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Robótica, un recurso que va más allá de aprender programación

La construcción de robots no solo sirve para iniciarse en los lenguajes de programación, sino que es un buen medio para trabajar otros contenidos educativos.
Adrián ArcosMartes, 25 de abril de 2017
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Ese desconocimiento inicial que tienen los niños sobre cómo funcionan las máquinas y los juegos que utilizan, desaparece en cuanto aprenden a montar sus propios robots. En eso consiste la robótica, en crear, diseñar, construir, jugar, investigar, resolver retos… En una época en la que los niños tienen acceso constante a la tecnología, es importante que entiendan su funcionamiento, pero a la vez entrenan habilidades que les van a ser imprescindibles para su futuro.
“Saber programar y codificar permitirá a nuestros alumnos crear juegos, animaciones, postales digitales, escenas interactivas… una nueva manera de expresarse y comunicarse sin necesidad de ser programadores profesionales y que sin duda a la velocidad que se producen los cambios, serán habilidades imprescindibles para los próximos años”. Es lo que piensan Marta Reina y Sara Reina, asesoras de Innovación y Formación en el CTIF Madrid-Oeste –a quienes entrevistamos en la página siguiente–. Por eso, ellas son partidarias de incluir la robótica desde los primeros niveles educativos, como una nueva manera de expresión con un lenguaje propio como el musical, artístico, audiovisual, matemático o lingüístico.

En los últimos años, la robótica se ha configurado como un recurso eficaz tanto para el trabajo interdisciplinar como para la mejora en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Alfredo Sánchez, profesor de Tecnología de Secundaria, asegura que “existen dos enfoques claros: uno consiste en utilizar la robótica para aprender, y otro en aprender a crear robótica”. “El primer enfoque puede hacerse en cualquier momento, porque la robótica es un instrumento muy motivador y nos permite favorecer entornos de aprendizaje, mientras que el segundo enfoque es un proceso más adecuado a partir de los 8-10 años”, explica.

Usos en cada etapa
Normalmente, en las primeras etapas de Infantil y Primaria la robótica constituye un elemento muy motivador y un medio para trabajar otros contenidos educativos. También a estas edades tempranas ya se puede iniciar a los alumnos en la construcción de sencillos robots y en los lenguajes de programación.

Pero es en Secundaria cuando ya se empiezan a construir robots algo más complejos y se puede utilizar esta área para plantear preguntas, experimentar, explicar hechos y poner en práctica principios físicos, matemáticos y científicos. Y en Bachillerato y FP los alumnos pueden especializarse en programación, diseño, electrónica o mecánica.

Uno de los materiales más usados en robótica para los niños más pequeños es Lego Wedo, un kit especial de piezas de Lego que incluye un motor, un sensor de distancia y un sensor de inclinación y que tiene su propia programación. Aunque en estas edades, el software que suele utilizarse más es Scratch, con el cual se puede aprender a programar de una forma lúdica. A partir de 3º de Primaria se empieza a utilizar más Arduino, una placa electrónica programable que tiene más posibilidades, y con la que se puede hacer desde un robot hasta una aplicación domótica.

Formación del profesorado
En cuanto a la formación docente en robótica, Alfredo Sánchez advierte de que “es algo muy nuevo y desconocido, por lo que hace falta un poco más de tiempo para que se empiecen a ver cuáles de la experiencias que se están llevando a cabo son buenas y favorecen el aprendizaje y cuáles hay que mejorarlas, modificar o no seguir por ese camino”. Él recomienda a los profesores que se interesen por la robótica que “acudan a internet, ya que pueden encontrar un montón de buenas experiencias, gran cantidad de cursos –algunos de ellos incluso gratuitos– que te dan ideas de por dónde empezar”.
“Hay que cambiar mucho el chip”, asegura este profesor. En su opinión, “trabajar con robótica supone utilizar un instrumento que hace que el alumno se abstraiga mucho de lo que sucede en el aula y se centre más en lo que él está haciendo”. “Por eso es bueno que el profesor cambie el chip sobre cómo debe impartir su clase para que cada alumno pueda seguir su ritmo de aprendizaje”, recomienda. De hecho, la robótica funciona muy bien con metodologías como el trabajo por retos o por proyectos, en los que cada alumno puede avanzar a su ritmo.

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