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De cómo la danza y el trabajo duro desatan la ilusión de los alumnos

Esto no es un selfie! Eneus! es un proyecto pedagógico desarrollado por Paso a 2 Plataforma Coreográfica y la asociación Territorio Social en tres institutos madrileños.
Estrella MartínezMartes, 28 de marzo de 2017
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Nada más llegar al Centro Cultural Eduardo Úrculo de Madrid, la emoción se palpaba en el ambiente. Organizadores, jóvenes responsables de entregar los programas del acto, jóvenes solícitos que ejercían como acomodadores colocando al público en sus sitios, y público, muchos jóvenes que han participado en esta iniciativa pedagógica, pero que no lo hacían en esta representación final grupal. Todos muy ilusionados y excitados. Sobre el escenario Laura Kumin, presidenta de Paso a 2 Plataforma Coreográfica. Kumin comenzó diciendo lo que probablemente muchos pensaban: “Hoy es un día muy especial para nosotros”.

El papel de Kumin era el de presentar Esto no es un selfie! Eneus!, un proyecto pedagógico desarrollado por su plataforma y la asociación Territorio Social en tres institutos madrileños: IES “Nuestra Señora de la Almudena”, IES “Dámaso Alonso” e IES “Lope de Vega”, con alumnos de 3º, 4º de ESO y 1º de Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza, respectivamente. Con el proyecto los alumnos han trabajado “el cuerpo, el movimiento y la creación”, explicó Kumin, ya que la idea es que “cada uno tome las riendas de su propia creación”. Kumin quiso destacar la importancia de que este proyecto se haya realizado “dentro del horario lectivo”, por lo que “para nosotros lo más importante para entrar en un instituto es tener la complicidad de los profesores”, también presentes en el acto.

Durante el curso 2015-16 se realizó un proyecto piloto en el “Lope de Vega” y desde el pasado noviembre, y “gracias al apoyo de Obra Social la Caixa con su programa Art for change”, recalcó Kumin, Eneus! se ha podido trabajar en los tres centros. Desde entonces cada alumno ha trabajado una pieza individual que un compañero grababa a través del móvil, así como una coreografía colectiva que se presentó en el acto celebrado en el Centro Eduardo Úrculo. Las tres obras de cada una de las clases han nacido de preguntas como: ¿cómo nos vemos? ¿Cómo nos ven? ¿Cómo queremos que nos vean? Lo que ha llevado a los jóvenes a hacer un análisis de su realidad.

Los tres grupos hicieron sus interpretaciones, con la expresión corporal y la danza contemporánea como protagonistas, recibiendo los aplausos del público entregado. Cuando terminaron, todos querían hablar y muchísimos lo hicieron. Muchos de ellos emocionados, entre lágrimas, mientras recibían los aplausos del público.

Los chavales opinan
Todos, sin excepción, de los que reclamaron el micrófono para dirigirse al público, dieron las gracias por la iniciativa. La mayoría de ellos resaltó cómo el proyecto había conseguido unirlos. Un alumno, por ejemplo, dijo: “Mi clase era una guerra total y gracias a esto nos hemos unido. Hemos aprendido qué es la amistad y los compañeros”. Otra alumna afirmó: “Esto ha sido un antes y un después en mi vida. Nos hemos unido un montón con los profesores y con la gente de clase. Nunca había tenido una relación así”, arrancando los aplausos del público, al igual que ya lo había hecho su compañero.

Desde el público gritos de “te queremos” a los miembros de Territorio Social que han trabajado con ellos todos estos meses. No es raro que un alumno reclamara: “Más proyectos así, por favor”. Y es que “no todo es Matemáticas, Lengua, Ciencia. Así que gracias por haber hecho algo distinto, algo que nos gusta”.

Algunos alumnos bailarines bromearon con el hecho de haber perdido clase gracias a esta iniciativa, a lo que añadió otro de los participantes: “Esto es dar clase y no lo que hacemos a veces”.

Juan Manuel Ramírez, formador de la iniciativa, y miembro de Territorio Social, recordó emocionado a los chavales entre gritos y aplausos que “nadie os diga que no se puede porque se pueden conseguir cosas”. Un mensaje que completó su compañero, también formador y miembro de Territorio Social, Alejandro García Irgüen, “seguid investigando, creando, no perdáis la ilusión”.

Y así fue como 89 bailarines pasaron por el escenario del Eduardo Úrculo con tres piezas artísticas porque, como dijo un alumno, “gracias por ayudarnos a ser artistas”. Como explicó Kumin, “para nosotros era importante que actuaran en un teatro”. Otro alumno recordó las peleas, el agobio que supone crear una obra de estas características entre tanta gente, así que la experiencia ha supuesto más que “aprender a movernos y a crear nuestras propias coreografías”, como decía una alumna.

La tutora del grupo del “Lope de Vega” lo veía del mismo modo cuando consiguió el micrófono: “Estoy encantada, los he visto darlo todo. Motivados. Muy enriquecidos”, esta tarea implica “esfuerzo, trabajo, y fijaros ahora en la satisfacción tan grande que sentís”. La madre de una bailarina compartía la ilusión y pidió “más” porque lo que ella ha experimentado es que los chicos “se sentían bien”, a que “¿sí?”, les preguntó, a lo que respondieron a coro afirmativamente.

Entre tanta emotividad, destacaron las palabras de una alumna, que, llorando contó que estaba enferma y quiso dar las gracias por el apoyo que había recibido y por demostrar “que sí se puede”. Mientras que otro alumno concluyó: “Gracias por devolverme la fe en la Educación. En este mundo gris sois un rayo de luz”.

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