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“El fracaso escolar no se combate con la repetición”

Pasados los cien primeros días al frente de la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia, Laura Sánchez Piñón explica los principios que van a regir su acción política. Así como sus opiniones acerca de los aspectos más controvertidos de la LOE.
Miércoles, 23 de noviembre de 2005
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Autor: J. M. de MOYA / D. F.

¿Cuál es su opinión sobre la LOE y la polémica que ha originado?
En primer lugar, mi posición sobre lo que debe ser una ley educativa es que debe alcanzar el máximo consenso. Sería muy deseable que la LOE fuera una ley que perdurase mucho en el tiempo. Los países que tienen mejores resultados educativos siempre han tenido leyes que han perdurado. En una ley educativa deben participar todas las fuerzas políticas, o por lo menos las de mayor representación. Ese acuerdo sería muy positivo para toda la comunidad educativa. Creo que además en este año y medio se ha consultado a diferentes sectores, aunque es cierto que ahora, en el momento del debate político, se puede llegar a posiciones extremas que sería importante aunar y llegar a una posición común.

Al margen de los partidos, hay un rechazo por parte de la comunidad educativa, desde todos los ámbitos.
La mayor parte de los sindicatos han firmado unos acuerdos con el Ministerio en temas de gran calado. Es decir, que a nivel sindical no es una ley que esté contestada.

Porque ha habido acuerdos económicos…
No sólo, también de mejora de las condiciones laborales. Y a nivel estudiantil no ha tenido incidencia. Es cierto que la manifestación del día 12 sí tuvo una incidencia que puso encima de la mesa algunos temas que yo creo que no son centrales en la ley. Como la Religión, que tiene un tratamiento muy adecuado. La ley es respetuosa con los acuerdos con la Santa Sede y con lo que representa la Iglesia en la cultura española, que no debemos olvidar. Pero a pesar del buen tratamiento que tiene la Religión en la LOE, se hace bandera de ella para atacar la ley.

Al contrario, creo que la bandera de la Religión la ha cogido el Gobierno para llevar a ese terreno la protesta, que se convocó en contra del fracaso escolar, por el prestigio del profesorado y por la libertad de elección de centro.
Es cierto que España tiene unos resultados… Vamos a decir que están por debajo de lo que se esperaría en todas las evaluaciones comparativas que se hacen a nivel europeo. Lo que es cierto es que el fracaso escolar no es un tema de hoy. Ha estado siempre ahí. ¿Cuál es la novedad? Pues que antes no nos evaluábamos. Así como otros países tienen una gran cultura de la evaluación, en España ha llegado muy tarde. Y yo creo que en la LOE sí que se pretende combatir estas tasas de fracaso escolar. El fracaso escolar no se combate con la repetición. La discusión no puede estar en si repite con dos o con tres asignaturas. ¿Cuál es la solución? Intervención temprana. ¿Cómo se logra eso? Con más inversión en Educación. Cuando invirtamos suficientemente tendremos mejores resultados. La inversión debe ser estable y fruto de un pacto entre todos los partidos. Mi opinión es, si un país europeo como es España no apuesta por la Educación y la investigación, va a perder el tren del futuro.
No podemos esperar a que un niño tenga 12 años para decir que no sabe leer. No podemos abandonar a los niños, al final les hacemos una prueba y resulta que no tienen capacidad lectora o comprensiva. Es algo que nos alarma profundamente. Hay que actuar rápidamente, es decir, antes de que se genere la exclusión.

No piensa que el debate se debería haber centrado entonces, y desde ese punto de vista, en cuestionarse si la filosofía que inspiró la Logse menospreciaba los conocimientos en favor de las actitudes, etc. Y si esa filosofía inspiradora nos ha hecho daño.
Yo creo que la Logse no ha hecho daño. Es mi opinión.
Sobre los datos de evaluación a que ha aludido antes. En el 2000 teníamos un 25 por ciento de fracaso escolar. Ahora, según el Ministerio, tenemos un 29,9. Es decir, vamos creciendo en fracaso a punto por año.
Una matización: los datos de fracaso escolar no son una evaluación del sistema educativo. Lo que quiero decir es que el concepto que ahora tenemos de evaluación del sistema partiendo de las capacidades de los alumnos es algo nuevo en el discurso educativo. Parece que España lo ha descubierto ahora. Ya forma parte del debate. Ese es el cambio que yo veo.

