Son preguntas que pueden hacerse los docentes y que trató de responder Pilar Martín Lobo, doctora en Psicología y directora del Máster de Neuropsicología de la UNIR. Para ella, “es importante elaborar una intervención fundamentada, estructurada y planificada, en la que se valoren mucho las actividades y los recursos concretos”. Además, “en el caso de los alumnos con altas capacidades, es necesario un cambio de paradigma multidisciplinar y neuropsicológico para profundizar en el funcionamiento de su mente”.

Según Martín Lobo, “los resultados muestran diferencias significativas entre los estudiantes con dificultades de aprendizaje y los que no tienen, y de aquellos con altas capacidades con ambos grupos en los aspectos neuropsicológicos estudiados de funcionalidad visual, auditiva, motriz, espacio-temporal, de lenguaje y de memoria”.

Martín Lobo explicó que los niños con altas capacidades tienen un nivel de inteligencia muy por encima de lo normal (un CI de 130 o más) asociado a una mayor maduración del procesamiento de la información. Además, presentan un desarrollo superior de los procesos metacognitivos, mayor capacidad en la resolución de problemas, aumento de la creatividad y motivación intrínseca hacia el aprendizaje.

Estudios comparativos entre niños con altas capacidades y niños normales muestran superioridad en las funciones ejecutivas; en la velocidad de procesamiento; en el desarrollo de habilidades sensoriales, motores, neuropsicológicas y de lenguaje; y en las capacidades atencionales.

Menor consumo de energía
Los cerebros de los niños con altas capacidades tienen una mayor eficacia, y también consumen menos energía. Asimismo, muestran actividad cerebral más específica y simultánea, una mayor eficiencia relacionada con una mayor mielinización neuronal. Además, se da una conectividad mayor en zonas del cuerpo calloso; mayor transferencia de información entre un hemisferio y otro; y superioridad en el razonamiento fluido, la memoria de trabajo visuoespacial y las capacidades creativas de estos niños.

En registros electroencefalográficos se ha encontrado que los alumnos con altas capacidades activan más el hemisferio derecho en tareas mentales visuales y muestran una red neuronal más coordinada espacial y temporalmente. Pilar Martín Lobo advierte de que “es necesario conocer cómo se va desarrollando su alto potencial desde el sustrato neurobiológico, que aporte nuevos enfoques para diagnósticos e intervenciones de su desarrollo, no solo de inteligencia, también de todo su potencial, de creatividad y actitudinales para proporcionar la respuesta educativa a sus necesidades”.

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