Dislexia: cuando leer y escribir suponen un problema
En España, la dislexia afecta a un 15 por ciento de la población. Muchos de ellos desconocen que padecen este problema y que pueden superarlo con la ayuda adecuada. Es importante, por tanto, detectar precozmente esta dificultad, ya que puede conllevar un importante retraso educativo.
Los niños disléxicos que en segundo o tercero de Primaria no han aprendido habilidades básicas como la lectura y la escritura empezarán a inventar formas de salir adelante, aparentando que no tienen ningún problema. Esta serie de mecanismos, como memorizar los textos o deletrear en voz alta las palabras, pueden llegar a ser muy ingeniosos, pero no tienen nada que ver con el auténtico aprendizaje. En el fondo, suponen verdaderos esfuerzos para vencer la frustración y la desorientación, que cuando empiezan a aparecer, indican que el niño ya está luchando por solucionar su situación.
Dos formas de pensar
En el colegio, muchas veces los niños disléxicos son injustamente etiquetados como vagos o distraídos. Sin embargo, la dislexia no tiene nada que ver con la inteligencia, afirmación en la que coinciden todos los especialistas.
Los humanos pensamos de dos formas: por conceptualización verbal y conceptualización no verbal. Todos utilizamos las dos, pero en cada persona predomina una de ellas. Los disléxicos piensan fundamentalmente en imágenes (conceptualización no verbal), en lugar de pensar con los sonidos de las palabras (conceptualización verbal). Por ello, cuando en el colegio se intenta que los niños disléxicos aprendan los significados a través de los sonidos del lenguaje ellos se confunden. Al confundirse se desorientan, pierden la atención y esto les hace cometer errores.
Simplemente, los niños disléxicos tienen una forma distinta de aprender y percibir lo que les rodea, por lo que es necesario adaptar los métodos de enseñanza a su forma de conocer.
La ayuda que necesitas
El momento ideal para someterse a un programa de corrección y tratamiento de la dislexia es en la infancia, antes de que estos comportamientos se conviertan en patrones para toda la vida.
Para ello, en nuestro país contamos con un centro especializado llamado La Llave del Don, en el que un grupo de profesionales aplican los últimos métodos para prevenir y corregir, desde los 8 a los 70 años, problemas de aprendizaje como la dislexia, y también otros como la discalculia, la disortografía y la disgrafía.
A pesar de ser una condición permanente de la persona, existen diversos métodos para corregir la dislexia. Uno de los utilizados en La Llave del Don es el método Davis, desarrollado por Ronald Davis, un disléxico que durante su infancia fue tratado de “retrasado” por sus profesores debido a sus problemas para estudiar y mantener la atención en clase. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Davis consiguió licenciarse en Ingeniería y es hoy un exitoso hombre de negocios. Su método de corrección de la dislexia ayuda a quienes tienen esta forma de pensamiento visual a encajar en el sistema educativo convencional.
La gran ventaja del método Davis es que, a diferencia de otros sistemas de corrección que intentan solucionar los síntomas, sirviéndose de técnicas repetitivas, el método Davis va a la raíz del problema, trabajando con la persona desde su habilidad natural: el pensamiento en imágenes.
En las instalaciones del centro se imparten distintos cursos en los que se realiza una evaluación previa del alumno para detectar sus deficiencias, que se corrigen aplicando distintas técnicas, logrando avances significativos tanto en el ámbito de la lectura como de la concentración.
El tratamiento tiene una duración de una semana, en horario intensivo de seis horas diarias, además de un seguimiento de un año para comprobar la evolución del paciente.
Además de este servicio, La Llave del Don también organiza otras actividades, como charlas informativas para padres de niños disléxicos, formación de profesores o clases de refuerzo y de técnicas de estudio.
Todo para conseguir que los niños disléxicos no se sientan diferentes, porque la dislexia no tiene por qué ser un problema si se trata adecuadamente desde el primer momento.
Cómo detectar la dislexia en los niños
Algunos de los síntomas más frecuentes que presenta un niño con dislexia son los siguientes:
De visión, lectura y ortografía:
—Se confunde con las letras, números y palabras.
—Al leer o escribir presenta repeticiones, fragmenta palabras o invierte las letras.
—Lee y vuelve a leer para poder comprender los textos.
—Su ortografía es fonética e inexistente.
De oído y lenguaje:
—Se distrae fácilmente con los sonidos.
—Habla con frases entrecortadas, dejando oraciones incompletas.
—Le supone dificultad transmitir lo que piensa en palabras.
De escritura y habilidades lectoras:
—Coge el lápiz de forma distinta y su escritura varía o es ilegible.
—Dificultades con habilidades motoras y en los juegos de equipo.
—Puede ser ambidiestro y confunde derecha con izquierda y arriba con abajo.
De memoria y cognición:
—Excelente memoria a largo plazo.
—Mala memoria en cosas que sabía ayer.
De comportamiento y personalidad:
—Sus síntomas aumentan drásticamente cuando experimentan estrés o presión.
—Le cuesta aprender a decir la hora.
—Es extremadamente desordenado u ordenado compulsivo.