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La ministra y las becas

Cuando la ministra de Educación presentó la memoria económica de la LOE antes del verano, a este periódico se le ocurrió preguntar qué medidas estaban allí incluidas para conseguir alcanzar los objetivos de Lisboa en 2010, especialmente el del abandono temprano.
Miércoles, 28 de septiembre de 2005
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Autor: José M. LACASA

Sobre todo, teniendo en cuenta que se supone que tenemos que conseguir que un 85% de los jóvenes alcancen el graduado en Secundaria superior y la tasa de jóvenes que no superan la ESO (Secundaria básica sin la cual no es posible estudiar la superior) se acerca al 30% –y subiendo.

Por supuesto, era una pregunta con trampa: tanto el Ministerio como MAGISTERIO sabían que los objetivos de Lisboa son batalla perdida por lo menos hasta 2015, y eso tomando medidas radicales. Pero lo sorprendente es que la ministra, María Jesús San Segundo, en vez de salir por peteneras (lo habitual), se le ocurriera decir que la razón por la que teníamos una tasa tan baja de graduados en Secundaria superior se debía a que el anterior Ministerio (PP) disminuyó las becas para Bachillerato. Y pasó a otra pregunta.

Con independencia de que tal contestación tiene poco que ver con el problema –era una más de las contestaciones de la ministra–, lo preocupante es que tal filosofía parece haber calado en la política educativa del Gobierno, siendo la medida estrella de estos presupuestos las 40.000 becas.

Sin embargo, tal y como demuestra el gráfico de la página anterior, es difícil establecer una correlación entre la política de becas y las cifras de abandono temprano (población de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de E. Secundaria superior y no sigue ningún tipo de formación), uno de los objetivos de Lisboa. Sin embargo, sí parece clara la correlación entre el abandono temprano y el fracaso escolar en 4º de ESO.

Por ejemplo, la correlación (R2) entre abandono y becas en Secundaria superior es de 0,14. La que hay entre abandono y fracaso escolar es de 0,64. Sin embargo, ni la memoria económica, ni la ministra, ni la LOE (que ahonda los errores Logse) anuncian medidas comprometidas que vayan en la línea de reducir el fracaso escolar en la ESO, auténtica piedra angular del sistema.

Tan sólo las “marchesianas” medidas de refuerzo para 600 centros –que Zapatero ha prometido duplicar en los próximos años, sin saber si de verdad van a funcionar– parecen ir en esa línea, porque el resto se pueden calificar como mucho de tímidos retoques de eficacia desconocida.

Nos queda entonces que la gran apuesta del Gobierno van a ser las becas y algún otro dispendio de eficacia dudosa. Tras leer el artículo de la página anterior, no parecen quedar dudas de que las becas por sí solas no bastan. Pero son un buen enganche electoral y benefician principalmente a las comunidades gobernadas por el PSOE.

En resumen, mas tiempo perdido mientras todos los indicadores de la Educación se han estancado –cuando no descienden– por primera vez en décadas. El próximo año (o lustro) seguiremos lamentándonos.
 

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