“El mindfulness trata de mejorar el bienestar de los alumnos y los profesores”
Begoña Ibarrola es psicóloga especialista en inteligencia emocional. Es además escritora infantil y juvenil, y como tal acaba de publicar una colección de siete cuentos para que los niños den sus primeros pasos en el mindfulness.
¿Por qué es importante que los niños practiquen mindfulness?
El mindfulness es una técnica milenaria que viene de India. Jon Kabat-Zinn, un médico de Estados Unidos, empezó a practicar con personas que tenían mucho estrés. Adaptó esta técnica a occidente y vio que las recuperaciones de los pacientes eran asombrosas. En el fondo es una técnica psicológica que pretende que, en este caso los niños, se den cuenta de lo que ocurre dentro y fuera de ellos teniendo en cuenta sus pensamientos, sus sensaciones, sus emociones, las cosas que hacen, las que les pasan, pero desde la calma, sin juzgar, ni identificarse con ellos. Y siempre con una atención al momento presente. Yo lo he empleado con niños con mucho éxito. Con estrategias pueden lograr no identificarse con lo que les pasa, prepararse para situaciones difíciles y también abordar el día a día desde un eje más consciente.
¿Cuanto más pequeño se aprenda, mejor?
Desde los 3 años se puede empezar a aprender. Ya hay escuelas infantiles que lo trabajan a través de los sentidos, qué hueles, qué saboreas. Es una herramienta que a medida que la vas poniendo en práctica, tienes más familiaridad con ella y se convierte casi en un hábito porque lo aplicas todos los días.
Tus cuentos son muy sencillos, realmente sirven para que los niños conozcan el mindfulness, algo que puede parecer complicado al hablar de técnicas milenarias y psicológicas.
Sí, hice la prueba dándoselos a leer a niños de 6 o 7 años. Yo me había puesto en contacto con muchos colegios que trabajaban ya mindfulness y me decían que no había material para explicarles a los niños de una forma muy sencilla, incluso divertida, lo que era. Entonces se me ocurrió presentar la propuesta a la editorial: despiezar el mindfulness en siete piezas de puzle para que luego el niño tuviera una idea de lo que es. Aparte se puede trabajar cada uno de los cuentos individualmente.
¿Lo ideal es que los profesores también practiquen mindfulness?
Sí, sí, normalmente empiezan ellos y proponen al colegio iniciarlo en las aulas.
¿Qué beneficios aporta a profesores y alumnos?
Evidentemente no es una metodología educativa. No obliga a cambiar los contenidos ni la forma de dar la clase. Se trata de mejorar el bienestar de los alumnos y de los profesores. Yo hablo con los profesores de Secundaria y les digo, de una hora de clase cuánto das. Muchos me dicen que40 minutos. Entonces les digo que si emplean cinco minutos en ejercicios de este tipo, van a ganar tiempo de clase. Cuando los alumnos están atentos, ya puedes empezar directamente. Al final es un estado mente y cuerpo. El cuerpo tiene que estar relajado y la mente atenta, despierta. Con unas estrategias muy sencillas mejoras el bienestar del aula. Cuando los alumnos se sienten más a gusto en el aula, más relajados, todo fluye mejor. Pero yo también soy partidaria de que no se puede imponer, tiene que nacer del convencimiento de un adulto. Por otro lado, la neurociencia ya lo ha investigado y tenemos datos científicos de la práctica de mindfulness. Uno de los cambios que llama más la atención es que la persona es capaz de regular sus propias emociones. En vez de dar respuestas y reacciones impulsivas, está mucho más calmada, piensa más las cosas, reflexiona un poquito más y da respuestas mejores. Además, uno de los temas más importantes del mindfulness es que potencia la atención y la concentración. Luego les ayuda también a entrar en un espacio de autoconocimiento. Cuando cierras los ojos y te concentras en tu respiración, en ver qué estás sintiendo, qué emociones aparecen o qué pensamientos, empiezas a conocerte mejor. El currículum educativo está más pensado para el conocimiento del mundo exterior, así que guardar unos pequeños espacios para el autoconocimiento es muy bueno para el alumno. Y luego también hay un aspecto que a mí me interesa mucho y es que el mindfulness potencia la imaginación.
