Habilidades No Cognitivas, Funciones ejecutivas e inclusividad
La evidencia científica demuestra que trabajar la autorregulación en la escuela es la clave para que los niños mejoren tanto su rendimiento como sus habilidades emocionales y sociales. A su vez, estas mejoras conducen a una reducción en los niveles de acoso y violencia escolar, mayores y mejores expectativas educativas, menos abandono educativo temprano y, en definitiva, mayor bienestar a lo largo de la vida. Los beneficios sociales de trabajar de forma explícita la autorregulación en la escuela son, a la luz de la evidencia científica, muy superiores a los costes.
Asimismo, una escuela inclusiva, que garantiza la igualdad de oportunidades a la que todos los niños tienen derecho, requiere de maestros y personal formado en habilidades no cognitivas o habilidades de autorregulación. Tanto los niños con dificultades de aprendizaje como el déficit de atención con o sin hiperactividad o la dislexia, como los que tienen una valoración de trastorno del espectro del autismo o, en general, discapacidad intelectual, como los que no teniendo ninguna de las anteriores dificultades provienen de hogares en riesgo de exclusión social, encuentran en las dificultades de autorregulación o disfunciones ejecutivas una de las claves de su probable fracaso escolar, con los elevados costes personales y sociales asociados.
En concreto, ahora sabemos que las carencias materiales no son la principal causa de transmisión de la pobreza de padres a hijos, sino que el transmisor es el stress tóxico que caracteriza a estos hogares en los que, de forma lógica, lo urgente se antepone a lo importante, minimizando la posibilidad de que se desarrollen de forma adecuada habilidades esenciales como el autocontrol, la postergación de recompensas, la gestión de la incertidumbre, las habilidades emocionales y sociales y, en general, la capacidad de reflexión como determinante básico de la autorregulación.
El equipo de investigación de la Universidad de Murcia, liderado por el profesor Ildefonso Méndez, que está detrás del proyecto Habilidades no Cognitivas ha desarrollado un currículo de buenas prácticas avaladas científicamente conducentes a la estimulación de las habilidades no cognitivas desde los 4 años hasta el final de la Educación Primaria. Al formar a todos los maestros que trabajan con estos alumnos, aportar cuentos y materiales protagonizados por unos personajes que captan de forma efectiva la atención y el interés de los niños, y realizar un seguimiento mensual de los centros, reducimos la probabilidad de que las disfunciones ejecutivas iniciales causadas por el entorno, una dificultad de aprendizaje o un trastorno de desarrollo se acentúen, con el consiguiente beneficio en reducción de problemas emocionales y de comportamiento y, por tanto, con la consiguiente mejora en bienestar, convivencia y rendimiento académico. Este es un proyecto educativo para todos los niños, que puede beneficiar a todos, aunque el beneficio sea mayor para los que más problemas de autorregulación presentan inicialmente.
El proyecto de Habilidades no cognitivas es una iniciativa de la Universidad de Murcia, liderada por el profesor Ildefonso Méndez. Se puede encontrar más información en la web habilidadesnocognitivas.com/