La escucha, escuelas de segunda oportunidad
E20 tiene como fin aportar soluciones a los jóvenes de entre 15 y 29 años que no tienen empleo ni titulación académica. Las escuelas de segunda oportunidad decidieron unirse para cooperar y afrontar de manera más eficaz este reto que las une. Como explica el director de esta red, Guillaume Thureau, el modelo de estas escuelas “fue diseñado por la Comisión Europea hace más de 20 años y muchos de nuestros socios llevan trabajando todo ese tiempo e incluso más”. La diferencia es que ahora los miembros de la red trabajan de manera colaborativa.
En la red hay todo tipo de entidades como asociaciones o fundaciones, como puede ser Fundación Tomillo o Peñascal Kooperatiba. Todas tienen en común su trabajo como escuelas de segunda oportunidad, ya sea esa su única actividad o parte de la labor que realizan. Todas las escuelas tienen en común que tienen alumnos “con mucha dificultad dentro del sistema educativo tradicional”, explica Thureau.
Para formar parte de esta red todas las escuelas tienen que cumplir una serie de requisitos entre los que destaca un modelo educativo común. Las entidades que conforman E20 lo primero que hacen es trabajar “la escucha y el cambio de mirada. Esto es clave para el proceso de reconstrucción de la autoestima del alumno”. Teniendo esto como eje, las escuelas trabajan el refuerzo de las competencias básicas y de las transversales. “Al principio es difícil hacerles creer que ellos también son capaces. Muchos tienen capacidad sin saberlo”, explica el director. Tras haber reforzado dichas competencias, las escuelas entran en la tercera fase que les ofrece una formación que puede ser reglada o no.
El cambio de mirada es imprescindible, “nuestros alumnos han sido rechazados por el sistema educativo por miles de razones: pobreza, discapacidad, temas de salud, etc.” Cuando se empieza por escuchar al alumno es más sencillo construir el itinerario educativo individualizado que caracteriza a las E20. Esta enseñanza implica centrarse “en lo que puede hacer y lo que quiere hacer cada alumno”. La finalidad de estas escuelas es llevar a estos jóvenes de vuelta al sistema educativo o conseguir su inserción laboral. Por este motivo Thureau habla de “construir itinerarios individualizados que tengan continuidad y coherencia para que no sea terminar con nosotros e irse a la calle”.
No hay que olvidar que para algunos de estos jóvenes no es la segunda oportunidad la que le dan estas escuelas, sino la quinta. Por eso a Thureau no le gusta la denominación de escuelas de segunda oportunidad. “Para algunos de nuestros jóvenes esta es la primera oportunidad que se les da y para otros la sexta. Pero todos merecemos otra oportunidad, sea el número que sea”.
La duración de la formación que recibe cada alumno depende de la situación de cada uno. Hay itinerarios de varios meses hasta de varios años. Tampoco hay que perder de vista que algunos alumnos no completan la formación de una vez, sino que van y vienen en función de sus dificultades.
Lo más habitual es que estos jóvenes hayan salido del sistema, pero también ocurre, aunque menos, que estas escuelas trabajen con adolescentes que todavía no han sido expulsados del sistema, pero sí están en dificultades. En estos casos las E20 trabajan en paralelo con los institutos de sus alumnos.
Todas las E20 cumplen también el requisito de que el acceso para los alumnos es gratuito.
Empresas y movilidad
Algunas de las E20 ofrecen también a los alumnos la posibilidad de estudiar una Formación Profesional reglada, pues son instituciones que además de funcionar como escuelas de segunda oportunidad, lo hacen como centros de FP. Tanto si es una de estas entidades como si no, todas las E20 desarrollan en sus itinerarios persponalizados una apuesta por la enseñanza teórica y práctica. Esta práctica implica un trabajo en una empresa. “Defendemos que exista un vínculo muy fuerte con las empresas. Creemos que toda la formación se debe construir con las empresas”, apunta Thureau. “Nuestro objetivo es hacer de puente con el mundo empresarial”.
Otra de las apuestas de las E20 es por la movilidad internacional. Hasta ahora han tenido experiencias dentro del marco de Erasmus+. Para Thureau “las movilidades de los jóvenes con dificultad social, con dificultad educacional son una buena inversión. La experiencia en otro país les lleva a la obligación de cambiar, de prepararse para lo desconocido, de ir a buscar al otro”. Según afirma el director, hasta ahora todas las experiencias que han hecho de movilidad internacional han sido muy positivas.
Este interés por la movilidad ha llevado a E20 a acercarse a las escuelas hermanas francesas, con las que ya han diseñado un programa de intercambio.
Justo el día en que se publica este periódico se reúnen en Bilbao las 20 entidades que componen las escuelas de segunda oportunidad. Los centros españoles no estarán solos, pues se unen franceses y portugueses. “Con estos encuentros anuales queremos conseguir el reconocimiento de estos jóvenes y de las escuelas de segunda de oportunidad”, concluye Thureau.