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La respuesta es disciplina positiva

Martes, 8 de mayo de 2018
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Qué ocurre dentro de las aulas? ¿Cuál es la causa de la desmotivación del alumnado? ¿Por qué cada vez retumba con más fuerza el eco del fracaso escolar?

Sabemos que los alumnos no están motivados y que a los maestros les cuesta conectar. Sin embargo, el problema, ¿reside en las personas o está fallando el método?

El modelo educativo está basado en la aplicación de dos métodos. Por un lado el permisivo, donde todo vale y nada importa, te permito porque no quiero conflictos y evito el conflicto porque no tengo la intención de implicarme. Por otro lado, el sistema basado en premios y castigos, con los que hemos crecido la mayoría, si haces, piensas, sientes, eres…, de acuerdo a lo que el adulto considera, serás premiado; por el contrario si no cumples la expectativa del adulto, serás castigado.

Y después de valorar los dos métodos surgen nuevamente las preguntas, ¿ya está? ¿Estas son las únicas vías para educar? ¿Así aprenderá? ¿Es respetuoso para el niño y para el adulto? Y en esta búsqueda de respuestas y alternativas, donde se pone la mirada en el niño desde una perspectiva tolerante, aparece la anhelada respuesta: disciplina positiva.

Esta filosofía educativa entiende que el sistema premio-castigo es en realidad una forma de controlar al alumnado. El enfoque de disciplina positiva trata de involucrar a los alumnos en la búsqueda de soluciones pacíficas, en lugar de ser receptores de la expectativa del adulto.

Combina y equilibra por igual la importancia del proceso de enseñanza- aprendizaje-resultado con el proceso de habilidades para la vida-gestión emocional-desarrollo personal.

La permisividad sin nada de control genera baja autoestima, puesto que consentimos que el niño haga sin prestar demasiada atención a sus capacidades, ya que antes de que le surja un problema, nos anticiparemos a hacerle la tarea, anulando su pensamiento y sentimiento de sentirse capaz.

Por otra parte, el control excesivo genera anulación, miedo y dependencia a complacer. Ambas posturas no favorecen el desarrollo de una buena autoestima. No ayudamos al niño a sentirse seguro y no estimulamos su capacidad de aprendizaje.

Los maestros que llevan a clase la disciplina positiva tienen que saber que los resultados serán visibles a largo plazo, para ello hay que tener confianza y constancia.

Para empezar el camino de la disciplina positiva, el maestro ha de conectar con sus alumnos para que interioricen las tres creencias que ayudan a empoderar a los niños y a alcanzar éxito en la escuela y en la vida.

“Soy competente”. Para que el alumno desarrolle sus propias capacidades necesita un ambiente sin juicios, sin culpa y sin vergüenza. Los ambientes que promueve la disciplina positiva se caracterizan por ofrecer seguridad y por invitar al niño a que revise su comportamiento con el fin de que pueda involucrarse en la solución de los problemas.

“Contribuyo de forma significativa y soy realmente necesario”. Una de las primeras metas que los seres humanos nos marcamos, nuestro sentido de pertenencia e importancia. El niño necesita experimentar cómo sus sentimientos y pensamientos son escuchados y tenidos en cuenta. “Soy importante y contribuyo”. “Utilizo mi poder personal para tomar decisiones que tienen influencia positiva en lo que le sucede a mi comunidad y a mí mismo”. Si el docente no cree que sus alumnos tiene un poder personal y no deja que lo expresen, los niños en lugar de ofrecer su poder productivo, mostrarán su poder destructivo (están buscando su sentido de pertenencia e importancia). De ahí la necesidad de ofrecer al alumnado oportunidades para contribuir de una forma positiva donde además se les ofrezca la tarea de asumir responsabilidades.

La disciplina positiva anima a que el alumno aprenda a responsabilizarse de sus errores y a que los considere maravillosas oportunidades de aprendizaje, así van adquiriendo la capacidad de que aunque no puedan controlar la situación, sí pueden controlar su respuesta ante lo que sucede.

Lorena Gª Vega es formadora de familias y educadora de aula en disciplina positiva

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