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Entre rejas y videocámaras

Más de un centenar de niños muertos y decenas de menores desaparecidos. El resultado del secuestro de más de 1.000 personas en un colegio de Osetia del Norte nos lleva a pensar en los centros educativos como lugares públicos especialmente vulnerables y, a menudo, sin ningún tipo de protección.
Miércoles, 15 de septiembre de 2004
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Autor: Marta SERRANO

Accidentes con la electricidad o por el mal uso de las instalaciones deportivas (mala fijación de porterías, por ejemplo), son motivo de preocupación entre alumnado, profesorado y padres, que ven como los centros educativos no garantizan la seguridad de sus hijos. Sucesos así, junto a recientes tragedias que han involucrado bombas y armas de fuego han urgido a la comunidad educativa en general a preguntarse por la seguridad en los colegios e institutos.

En países sudamericanos como Perú, por ejemplo, existen planes específicos para actuar ante seísmos, desastres metereológicos o catástrofes ambientales.

Chile va más allá y cuenta, desde 1976, con una Comisión Nacional de Seguridad Escolar que se encarga de evaluar e informar de la aplicación de la normas existentes en materia de seguridad y prevención de accidentes escolares, así como proponer en el currículo escolar desde los tres años la introducción como materia transversal de conceptos como seguridad, prevención y autoprotección.

Asimismo, en algunos estados de EEUU como Oregón también disponen desde hace años de la Alianza Nacional para Seguridad en los Colegios (National Alliance for Safe Schools).

Pero, ¿y en España? ¿Existe una cultura de la prevención y de la seguridad escolar? El último informe del Defensor del Pueblo andaluz demuestra que al menos 7 de cada 10 centros educativos de la región no cumplen las medidas o requisitos indispensables para una correcta seguridad. La denuncia del Defensor del Pueblo trata de fomentar medidas para frenar conductas delictivas como el robo, sabotaje, gamberrismo o infracciones en los centros educativos.

De hecho, no son pocos los colegios e institutos que colocan rejas en las ventanas para evitar la fuga de los jóvenes. Además, en muchos centros educativos se suprimen los extintores necesarios en cada una de las plantas o los dejan bajo llave para evitar las “travesuras” de los chicos y chicas que juegan con ellos o los roban.

Otra de las medidas denunciadas es el bloqueo de las puertas y cerraduras para que los escolares no se vayan antes de la hora. Muchas de las actuaciones que llevan a cabo muchos centros, según el Defensor del Pueblo andaluz, “anulan completamente los sistemas de protección y dejan al descubierto la seguridad de los más pequeños”.

En casos excepcionales, muchos centros en distintas comunidades autónomas se han visto obligados a contratar vigilancia privada para evitar cualquier tipo de acto vandálico y violencia juvenil. Es el caso de algunos centros educativos en Madrid y también 55 colegios alicantinos, donde el Ayuntamiento de la ciudad se vio obligado hace un par de años a dotar a los centros de guardias de seguridad que, si bien no iban armados a los centros, sí contaban con conexión directa con la Policía. No obstante, cabe destacar que la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en nuestro país se realiza a posteriori. Es decir, cuando aparece una crisis o una catástrofe. Según fuentes policiales consultadas por MAGISTERIO, “ni el Ministerio del Interior ni la Policía o la Guardia Civil tienen las competencias o los medios necesarios para prevenir o evitar una catástrofe en un centro educativo ”. En cuanto a las medidas de prevención, son los propios centros, en su caso a través de las administraciones autonómicas o locales, las que tienen todas las competencias de colegios e institutos, incluyendo sus sistemas de seguridad, desde que el Ejecutivo transfirió las competencias educativas a las CCAA.

Pero, en la práctica, los elementos para garantizar la seguridad suelen consistir en rejas y dispositivos anti-incendios o anti-robo tales como alarmas. Sólo en algunos centros, normalmente colegios o institutos privados, disponen de vigilantes de seguridad o recintos privados y dotados con videocámaras. Eso sí, “garantizar la seguridad de un centro escolar mediante policía local o la contratación de guardias de seguridad o profesionales también conlleva elementos negativos porque se pierde la sensación de normalidad”, señalan fuentes policiales. “La proporción de adultos en relación con los estudiantes que deben ser supervisados es de importancia crítica”, añaden. Lo que sí es conveniente es que exista una estrecha colaboración entre el centro educativo, y los padres y profesores con el vecindario, así como que se facilite el trabajo a la Policía de Proximidad, un Plan puesto en marcha por la DGP en el año 2000 con el fin de proteger mejor a los ciudadanos por medio de un agente que conozca bien el barrio y a los vecinos.

Más tecnología

En el caso de implementar las alarmas y cerraduras con otros mecanismos de tecnología más avanzada, los detectores de metal se perfilan como una opción polémica y costosa. Su utilidad potencial para un centro específico depende de muchos factores, incluyendo la seriedad de los problemas con armas blancas, la disponibilidad de recursos para personal y entrenamiento, el diseño físico de los edificios y los posibles efectos negativos en la atmósfera de los colegios.

Los detectores portátiles no son tan costosos y su portabilidad permite los chequeos al azar.

También existen los sistemas de identificación fotográfica, que pueden ser relacionadas con las bases de datos de los colegios y las cámaras de televisión de circuito cerrado, particularmente extendidas entre las universidades españolas.

Medidas sin costo

Pero la seguridad puede ser también mejorada con medidas que no implican costo alguno tales como cambios de procedimiento o planeando y asignando espacios. Por ejemplo, separar las entradas y salidas de la cafetería, en el caso de los institutos, reduce la congestión en la hora del recreo y también el conflicto personal entre los alumnos.