Entonces, usted cree que la filosofía que inspiró la Logse sigue siendo válida.
Yo lo que creo es que la ley actual es mucho más moderna y mucho más europea, en ese sentido del que hablábamos. Porque pretende evitar las altas tasas de fracaso con una intervención más temprana a través de los desdobles en materias donde los alumnos suelen tener más dificultades.

Otro tema que preocupa es el profesorado, especialmente de Secundaria, que se queja de que va a seguir desamparado con esta ley, con falta de autoridad, desprestigio dentro de los centros. Y también los equipos directivos.
Indudablemente ahora el profesorado de Secundaria es el que se encuentra peor, en el sentido de que el sistema falla por debajo, con alumnos que realmente ya están fuera del sistema, pero que siguen en las aulas. A estos alumnos hay que buscarles salidas en la Formación Profesional –que en España es uno de los pocos países donde está poco valorada– o integrarlos en el sistema educativo-laboral.

¿Pero qué herramientas puede tener un profesor para ganar en autoridad dentro de su aula?
La responsabilidad no sólo está en el profesor ni el sistema educativo. Los valores y la ética personal, en el 70 por ciento de los casos, está marcada por la familia. Yo soy madre y tengo muy claro que los valores se ponen en casa, el sistema educativo acompaña y lo padres participan. Hemos partido de un sistema muy autoritario y ahora estamos en el otro lado. Cuanta mayor participación de las familias, mejores resultados.

Debate Pública-Concertada

El eterno debate Pública-Privada o Pública-Concertada. Según esta última, la LOE la trata de modo subsidiario, como de segunda clase. Por otro lado, ese es el proyecto del PSOE, vertebrar el sistema sobre la escuela pública. ¿Cuál es su posición?
Yo parto de que las dos reciben fondos públicos, por tanto los niveles de exigencia y de responsabilidad deben ser similares. Y las patronales están de acuerdo para que la gente esté tranquila con lo que se hace con los fondos públicos. No puede ser es que con fondos públicos se financien dos tipos de escuela y que, por ejemplo, los criterios de admisión de inmigrantes sean distintos. En España, el 68 por ciento son escuelas públicas y el 32, concertadas. Y la Pública escolariza al 81 por ciento de los inmigrantes.
En ciudades como Barcelona o Valencia a donde llega una familia de inmigrantes con cuatro o cinco hijos ya comenzado el curso no hay sitio en la Concertada. ¿Cómo es posible que no haya sitio? ¿No se reserva ningún tipo de plaza? ¿Hay que escolarizarlos siempre en la escuela pública? Yo me comprometo a apoyar a las dos escuelas, pero con el mismo nivel de exigencia.

¿Usted tiene datos de que la Concertada seleccione a su alumnado?
No, yo tengo datos muy globales de lo que pasa en España sobre escolarización de población inmigrante.

¿Y quién tiene la “culpa” de que ocurra eso? ¿Puede ser que la Concertada seleccione a su alumnado?
Claro, podría ocurrir. Aunque yo no tengo datos concretos. Creo que la LOE pone los controles necesarios para que esto no ocurra: las Comisiones de Escolarización. La Concertada que está actuando bien no tiene porqué estar bajo sospecha. Yo creo que la LOE en ningún momento pone en cuestión la posibilidad de elección, que es un derecho recogido en la Constitución. Lo que sí pone son unos controles que seguramente no se ejercían hasta ahora. Porque los niños inmigrantes o que tienen problemas no están escolarizados en la misma proporción en la escuela Pública que en la Concertada, estadísticamente.

¿Pero a usted le parece que establecer cuotas o reparto de inmigrantes por cuota, se compadece bien con la libertad de elección de centro? Imagínese que todos los inmigrantes quieren ir a los colegios públicos.
Bueno, si quieren ir a los públicos sí. El problema es cuando no hay sitio en otros. Entonces, ¿dónde está la libertad de elección? Si no hay sitio no hay libertad de elección. Partamos de que debe haber sitio; luego ejerzamos la libertad de elección.

¿No piensa que también habría que igualar en recursos?
Hay que hacer estudios reales de las necesidades de las escuelas y que tanto unas como otras tengan todos los recursos.
 

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