Traslados con barreras
A pesar de que la ley obliga a las administraciones educativas autonómicas a sacar como vacantes todas las plazas que queden disponibles entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año en que es convocado el concurso nacional de traslados –potestativamente, pueden también incluir las que vayan a quedar libres hasta el 31 de agosto del año siguiente–, el hecho es que muchas plazas se pierden en el camino. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando el concurso de traslados es autonómico. Se ha llegado a dar el caso de una Administración educativa que sacó 85 vacantes en el concurso autonómico y tan sólo una vacante en el nacional al año siguiente.
Las razones para que esto ocurra son múltiples, pero todas ellas son una consecuencia lógica de cómo se reestructuró el concurso y de la progresiva conversión del sistema educativo español en 17 sistemas autonómicos.
Razones políticas
Una de las principales razones para que cada Consejería de Educación se guarde un buen número de plazas para el año que viene es para ofertarlas en las Ofertas Públicas de Empleo de su propia Autonomía, contentando con ello a sindicatos, interinos y profesores de su propia comunidad. Poco puede hacer contra esta presión el docente que, desde otra autonomía, pretende cambiar su lugar de trabajo, ya sea porque está harto de su propia Administración, ya porque quiera simplemente volver a la ciudad que le vio nacer y de la que tuvo que salir para conseguir su plaza.
Y es que hay comunidades que tradicionalmente “exportan” docentes y otras que andan más escasas de licenciados y maestros, por lo que suelen recibir opositores “foráneos”. Incluso, en alguna comunidad isleña se denomina jocosamente a este fenómeno como “miedo al godo”.
“Importadoras”
Son las comunidades del norte de España las tradicionales exportadoras de docentes, docentes que tarde o temprano desean volver a su tierra: solución para evitar la avalancha, no sacar plazas, y el que se fue a Sevilla perdió su silla.
Por otro lado, en las comunidades del sur abundan los interinos –en muchas autonomías hay más de un 20% de personal no funcionario, y se ha dado el caso de que un sindicato de interinos ha conseguido el segundo lugar en Andalucía en las recientes elecciones sindicales, desplazando a los tradicionales–, y ni a Administración ni a muchos sindicatos les interesa que lleguen docentes de fuera que cubran esas plazas.
“Parar plazas”
Además, se da el caso de que, sobre todo en Secundaria, muchos centros intenten “parar las plazas”. ¿Cómo se hace eso? Pues pretextando que hay dos funcionarios con horas sobrantes de asignaturas afines, o que se van a cubrir con las horas de los cargos directivos, etc. ¿Y la razón? Sencillamente, el concurso de traslados nacional es en los cuerpos de Secundaria muy peligroso: en estos cuerpos, la antigüedad no se pierde por el hecho de cambiar de centros, y al ser “tan cara” la plaza –cuesta muchos puntos obtener esa plaza en el concurso de méritos– es más que probable que el recién llegado lo haga “mandando”, es decir, siendo el primero en elegir horario, o pasando a dirigir el departamento.
Pero el docente que pidió su plaza “a ciegas” hace meses, si ha venido recurriendo desde el principio, y pidiendo “su” plaza que al final no ha sido convocada en tiempo y forma, y se encuentra con que no ha salido en la relación de vacantes, le queda tan sólo –al menos administrativamente– un recurso de súplica ante quien cada comunidad determine.
Pero si le es denegado tiene otra posibilidad, si al año siguiente la vacante deseada ha sido cubierta por un provisional o en expectativa de destino, o incluso por un interino: denunciarlo. Según Jesús Álvarez, secretario de Acción Sindical de ANPE, “aunque los jueces no suelen entender el mundo de la Educación por ser éste demasiado complejo, sí entienden perfectamente el concurso de traslados, pues ellos tienen un sistema parecido”. Por ello, lo normal es que los jueces den la razón al docente reclamante.
El Ministerio de Educación ha anunciado que está trabajando en una nueva normativa para este concurso nacional de traslados. A lo mejor consiguen que el judicial no tenga que ser, para muchos, el último trámite para conseguir la plaza a la que tienen derecho.