“Los estudiantes son la nariz; siempre van por delante del poder establecido”

Además de catedrático de Sociología, Javier Elzo preside actualmente el Forum Deusto. Oriundo de Beasain (Gipuzkoa), Elzo Imaz ha dirigido numerosas investigaciones en el Instituto Deusto de Drogodependencias.

—¿Cómo ve las reformas educativas que lleva a cabo el MECD?
—No tengo un conocimiento profundo de las leyes pero cualquier reforma debería ir encaminada a lograr un sistema educativo para todos y la máxima autonomía para todos los centros. Esa es para mí la gran reforma pendiente.

—Como sociólogo, ¿qué valoración se puede hacer de los movimientos estudiantes que se han producido en contra de la LOU?
—Sinceramente no creo que a los estudiantes los muevan unos u otros. Creo que los alumnos de enseñanzas medias se han manifestado porque no acaban de ver claro que las universidades les vayan a hacer pruebas específicas para poder acceder a la enseñanza superior y porque circula la idea de que la LOU beneficia directamente a las universidades privadas, algo con lo que siempre han sido muy críticos los estudiantes. Pero lo más importante es extraer la idea de que cuando los estudiantes se manifiestan es porque empiezan a ir en contra del poder establecido. Y siempre los estudiantes han ido por delante del poder establecido. Son la nariz, así que si yo fuera del PP pensaría: ¡ojo!, aunque en realidad no protestan por el calendario de los exámenes o la organización escolar, etc. Si lucharan porque la Ley se cumpliera en su totalidad probablemente tuvieran más peso específico dentro de los órganos de gobierno.

—Tendemos hacia un sistema educativo desequilibrado con 17 subsistemas. Parece peligroso…
—Ojalá la tendencia fuera hacia 38.

—¿Eso no iría en contra de la calidad?
—Pero, ¿porqué tienen que ser sistemas diferentes en función de cada Comunidad Autónoma?

—Lo es actualmente…
—Sí. Lo es, pero porque desgraciadamente se politiza la Educación. El problema que teníamos en el Estado lo hemos multiplicado por 17, porque cada uno quiere hacer sus propias cositas y además como lo tiene más cerca tiene mayor capacidad de control y eso sí es peligroso. Yo apuesto por una descentralización brutal, no hacia dos redes (Publica y Privada) o hacia 17 según las CCAA, sino a un sistema educativo donde cada centro, cada grupo, etc., pueda trabajar con plena autonomía según sus alumnos.

—La violencia escolar se está generalizando en todo el país, ¿cree qué el País Vasco la sufre de un modo especial?
—No. Yo he estudiado ese tema y hay que distinguir entre el maltrato entre iguales. Más que conocer el perfil de la víctima se conoce el del maltratador.

—¿Tiene que ver con la crisis de valores entre los más jóvenes?
—No hay crisis de valores. Lo que hay es un cambio, una mutación de valores. Ahora los jóvenes profesan unos valores finalistas: todos se dicen liberales, solidarios, etc., pero les falta la práctica porque debajo de lo que declaran ¿cuánta gente participa en una ONG de forma asidua?

—¿Está la Religión bien enfocada como asignatura en los centros educativos?
—Creo que desde hace unos años es una cosa muy marginal dentro de los centros educativos.

—¿Debería tener más peso en el currículum o impartirse fuera de lo que es la formación reglada?
—Yo siempre he sido partidario de que la enseñanza religiosa se diera dentro de una perspectiva integral y no me cabe la menor duda de que debe ser voluntaria. Aquellos alumnos que positivamente deseen algún tipo de formación para integrar sus creencias religiosas dentro del ámbito de la cultura. Eso no se lleva a la práctica porque el profesor no está suficientemente valorado dentro del sistema educativo porque cobra menos, tiene más inestabilidad laboral, etc., y los alumnos perciben además que el profesor de Religión es un docente de segunda división dentro de la estructura académica, por que consideran directamente que la asignatura que imparte es también de segunda división.

—Como sociólogo ¿hacia dónde cree que camina nuestro sistema educativo?
—Creo que aún seguimos mirándonos en el Boletín Oficial del Estado y en el de las comunidades autónomas. Creo que tiene que haber unas normas mínimas, básicas, que sirvan para todos, y a partir de ahí que vayamos confluyendo todos en las diferencias espaciales en las que estamos. Yo sí creo en el concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida.

—Usted es un experto en drogas, ¿cómo ve actualmente el consumo de estas sustancias entre los jóvenes?
—Me preocupa mucho el tema de la marihuana y es porque existe entre la juventud la creencia de que no es una droga y no es nociva para la salud. Vamos a llegar muy pronto a la cifra de un 40 por ciento de jóvenes españoles que han probado la marihuana. El 12 por ciento de los escolares catalanes de doce años afirman tomar marihuana los fines de semana porque creen que no entraña riesgo alguno. Los chavales ya han interiorizado que beber mucho es malo o fumar mucho es malo, pero aún no han interiorizado que consumir marihuana es malo. La pregunta es ¿es tan inocua como dicen la marihuana?