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“El modelo de gratuidad de libros de Madrid no era necesario hoy en día”

Analizamos con el director de la División Educativa de Anaya, Carlos Marchena, la conveniencia de la implantación de la gratuidad de los libros de texto que ha propuesto la Comunidad de Madrid. Además, repasa conceptos como la digitalización o el movimiento “no texto”.
José Mª de MoyaMartes, 23 de enero de 2018
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Carlos Marchena estudió Magisterio en Sevilla. Con posterioridad obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Educación. Finalmente se doctoró en Psicología en la misma universidad presentando su tesis sobre el estudio de los factores que condicionan la práctica de la integración escolar. Es funcionario de carrera perteneciente a los Cuerpos de Profesor de EGB; de Profesores de Educación Secundaria y de Inspectores Técnicos de Educación. Actualmente, y tras abandonar la función pública, es el director de la División Educativa del Grupo Anaya, que comprende los sellos editoriales Algaida, Anaya, Barcanova, Bruño y Xerais.

¿Qué opina de la gratuidad de los libros de texto de la Comunidad de Madrid?
El sector editorial no se opone a la gratuidad. Todo lo que es beneficioso para el sistema educativo lo es también para el sistema editorial. El tema no es la gratuidad, sino si es oportuno una gratuidad indiscriminada y generalizada. Parece más razonable hacerlo mediante un sistema de ayudas acorde a la renta de las familias.

¿Es justo regalarle los libros de texto a personas que pueden pagárselos?
Nosotros entendemos que no. Universalizar la gratuidad sin ningún criterio que discrimine no parece lo más adecuado.

¿Se da incluso una situación de mayor ventaja?
Sí. Además, estás generando una discriminación encubierta. Aquellos que tienen mayor poder adquisitivo posiblemente compren un doble juego de libros, uno para el colegio (gratis) y otro para trabajar en casa. Sin embargo, hay que preguntarse: ¿las infraestructuras están en el nivel adecuado?, ¿la digitalización de los centros, la conectividad está en su punto más adecuado?, ¿la cobertura de bajas del profesorado se está haciendo con la celeridad que se debiese? Son cuestiones que a lo mejor en un ranking de prioridades estarían por delante de la gratuidad. Gratuidad sí, pero con orden.

En este sistema, ¿los libros se deben conservar durante cuatro años?
Sí, como norma general. Pero esos tiempos de vigencia no siempre son respetados, dependen de las circunstancias económicas y coyunturales.

¿La gratuidad beneficiaría al sector?
La gratuidad debería darse según los niveles de renta, hay que dar ayudas proporcionales a los ingresos familiares.

¿No cree que la Comunidad de Madrid debería haber optado por una solución intermedia entre la universalización de la gratuidad y el programa de becas?
Efectivamente. El sistema de Madrid es un modelo en el que se aporta el valor de los libros y al final, se devuelve el importe de esos libros según en el estado en el que se encuentren. Sin embargo, ¿cómo se mide ese estado?, ¿interesa a los padres acogerse a la gratuidad si van a tener que pagar el 60 o 70% de los libros?

¿El problema de Madrid es que las familias en un primer momento tienen que aportar?
Va a ser la gestión. Normalmente cuando se pone en marcha la gratuidad, se hace de manera escalonada. Madrid tiene previsto entrar desde 1º de Primaria hasta 4º de ESO, hasta la total gratuidad en 2018.

La medida parece ser una imposición de Ciudadanos al gobierno.
El gobierno quería un sistema de gratuidad más selectivo y de aplicación paulatina.

¿Para Ciudadanos queda muy bien decir que han conseguido la gratuidad?
Lo que hay que plantearse es si esta medida era realmente una prioridad. Desde un punto de vista técnico tiene difícil justificación. Muchas veces las cuestiones políticas no coinciden con las cuestiones técnicas y las necesidades del sistema educativo. En mi opinión, el modelo tal cual está pensado no era necesario ahora mismo.

¿Tienen alguna estimación de cuánta gente se acogerá a la gratuidad?
Ahora mismo es muy díficil de calcular. Se han hecho cuestionarios pero tienen muy poca fiabilidad.

¿Qué solución dará el Gobierno a los centros en este tema de gestión?
Supongo que una compensación económica para la persona responsable de la gratuidad o una reducción del número de horas lectivas.

¿Cómo se está abordando el tema de la digitalización desde el sector editorial?
El sector editorial lleva ya mucho tiempo trabajando en el tema digital. Sin embargo, la digitalización no es un libro de texto en PDF, es algo interactivo, algo que posibilite al alumno ir más allá de lo que se hiciera en un papel. El coste de un libro digital no es el mismo que uno de papel, por ello no podemos asignar el mismo precio a un libro digital, que permite esta interacción, esta actualización continua.

¿Como usuarios pensamos que lo digital tiene que ser más barato que lo físico?
Los recursos interactivos son muy costosos. La digitalización me permite ofrecer más actividades, más recursos, enlazar con vídeos, etc.

¿Cuál sería la relación entre el coste de un libro tradicional y un libro digital?
Un año de suscripción costaría lo mismo que un libro en papel. Si son cuatro años habría que multiplicarlo por cuatro.

Bastante disuasorio, ¿no?
Claro. Pero es que el libro digital hay que renovarlo cada año, es un libro personalizado.

¿Para una Administración es difícil de afrontar?
Se puede apostar por la digitalización pero sabiendo el coste que supone. Apostar por lo digital es una apuesta fuerte que supone un replanteamiento de inversiones y de política educativa.

¿Es la digitalización realmente una realidad?
Cualquier innovación en Educación, cuanto más calado ejerce en las prácticas del profesorado, más complicada es su generalización. Avanzamos hacia lo digital, sí. Al ritmo que se esperaba, no. Está claro que lo digital, como el bilingüismo o el aprendizaje de otras lenguas, es irrenunciable ahora mismo.

¿Qué piensa del movimiento denominado Hágaselo usted mismo?
En el mundo editorial se llama “no texto”. Son los profesores los que realizan su propio contenido. Hay dos cuestiones que analizar en este asunto. La primera es, si ese material es realmente de elaboración propia o si es solo un corta y pega de muchos sitios; y la segunda es si cumplen con los requerimientos del diseño curricular.

 

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