“Escucha a tu hijo y lo convertirás en un ciudadano”
Autor: Marta SERRANO
Comprometido, político, respetuoso, afable de carácter y muy diplomático, el presidente de Unicef en España cree firmemente que erradicar la pobreza en el mundo evitaría muchos males mayores.
—¿Cómo es la situación de los niños españoles en la actualidad?
—Es una pregunta difícil. Digamos que España se encuentra dentro de los países desarrollados pero, en general, es un situación dura. En mayo del año pasado hubo una sesión extraordinaria de la ONU donde los jefes de Estado que allí intervinieron coincidieron en señalar que la situación de los derechos de los niños no ha mejorado lo suficiente en el último decenio. Así que la sesión concluyó con un sabor agridulce.
—¿Existe algún documento marco donde se recojan los Derechos de los Niños?
—Cuando hablamos de Derechos de los niños hablamos de la Convención de los Derechos de los Niños de 1989, de donde salió un Tratado que fue ratificado por todos los países del mundo excepto dos: Somalia y Estados Unidos, claramente por distintos motivos. Pero se puede decir que ese “pacto jurídico”, ampara al 96% de los niños.
—Claro que del dicho al hecho dicen que hay mucho trecho…
—Lo que pedimos es justicia. En ese sentido Unicef es una organización internacional de defensa de los derechos humanos, pero especialmente de los derechos de los niños. La etapa de la filantropía está ya superada.
—¿Qué hay de las niñas?
—Los derechos de las niñas hay que subrayarlos porque están todavía más vulnerados que los de los niños. Pero además hay que ser conscientes de que la vulneración de los derechos de los niños está íntimamente relacionada con la pobreza. En estos momentos hay 1.200 millones de personas que sufren pobreza en el mundo de los que casi la mitad son niños entre 9 y 18 años. La pobreza es la causa principal de la vulneración de los derechos humanos y, aunque teóricamente es una prioridad de todos los gobiernos, en la práctica no lo es. Y baste como ejemplo la no inversión del 0,7% del PIB para desarrollo internacional como se reclama.
—¿Qué niños sufren más la vulneración de derechos?
—Los niños que viven situaciones de conflictos bélicos, ya que, aunque históricamente han muerto los combatientes de forma mayoritaria, en las guerras actuales el 85% de las víctimas son civiles, niños y mujeres en un porcentaje muy alto. Incluso según datos de Unicef hay más de 300.000 niños soldados, reclutados o como voluntarios.
—¿Se puede hablar todavía de explotación infantil?
—Hay 250 millones de niños que sufren explotación infantil lo que impide de alguna manera o dificulta la Educación, así como la explotación sexual infantil, ya que cada año un millón de niños entran a la peligrosa rueda de la explotación infantil, y en la venta de niños, que afecta sobre todo a las niñas.
—¿Qué datos existen sobre los niños que sufren la pobreza o la vulneración de sus derechos en España?
—Nosotros somos una organización de carácter internacional con presencia en más de 180 países. No podemos hacer programas asistenciales en España pero lo que sí hacemos es programas formativos, de Educación en valores principalmente, a través de los convenios con 22 universidades, y programas de sensibilización.
—¿Cómo es el panorama de los niños en el ámbito educativo?
—Afortunadamente en ese campo se ha progresado bastante. En este momento hay en el mundo más niños escolarizados que nunca, pero aún hay 121 millones de niños y niñas, mayoritariamente niñas, aún sin escolarizar. Además, globalmente no se ha conseguido una Educación de calidad porque no basta con tener niños en la escuela, hay que darles una Educación de calidad que les sirva para su vida y donde se consiga un alto prestigio social de los docentes, que es muy importante. El reto de la calidad es en estos momentos una prioridad internacional porque, en palabras del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, “la Educación es el gran derecho transformador”. Es decir, la transformación de las sociedades tiene muchos caminos, pero fundamentalmente partiendo de la Educación Infantil. Esta es además una de las prioridades de Unicef en su Plan hasta el año 2005. Y especialmente se acentúa la Educación de las niñas.
—¿Tenemos en España una Educación de calidad?
—Globalmente se puede decir que la situación de los niños es, en general, aceptablemente buena, aunque no exenta de problemas. Me refiero en concreto a la escolarización de los hijos de inmigrantes, por ejemplo. Un reciente estudio del Defensor del Pueblo y del Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia de Unicef reflejaba los problemas en la escolarización de los hijos de los inmigrantes. En parte debidos al aumento de este colectivo, que ha pasado del 0,56% al 2,22% en una década. Hay un reparto desigual de estos niños, ya que el 82% está en centros de titularidad pública frente al 18% que está en privados o concertados, lo que supone que en muchos centros públicos más de un 30% de los alumnos sean hijos de inmigrantes. Y aunque este colectivo es por lo general bien aceptado, se dan muchas reticencias. La concentración de estos alumnos perjudica a todos: a los autóctonos y a los inmigrantes.
—¿Qué soluciones serían las más factibles?
—Unicef no entra a valorar un sistema educativo siempre que esté dentro de la convención de los Derechos del Niño. Sin embargo, personalmente creo que tendría que haber una mayor voluntad de reparto de estos alumnos, garantizando la calidad de la Educación para todos. La diferencia a día de hoy me parece bastante significativa de por sí.
—El informe del que me habla fue muy polémico…
—Sí, fue muy polémico, y por ello no han de enfrentarse las redes de centros sino hacerse un esfuerzo por lograr un mayor equilibrio en el reparto de estos alumnos.
—Quizá la Educación está demasiado ideologizada…
—Como todo en esta vida. Como decía un filósofo francés, “la Educación sirve para despertar conciencias” y yo creo que eso es verdad, porque la Educación crea inquietud intelectual en el alumno. Además, la participación de los niños en las instituciones es para Unicef el gran derecho del futuro, porque un niño cuyas peticiones son escuchadas y atendidas en la medida de lo posible, en la familia, en la escuela y en el municipio, es un niño que será un ciudadano comprometido. Por eso es importantísimo promover la participación real de los niños y escucharlos. Si escuchas a tus hijos los convertirás en ciudadanos del futuro.
—¿Cómo ve el futuro de los derechos en el panorama internacional?
—Es evidente que no corren buenos vientos para los derechos humanos, y no hay mejor ejemplo que pensar en la guerra de Iraq, que está bien reciente. Esos desequilibrios internacionales tienen unas causas y hay que atenderlas porque a veces son origen de otros conflictos internacionales como el terrorismo. ¿De qué paz se puede hablar a los más de 1.200 millones de personas viviendo con menos de un dolar diario? Hay que ir a las causas de los conflictos internacionales para evitar males todavía mayores.