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Varias CCAA limaron un 2% su fracaso entre 2002 y 2003

Ceuta y Melilla protagonizaron en el mismo período sendos descalabros educativos al aumentar su tasa bruta de no promocionados en ESO en más de seis puntos. Baleares pasó del 35 al 38%, y Castilla y León subió otro punto y medio.
Miércoles, 1 de febrero de 2006
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

A nivel estatal, el fracaso escolar en España sufrió un estancamiento entre los cursos 2001-02 y 2002-03. Ambos registraron una media nacional del 29,8% en cuanto a la tasa bruta de alumnos no titulados en ESO, una cifra que, como es sabido, nos sitúa a la cola de Europa, sólo superados por Malta y Portugal.

Y esto ocurrió a pesar de que, en el mismo periodo, hasta cinco comunidades autónomas consiguieron reducir sus índices de fracaso en al menos dos puntos porcentuales.

El caso más notable es el de Extremadura, cuya tasa de éxito escolar subió casi 3,5 puntos entre los dos cursos analizados, lo que le permitió superar a otras regiones como Valencia, Castilla-La Mancha o Andalucía que en 2001-02 mostraban mejores indicadores que ella en cuanto a alumnos que al menos obtienen el título de Secundaria.

Por su parte, Asturias rebajó su tasa de fracaso en 2,5 puntos. Esto permitió al Principado ser la única comunidad de España que registró unas cifras de fracaso inferiores al 15%, justo la mitad que la media nacional.

Ceuta y Melilla

Otras dos comunidades situadas en el norte de España –Cantabria y La Rioja– se apuntaron asimismo a las bajadas superiores a más de dos puntos, algo que también hizo Castilla-La Mancha.

El problema es que las regiones que aglutinan a los mayores núcleos de población obtuvieron escasos descensos en sus indicadores de fracaso (Madrid y Cataluña) cuando no leves aumentos (Andalucía y Comunidad Valenciana).

Además, Castilla y León vio mermada su tasa de éxito al finalizar la Secundaria en un punto y medio, mientras que Baleares sufrió el peor descalabro entre las 17 comunidades al aumentar sus datos de fracaso en nada menos que un 3%.

Pero la peor parte correspondió sin duda a los territorios de Ceuta y Melilla. Y es que ambos vieron como sus cifras de fracaso se disparaban más de seis puntos hasta acercarse y, en el caso de Ceuta, superar, la línea maldita del 50%.

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