Hacia un mejor ajuste entre oferta y demanda
La familia profesional sanitaria es la que acumula mayor número de titulaciones de Formación Profesional de Grado Superior. También es la que guarda mayor relación con el sector público, tanto en la inserción laboral posterior como en la definición previa y la regulación de competencias, atribuciones y retribuciones. Pese a ello, más de la mitad de los centros que imparten formación sanitaria son privados.
Entre tal diversidad de especialidades, encontramos algunas con gran demanda estudiantil y escasa empleabilidad, y, en cambio, otras menos atractivas pero más necesarias. Esta situación pone sobre la mesa varias cuestiones: la importancia de la información y la orientación académica y profesional para los jóvenes; la conveniencia de revisar la oferta educativa en aquellos títulos con menos demanda profesional; y la eventual necesidad de orientar algunas titulaciones hacia el campo de la investigación, más que al de la salud.
En cuanto a la Formación Dual, si bien parece necesaria para algunas titulaciones, su desarrollo es bastante improbable en la mayoría. La regulación de las profesiones sanitarias, su estrecha relación con el empleo público y la responsabilidad jurídica que conlleva el trabajo de los aprendices sobre los pacientes dificultan el desarrollo de la Formación Dual, al igual que ocurre en otros países de Europa. El campo de la investigación biomédica puede ser más receptivo a este modelo formativo.