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Dos de cada tres profes apuestan por las TIC para mejorar el aprendizaje

Más motivados, innovadores y participativos. Así son los estudiantes que en mayor medida utilizan el ordenador, la tableta, el smartphone y las pizarras y libros digitales en clase, herramientas, con o sin conexión a internet.
RedacciónMartes, 14 de noviembre de 2017
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Esto les permiten tomar apuntes, acceder al temario, solucionar dudas fuera del aula, investigar un proyecto, plantear un debate y autoevaluarse, según un informe realizado por Fundación Mapfre y la Universidad Autónoma de Barelona donde analizan los pros y contras de aplicar las nuevas tecnologías a la Educación: El impacto de las TIC en el aula desde la perspectiva del profesorado.

Las TIC también contribuyen a que los alumnos sean más autónomos y curiosos, a que aprendan a trabajar en equipo, a realizar las tareas a su ritmo y entrar en contacto con estudiantes de otros países. Los alumnos participan más y aprenden mejor gracias a la interacción.

En opinión de los profesores consultados, las nuevas tecnologías motivan al alumno –así lo cree un 63,2%–, le otorgan protagonismo (46,6%) y autonomía(38’5%). También contribuyen a que la innovación sea una exigencia permanente (48,4%), fomentan la función de guía del profesor (41’8%) y enriquecen el proceso de evaluación (66,3%).

El trabajo, fruto de cerca de 1.300 encuestas y 90 entrevistas personalizadas a maestros de Primaria y Secundaria de escuelas públicas y privadas destaca, además, que las TIC han permitido modificar las formas y la frecuencia de la comunicación, tanto entre los alumnos, ya sea mediante foros y redes sociales, como entre profesores y centros (57’5%), y entre familias (77’8%). Esto último ha permitido mejorar el seguimiento de las tareas escolares (47’4%) a través de plataformas en línea que ayudan a los padres a estar al día de lo que aprenden sus hijos, del mismo modo que ayudan a conocer su trabajo, evolución y necesidades a través de internet.

El informe, cuyo objetivo principal es analizar el impacto de las TIC en la organización que el profesor hace del aula, así como explicar cómo ha cambiado su práctica docente, destaca, asimismo, que el contexto del centro educativo es donde más se percibe el efecto de las TIC. En este sentido, 8 de cada 10 profesores considera que las TIC han obligado a modificar los recursos materiales, a incorporar alguna figura para coordinar la gestión de las TIC, reorganizar el espacio –con lugares específicos para reflexionar y debatir– y reforzar las medidas de seguridad, entre otras, para preservar la privacidad de la información.

El informe también aporta conclusiones que ponen de manifiesto que el uso de las TIC en el aula no ha tenido el impacto esperado en los colegios. Entre los motivos que explican la baja incidencia de la tecnología en muchos proyectos pedagógicos destaca la falta de recursos tecnológicos en el aula, debido en parte al coste de los equipos y a la escasa formación tecnológica que reciben los docentes.

Conectarse a la red es un pasaporte a la sabiduría, pero también implica revisar los protocolos de seguridad y ética ante la presencia de nuevos problemas. En este sentido el estudio hace referencia a la ciberadicción o la nomofobia, tendencia a visitar sitios web no adecuados para determinadas edades y el uso abusivo de las TIC que conlleva otras complicaciones que afectan a la salud física de los estudiantes, como son el desarrollo de traumas cervicales, carpianos, problemas visuales e incluso neuronales, debido a la sobre excitación neuronal producida por el abuso del uso de pantallas. Mercedes Sanz, responsable de programas educativos de Fundación Mapfre, asegura que “las TIC no son una moda pasajera. Han entrado en la vida de los profesores y han venido para quedarse”. En este sentido asegura que su influencia implica una “evidente alteración del espacio de comodidad de los docentes y abre interesantes debates sobre la variedad metodológica y los sistemas de evaluación”. También “obliga, en definitiva, a un esfuerzo común entre familia, escuela y entorno a la hora de afrontar los retos de las TIC, especialmente en cuanto a usos adecuados” reconoce.

Joaquín Gairín, catedrático de la Autónoma y coordinador del informe, cree que “el modelo educativo debería avanzar al mismo tiempo que avanza la sociedad, de ahí que sea tan importante implantar las TIC en los colegios, un recurso educativo más que no parece estar al alcance de todos los centros, pero que es cada vez más necesario”. En este sentido, cree que “los profesores deberían dar más protagonismo al estudiante, insistiendo en que una buena utilización de las TIC se asocia con una puerta abierta a la innovación educativa”.

Por último, no se asocia la presencia de las TIC con un aumento de la conflictividad en los centros educativos. En general, la conflictividad se relaciona con uso social de internet y con el conflicto generado por la gestión de la propia organización de las tareas, las actividades y los grupos de trabajo, ligado al desempeño de los estudiantes y a la supervisión necesaria por parte del docente. Se asume que la naturaleza y contenido de algunos conflictos ha variado con internet y no hay claridad sobre los límites sobre los que debe o no intervenir el profesorado. De hecho, se menciona que la falta de conflictos se debe a que la mayoría se derivan a la familia, sobre todo, en Secundaria.

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