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Adiós a la Ley de Calidad

El PSOE, con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, ha ganado las elecciones del pasado domingo con 165 diputados, mayoría más que suficiente para formar gobierno con la alianza de pequeños partidos. Con la única pega de una posiblemente difícil cohabitación con un Senado mayoritariamente del PP, el Partido Socialista no tendrá problemas para aplicar su programa a la Educación española, e invertir los términos de la Ley de Calidad.
Miércoles, 17 de marzo de 2004
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Autor: José M. LACASA

No se sabe aún si gobernará en solitario “con apoyos puntuales” o pactando. Si reeditará el tripartito de Maragall a escala nacional o se inclinará por los partidos nacionalistas más moderados, que probablemente ofrezcan menos problemas de cara a la opinión pública. Pero lo que es seguro es que los días de la Ley de Calidad –o al menos su espíritu– se han acabado.

Y digo “su espíritu” porque el principal obstáculo que va a encontrarse el PSOE para la derogación de la LOCE es un Senado en manos del PP, que puede bloquear la tramitación de cualquier Ley Orgánica que intente echarla abajo. Aún así, tiene en sus manos aún los reales decretos o los reglamentos para legislar lo que se le antoje, y muchas comunidades autónomas donde aplicarlo.

Lo que va a cambiar

Los cambios dependerán primero de los pactos a los que se lleguen en los próximos días. Más temblará la concertada si los socios del PSOE son ERC e IU que si son Coalición Canaria y CiU, por poner un ejemplo. Lo que está claro es que en ningún caso el PSOE cederá Educación a ningún otro partido y, por tanto, la responsabilidad será toda suya, y la Educación que nos espera dependerá sobre todo de las personas que se encarguen de ella.

Aunque es un poco pronto para hacer quinielas, el “macroministerio” que incluya Educación entre sus competencias tiene pinta de estar encabezado por Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense de Madrid, número dos por Madrid y apuesta personal de Rodríguez Zapatero.

Otros perfiles

Aunque siempre es posible que Peces Barba “coloque” a su candidata, la ignota –por lo poco que se prodiga– María Jesús Sansegundo, vicerrectora de la Universidad Carlos III y especialista en presupuestos de Educación.

Luego, cada una organizará el Ministerio como quiera, pero, para cargos más cercanos a Educación siempre suenan los nombres de Amparo Valcarce (portavoz de Educación por el PSOE en el Congreso) y Carmen Chacón (portavoz de la ejecutiva socialista): aunque ninguna tiene el perfil de las dos anteriores –y que parece querer Zapatero–, ambas tienen oportunidad de acceder a una secretaría de Estado que lleve la Educación no universitaria.

Aunque ambas son socialistas, la oposición a la LOCE de Carmen Chacón ha estado más marcada por una vuelta a la Logse, mientras que la de Valcarce –profesora de Secundaria, catedrática, directora e inspectora–, mucho más técnica, se ha caracterizado por buscar nuevas vías de desarrollo que mejoren la ley de Educación socialista.

Líneas de actuación

Pese a que muchos militantes del partido lo pidieron, el programa electoral del PSOE no se comprometía a derogar la Ley de Calidad. Sin embargo, si atendemos a las medidas más criticadas en los últimos tiempos, es evidente que va a volver a cambiar el modelo de dirección, la estructuración de la Prueba General de Bachillerato, el establecimiento de itinerarios o la Educación Preescolar.

Mirar hacia adelante

Pero ese mirar hacia atrás es injusto con el programa socialista, que está lleno de medidas innovadoras: aunque lo que más se recuerda es el Inglés y los ordenadores para todos (los compromisos de Zapatero de colocar un ordenador para cada dos alumnos en Secundaria y de que todo alumno de 4º de ESO hablará inglés), también son importantes el aumento de horas lectivas dedicadas a la lectura, desarrollar la función tutorial, potenciar la orientación educativa o la consolidación de las zonas escolares rurales.

Otras de las líneas-fuerza del programa, y que sin duda se verán reflejadas en las actuaciones del Ministerio de Educación serán la autonomía de los centros educativos y la preocupación por conseguir un mayor grado de igualdad.
Con respecto a la primera, los centros tendrán una mayor autonomía organizativa, funcional y de gestión económica y personal, pero que se verá contrapesado por un mayor control social, por parte de los consejos escolares, de la gestión del centro. Además se desarrollarán los sistemas de evaluación interna y externa.

Con respecto a la segunda, el compromiso es atender a todo el alumnado sin discriminación, y llevar a cabo “programas integrales de compensación educativa” para alumnos desfavorecidos, inmigrantes, alumnado con necesidades específicas, etc. Y por supuesto, centros abiertos 12 horas al día, 11 meses al año.

El programa socialista

El programa socialista de Educación, considerado por Zapatero como el de mayor importancia para su partido (“Nuestro nombre es Educación, y nuestro apellido Cultura”, ha dicho en numerosas ocasiones desde la presentación del programa electoral), contiene multitud de medidas. Resumimos aquí las más importantes:

–Garantizar los más altos niveles de calidad para todos, con suficiencia e igualdad de medios y obligaciones de toda la enseñanza sostenida con fondos públicos.

–Transmitir y enseñar a vivir, a niños, adolescentes y jóvenes, los valores de la ética constitucional, centrando su atención tanto en el respeto de los derechos individuales y sociales, como en la asunción de los deberes personales y colectivos.

–Potenciar los valores y atender las necesidades de una Escuela pública y laica en los términos del artículo 27 de la Constitución.

–Fortalecer los principios de exigencia académica y disciplina moral para la convivencia, el respeto mutuo, el trabajo formativo, la autoestima y el pleno desarrollo personal y social.

–Articular estructuras funcionales en las que estén presentes profesores, estudiantes, padres, Administración, Medios de Comunicación y Expertos interdisciplinares que orienten las responsabilidades de cada uno en los procesos de aprendizaje y formación.

–Fomentar la escolarización temprana a través de una oferta pública de plazas (de 0-3 años) en escuelas infantiles (con la corresponsabilidad de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos) como instrumento básico de compensación de las desigualdades de origen, que permita conciliar la vida laboral y familiar e incrementar el empleo de la mujer.

–Ponderar los saberes científicos, humanísticos y sociales fundamentales que se deben organizar en la Enseñanza General Obligatoria y Bachillerato.
–Fomentar la atención y orientación de todos los estudiantes, y de modo singular a quienes presenten necesidades educativas específicas, para conseguir una enseñanza personalizada.

–Determinar los medios que garanticen las tasas de escolarización que queremos lograr tras el nivel obligatorio.

–Realizar la integración de los subsistemas y otorgar una prioridad fundamental a la Formación Profesional.

–Formalizar un Contrato con el Profesorado de todos los niveles educativos, que garantice un sistema de incentivos salariales y profesionales, que propicie la dignidad que exige su trabajo, incremente su reconocimiento social y conlleve un compromiso eficaz con la calidad de la enseñanza.

–Avanzar hacia una educación que responda a los retos de la sociedad del conocimiento, a un mundo cada vez más globalizado desde una perspectiva cosmopolita. Para ello integraremos las TIC en las aulas como una herramienta educativa más, y aseguraremos el conocimiento efectivo de al menos dos idiomas extranjeros, principalmente los de mayor uso en la UE.

–Consagrar el derecho a la Formación Permanente de los ciudadanos de España. 

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