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El joven español muestra escaso espíritu crítico y nociones erróneas sobre la cuestión energética

Errores de bulto, confusión en temas esenciales y falta de sentido crítico. Esta es la situación de los jóvenes españoles entre 16 y 35 años ante las cuestiones energética y medioambiental, según un informe elaborado por los profesores Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez y financiado por Gas Natural.
Miércoles, 28 de septiembre de 2005
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

Tras realizar encuestas telefónicas a algo más de 1.200 individuos, los autores han trazado un perfil de joven mal informado, autocomplaciente (“contaminan otros, no yo”) y excesivamente cándido ante temas que forman parte de su paisaje cotidiano. Concretamente, y en cuanto a la Educación recibida, Pérez-Díaz y Rodríguez reconocen que los temarios actuales ponen más énfasis que nunca en este tipo de cuestiones, aunque esto no signifique que se haya conseguido inculcar a nuestros jóvenes una cultura energética sólida.

Más aún, el estudio demuestra que los conocimientos oscilan poco dependiendo del nivel de estudios alcanzado. Por ejemplo, mientras que un 61,8% de los que poseen la Educación básica considera equivocadamente que la luz y los electrodomésticos “representan el mayor consumo energético den sus hogares”, dicho porcentaje sólo baja hasta el 51% en el caso de los universitarios.

Renovables y nuclear

Durante la presentación –celebrada en el Hotel Wellington de Madrid el pasado 21 de septiembre–, los autores alertaron también sobre un fenómeno que afecta a amplias capas de la población juvenil: la llamada “invisibilidad del carbón”. Sin importar la formación recibida, alrededor del 50% de encuestados cree que “el carbón se usa en un grado bajo como fuente de energía en España”, algo que los datos desmienten de manera rotunda.

Otros errores comunes sitúan a las energías renovables como las más baratas de todas las disponibles y a la energía nuclear como la más contaminante (efecto Chernobil). Sin embargo, en el caso de la energía heólica y la solar, el paso por el sistema educativo sí suele dejar huella: los que atesoran un nivel de estudios mínimo se equivocan al respecto el doble que el segmento universitario.

El Protocolo de Kioto y el calentamiento global son también dos temas en los que la formación recibida cuenta, probablemente porque los universitarios prestan de media más atención a los medios de comunicación que los que no lo son.

En cuanto a estas dos últimas cuestiones, Rodríguez y otros ponentes se lamentaron de la escasa “actitud crítica que demuestran los jóvenes”, algo que se observa en el hecho de que no “desconfíen ante la demagogia”. “Cuesta que razonen más allá de lo políticamente correcto”, concluyó Pedro A. Fábregas, director general de la Fundación Gas Natural.
 

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