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Pautas contra los traumas psicológicos

Todos los niños han visto o han oído hablar del atentado ocurrido en Madrid el 11 de marzo; la televisión estuvo todo el día retransmitiendo las imágenes, salió en todos los medios de comunicación, todos los adultos hablábamos de lo mismo y, además, todos los colegios guardaron al día siguiente minutos de silencio. Por eso, la pregunta no es si es o
Miércoles, 17 de marzo de 2004
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Autor: Marta SERRANO

Los niños no pueden vivir en un mundo ideal en el que todo es bonito. Es conveniente que conozcan la realidad. Pero, ¿cómo explicarles lo que ha ocurrido cuando ni nosotros mismos no acabamos de entenderlo?

Para Teresa Millán, miembro de la junta de la Asociación de Psicopedagogía de Aragón (AAPS), “en este caso en concreto hay que darles un mínimo de información dado el elevado número de bombas, de muertos y de heridos, con lo mínimo es suficiente. No tenemos que añadir detalles escabrosos, no tenemos que intentar que se lo imaginen, y es preferible que no vean las imágenes de las víctimas, todas esas imágenes que hasta a los adultos nos cuesta asimilar”.

Respetar su ritmo

Millán insiste en que “es importante que respetemos su ritmo de trabajo, su interés”, y añade que “si no nos preguntan es mejor no insistir, pero si nos preguntan es conveniente que demos respuesta a su curiosidad. Aunque insisto, sin morbo, sin detalles, sin intentar meterles miedo. Simplemente para que conozcan lo que ha pasado”.

Además, siempre hay que tener en cuenta que sus preguntas suelen ser más sencillas que las muestras; ¿dónde ha sido? ¿cuándo? ¿quién ha sido? ¿quien iba en el tren? o ¿por qué lo han hecho?, etc.

Está claro que no hay que intentar que lo entiendan, porque eso es imposible cuando ni nosotros mismos lo entendemos. En palabras de miembros de la Asociación de Psicopedagogía de Aragón, “podemos decirles que la mayoría de las personas son buenas, pero que algunas personas llevan unas vidas que se basan en el odio y que aunque nosotros no podamos entenderlo, para ellos es su forma de vida y por eso a veces matan y pueden llegar a ser tan crueles”, afirman.

Según Tere Millán, “también podemos explicarles que, a veces, cuando ellos pierden en un juego, o cuando un amigo les quita un juguete, también reaccionan de forma agresiva y pegan. Y que algunos adultos hacen lo mismo”.

La portavoz de la AAPS añade que, “igualmente, por circunstancias que nosotros no acabamos de conocer, esos adultos también actúan de forma agresiva, pero mucho más agresiva que los niños, porque los adultos somos capaces de sacar las cosas todavía más de quicio que los niños, y entonces atacan a los demás de forma tan violenta como todos hemos podido ver en estos días”.

No sirve para nada

Pero lo que hay que dejarles bien claro es que “al igual que pegar a su amigo no les sirve para nada, estos actos terroristas tampoco sirven para nada. Y que todos, los niños y los adultos, tendríamos que aprender otras maneras de solucionar los problemas, tendríamos que aprender a aceptar las diferencias, y quizás así nunca volverían a repetirse hechos como este”, afirma Tere Millán. Por su parte, Rojas Marcos, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York, explica que “hay que hablar con los niños, porque tienen que sacar fuera todo eso que sienten, todo el malestar”.

Sea a través de juegos o de un debate en clase los niños, como los mayores, tienen que ser ayudados a hablar, a exteriorizar sus sentimientos de miedo, de horror o de desesperanza e inseguridad.

Si pueden entender que la violencia nunca es buena, y que, aunque seamos muy diferentes, todos somos seres humanos y cada una de nuestras vidas es muy importante, habrá merecido la pena el tener que hablar a los niños del terrorismo. Y serán capaces de entender por qué era tan importante guardar ese minuto de silencio en el recreo, o haber acompañado a sus padres en la manifestación.

Sacarlo fuera

Según Pilar Andrés, vocal de medios de comunicación de la AAPS, “en genera, habrá que tener en cuenta que todo lo que les pasa es normal como reacción a una situación tan anormal y, por lo tanto, habrá que transmitir esa normalidad”.
Evitar pensar, evitar hablar de lo ocurrido no son modos eficaces de olvidar, al contrario, eso hace que el recuerdo vuelva a nosotros con más fuerza.

Por el contrario, todos los expertos consultados por MAGISTERIO coinciden en señalar que pensar en lo ocurrido, hablar de ello con otras personas y sobre todo con los niños y, recordar para poder asimilar la barbarie y darle un sentido es muy importante.

En este sentido, la Unidad de Psicología Clínica y de la Salud de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, ha editado una Guía de Autoayuda tras los atentados del 11 de marzo en la que se subraya que “contar lo que has vivido, la historia que describe tu experiencia personal, ayuda a integrarla, de forma adecuada, en tu vida”.
 

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