Medidas básicas

Ante posibles situaciones de crisis es recomendable tener presentes medidas básicas y fáciles de implementar en los recintos educativos tales como:

—Mantener muy bien identificadas las zonas de seguridad establecidas en el centro educativo.

—Conocer los procedimientos básicos de evacuación y seguridad del centro.

—Designar un responsable de cautelar los procedimientos de seguridad al interior del colegio.

—Promover acciones de seguridad en los patios. Por ejemplo, generar espacios diferenciados de entrenamiento para los alumnos más pequeños de la enseñanza básica.

—Evitar tener zonas de riesgo en los colegios que puedan ser utilizadas por los alumnos y que potencialmente sean focos de accidentes.

—Realizar campañas de sensibilización de la importancia de la cultura de la prevención de riesgos y las medidas de autoprotección.

Solidaridad en la comunidad educativa

El Presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, pidió a través de una carta a los 25 Jefes de Estado de los países miembros, que todas las escuelas de la UE guardaran un minuto de silencio el martes 14 de septiembre en memoria de las víctimas de Beslan. En su carta, el presidente Borrell escribe: “A todos y cada uno de nosotros nos ha conmovido el desenlace trágico de la toma de rehenes en la escuela de Beslán, en Osetia del Norte. Al tomar como rehenes a niños, que son la inocencia misma, la barbarie terrorista nos ha demostrado que el horror no tiene límites. Todos nosotros hemos brindado nuestro apoyo a las familias de las víctimas.

Hoy me parece necesario que el testimonio inmediato de esta solidaridad se vea reforzado por una acción simbólica a escala de la UE. El martes 14 de septiembre, a las 12.00 horas en Estrasburgo, el Parlamento Europeo observará un minuto de silencio en homenaje a todas las víctimas y especialmente a los niños víctimas de esta tragedia”. Asimismo, ese mismo día y a la misma hora propone que todas las escuelas de la Unión Europea observen un minuto de silencio. “Será una muestra de nuestra solidaridad común con los niños que son víctimas del terrorismo, así como de nuestra firme voluntad de luchar juntos contra esta lacra”, subraya.

Por su parte, la comunidad educativa también ha mostrado su rechazo a la matanza. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), ha manifestado su más seria repulsa ante lo acaecido en la escuela de Beslán. “Como madres y padres de escolares, vivimos con horror la situación creada por los terroristas y la falta de negociación, que se saldó con tantas muertes. Compartimos los sentimientos de dolor e impotencia que los padres y madres de los escolares de Beslán pueden estar viviendo y alzamos nuestras demandas a las más altas instancias internacionales para condenar los hechos y emprender las actuaciones pertinentes para que no se repitan”, señalan.

¿Cómo podemos educar a nuestros hijos e hijas en una cultura por la paz, en medio de tanta violencia social?, se preguntan.

“Los niños de hoy son los ciudadanos del mañana y uno de los objetivos primeros de Ceapa es que puedan crecer y desarrollarse en una sociedad de paz, tolerancia, dignidad, libertad, igualdad y solidaridad”.

“Las inversiones de los centros en seguridad suponen un ahorro”

El Ayuntamiento de Newport, en Reino Unido, fue premiado por los sistemas de seguridad implantados en 27 colegios gracias a la tecnología IP de Axis Communications. El director de ventas para el sector de Seguridad, Alberto Alonso, explica como mejorar la situación en España.

—Además de rejas o alarmas, ¿qué otros elementos mejorarían la protección?
—Podemos destacar los sistemas de video vigilancia digitales, los sistemas de control de accesos y los vigilantes. Con el uso combinado de estos elementos se podría, por una parte, dar acceso a las diferentes dependencias de los colegios exclusivamente a aquellas personas que estén autorizadas a ello y, por otro, se podría guardar las imágenes de todas las personas que entran y salen de los diferentes espacios para su posterior uso como evidencia en el caso de que hubiera incidentes.

—¿Cómo mejoran la seguridad las cámaras IP?
—Las cámaras de vídeo digitales, conocidas como cámaras IP, están formadas por una cámara de vídeo y un ordenador y pueden conectarse directamente a redes informáticas proporcionando imágenes de vídeo en directo a un centro de control local o remoto y permitiendo la grabación de las imágenes en los discos duros de un ordenador. Permiten además el envío de imágenes a través de Internet a centrales receptoras de alarmas o directamente a las dependencias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

—¿Qué otros elementos tecnológicos podrían incrementar la seguridad de un centro dotado con una alarma anti incendios básica?
—Dependiendo del nivel de seguridad que se precise se podrían incluir tornos en las puertas, sensores de movimiento, cerraduras electrónicas, cámaras de vigilancia, vigilantes de seguridad, etc. pero siempre teniendo en cuenta que los centros educativos han de resultar lugares agradables para los estudiantes y que creen el clima necesario para promover el estudio y el aprendizaje.

—¿Cuánto costaría dotar a un centro de estos sistemas?
—Sería muy complejo dar una cifra concreta, pero lo cierto es que la instalación de un sistema de vídeo IP generaría un retorno de la inversión y grandes ahorros en muy pocos años. Además, usaría la misma infraestructura de red que los ordenadores del centro, y el sistema de vigilancia también podría emplearse (en los horarios en los que no hubiera personas en el centro), para otras funciones como, por ejemplo, la oferta de servicios de e-learning. En cualquier caso podríamos hablar de varias decenas de miles de euros. De hecho, en las 27 escuelas conectadas al sistema de Vigilancia IP del Ayuntamiento de Newport (Reino Unido), el número de incidentes relacionados con vandalismo y conductas antisociales descendió un 29% (pasando de 725 a 516) el primer año, lo que representó un ahorro en costes del 35% sólo en lo relacionado con la reparación de ventanas. En comparación con otros países España se encuentra todavía bastante por detrás de otros países. 

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