¿Cómo beneficia la imaginación al proceso educativo?
Es un apoyo tremendo porque con la imaginación se pueden interiorizar contenidos de Matemáticas, de Física, de Químicas. Es una herramienta de aprendizaje maravillosa, más allá del mindfulness, pero si el mindfulness la entrena, la revaloriza. Uno de los libros, Lecciones de una momia, trabaja la imaginación y la visualización. La imaginación puede ser libre o guiada, pero luego tú lo visualizas. Por ejemplo, visualiza una pirámide, cuántas caras tiene, recorre su base, ¿a que tardas mucho tiempo? ¿A que si estuvieras en la punta tardarías poquito en dar la vuelta? Vas metiendo conceptos que se te quedan grabados a nivel visual.
Has hecho hincapié varias veces en no juzgar, en no identificarse, ¿por qué?
Los seres humanos tendemos a juzgarlo todo como bueno o malo. Si es bueno no puede ser malo y al revés. Si estoy enfadado, eso está mal, si estoy triste, eso está fatal. Ese juzgar me impide reconocer lo positivo que hay en esa emoción. El mindfulness te dice que ni positivo ni negativo, simplemente identifica, date cuenta de por qué estás triste y déjalo que pase, suéltalo. Estás mal, averigua por qué, qué te ha llevado a estar así, pero no juzgues como positivo o negativo. Si crees que estar triste está mal, vas a minusvalorar la tristeza y también tiene cosas positivas. La vives, la sientes, te das cuenta de por qué y la dejas fluir. No te aferras a ella. El juicio te aferra a ella, y qué mal, a ver qué hago para estar bien. No vayas por ahí, eso es una huida hacia delante. Observa, analiza, pero no lo atrapes.
Las siete piezas del puzle
– Respiración
“Es la primera pieza y la más importante. El cuento El mensajero del viento trata de ese tema. Hacer conscientes a los lectores de que el proceso de respiración si se hace profundo y si se hace una respiración abdominal y se enlentece el ritmo respiratorio, cambia mi estado emocional. Igual que pasa a la inversa, cuando me altero, cambia mi respiración”.
– Observación del mundo interior
Cuento Viaje por un mar desconocido. “Ver lo que siento, lo que pienso, cómo me comporto, por qué estoy hoy como estoy, qué me ha pasado para que hoy esté nerviosa, pero sin juzgar, que eso es muy importante. Por dentro estoy sintiéndome enfadada y tomo conciencia de ese sentimiento, ya está, punto. Conocer qué es lo que me pone triste, me enfada, por qué tengo hoy un mal día, porqué hoy estoy feliz y contenta”.
– Observación del mundo exterior
Un extraño detective. “Mira a tu alrededor, las flores, contempla las cosas que han cambiado en este árbol de la semana pasada a hoy. Aprender a mirar, que no es ver, igual que escuchar no es oír. Es ralentizar todos los procesos de observación que a la vez ayudan a la concentración, porque la concentración es observar y prestar atención a algo durante un tiempo mantenido. Los ejercicios de observación del mundo exterior te hacen estar más atento a las cosas”.
– Imaginación y visualización
Lecciones de una momia.
– Quietud
Eva no es un fantasma. “Con estrategias divertidas e imaginativas, que los niños entren en la quietud. Un niño pequeño no puede estar mucho tiempo quieto, pero un minuto, dos minutos, sí y ver lo que puedes captar estando quieto”.
– Silencio
El sueño de los pájaros. “Hay un silencio interior y otro exterior. El exterior muchas veces no depende de ti, pero el interior sí”.
– Meditación
A un metro del cielo. “La pieza que completa el puzle. Con lo anterior entras en un estado de meditación al que casi no se puede llegar si antes no se ha trabajado lo anterior. La meditación es una técnica que sirve para aplicar todo lo que hemos absorbido anteriormente”.