Una ministra para la Universidad
Autor: J.M.L.
Es catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Ganó la cátedra en abril de 1996. Su biografía oficial dice que comenzó a colaborar con el PSOE en 1998. Forma parte del Patronato de la Fundación Pablo Iglesias, de la Fundación Alternativas (ambas dependientes del PSOE) y de la Fundación Estudio, y es vocal de la Junta de la Asociación de Amigos de la Residencia de Estudiantes.
En el transcurso de su vida profesional como docente universitaria ha publicado, entre otros, los siguientes libros: La patronal ante la II República (su tesis), El poder de los empresarios y Bibliografía de Nicolás María Urgoiti, fundador de la editorial Calpe.
Es difícil encontrar una definición de aquellos que la conocen que no incluya la palabra “progre”. Los más allegados dicen que es “la progre de la familia”.
Saltó a la vida pública de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero, que la impuso de manera sorprendente como “número dos” en la candidatura del PSOE al Congreso de los Diputados por Madrid.
Tras ganar Zapatero las elecciones del 14 de marzo, se barajó su nombre como candidata al Ministerio de Educación, pero fue desplazada en favor de los candidatos de Gregorio Peces Barba: Mª Jesús San Segundo y Gregorio Ordóñez.
Pasó a ocupar la presidencia de la Comisión de Educación en el Congreso de los Diputados, desde la que ha podido seguir de cerca los debates que han precedido a la aprobación de la LOE. Sin embargo, no tenía conocimientos previos en materia de Educación no universitaria, y mientras presidió la comisión “no mostró especial interés por lo que se debatía”, según fuentes consultadas por MAGISTERIO, aunque sí ocupó su puesto de forma eficiente y correcta.
Sí tiene conocimientos sobre política universitaria, al decir de sus compañeros de partido, que no se cansan de echarle flores. Por ello se da como segura la remodelación de su gabinete en ese área, tras los continuos sapos que ha tenido que tragarse el gobierno tras la gestión de Salvador Ordóñez.
En Educación no universitaria, por el contrario, se espera que mantenga el equipo que trabajó en la LOE, para acabar su desarrollo, aunque alguno de sus responsables ha comentado en pequeños grupos su “cansancio”.
Y el pulpo salió del garaje
María Jesús San Segundo se enteró la tarde anterior de que iba a ser cesada. Poco le duró la celebración de la LOE. