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Teatro con toque de humor para concienciar a los adolescentes sobre el acoso escolar

La obra no tiene al alumno acosado como protagonista, sino al resto de personas que de una manera u otra también tienen su papel en el bullying.
Estrella MartínezMartes, 30 de mayo de 2017
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Ventrículo Veloz es una productora de teatro que tiene como objetivo llegar a un público joven de manera alternativa. Actualmente recorren centros escolares españoles –este año han pasado ya por más de 75 institutos– ;con la obra Papel, de Jose Padilla, que parte de hechos reales para denunciar el acoso escolar.

Los actores Ana Vayón y Juan Blanco representan esta obra narrada de manera no lineal que no tiene al alumno acosado como protagonista, sino al resto de personas que de una manera u otra también tienen su papel en el bullying: padres, medios de comunicación, compañeros de clase, etc.

Papel arranca con la idea que tienen varios alumnos de decorar una clase con papel higiénico para celebrar un macabro aniversario: hace un año que un compañero se hizo sus necesidades encima mientras estaba en clase. Esto le sucedió a Jokin Zeberio en 2004. Se suicidó antes de haber cumplido los 15 años. Hasta aquí la base real de la historia, tras la cual se suceden distintas situaciones protagonizadas por diversos personajes, algunas de las cuales son reales y otras perfectamente podrían serlo. Padres que quitan importancia al asunto, medios que lanzan mensajes sensacionalistas, etc. Al final de la obra se citan tres casos reales, incluido el de Jokin, haciendo que los espectadores sean conscientes de que están viendo algo más que una obra de teatro y dando paso a la reflexión.

Ana y Juan encarnan a un sinfín de personajes en esta obra de ritmo trepidante dividida en sketches. “Jose Padilla se metió mucho en el mundo youtuber y vio que los vídeos son muy cortitos”, explica Ana Vayón, de ahí la sensación de fragmentación y velocidad, “tiene que ver con el tipo de cosas que ven los chicos”. El lenguaje también es muy cercano al público adolescente, “para que les sea incluso divertido. Está bien que se rían y luego hablarles del problema desde ahí, desde un lugar que a ellos les resulte relativamente cómodo”, añade Vayón. Su compañero cree que el humor es uno de los grandes aciertos de la función. “Quiero creer que de esta manera se presenta el debate de forma más eficaz que con una simple charla. Un tema que es tan trágico se trata desde un punto de vista cómico, dinámico, con el que los chavales conectan. Esto hace que cuando va terminando la función, que se pone el asunto más serio, ya les has atrapado y creo que el mensaje cala más”. Aún así, Blanco define la obra como “no aleccionadora, simplemente presenta los hechos de una manera bastante fría. Son ellos los que sacan las conclusiones”.

Ana y Juan interpretan a tantos personajes porque “entendemos que el acoso escolar es un problema social, no es un problema solo de adolescentes”, apunta Vayón. “Todos tenemos una responsabilidad compartida en revertir esa situación”, añade.

A cada centro se entrega material didáctico para que puedan trabajar la función antes y después de que la hayan visto.

Después de la función, alumnos y actores protagonizan una charla, normalmente muy participativa. “En las charlas constatamos que es algo que están viendo constantemente. Ellos lo ven como algo normal y diario”, dice Vayón. “Yo creo que lo normalizan, que le quitan importancia”, añade Blanco. Ambos comparten la idea de que queda mucho por hacer, aunque a Blanco le alegra ver que sea un tema que cada día se visibiliza más. Vayón incide en el hecho de que “hasta 2004 no salta a los medios de comunicación el caso de Jokin, antes no se hablaba de acoso escolar, pero sí que me parece importante que los chicos y chicas cada vez lo tienen más identificado”.

En una de las charlas en las que estuvo presente MAGISTERIO, los actores sacaron un tema que tocan en todas sus funciones: por qué se produce el acoso. Uno de los alumnos respondió que “si no haces lo que los demás, eres el bicho raro”. Momento que aprovechó Blanco para decirle que estaba equivocado, que realmente los que acosan son una minoría. “Quien inicia el acoso es una persona, dos, tres, que por su carácter tiene una posición de poder dentro del grupo y arrastra a los demás. Por eso les queremos hacer ver que eso no es real, el tema de la presión del grupo, de ser diferentes. Si realmente te movilizas, puedes cambiar las cosas”. La mayoría no está compuesta por el acosador y el acosado, “son todos los demás, los que se dejan arrastrar, y es a ellos a quienes nos dirigimos” principalmente, concluye el actor.

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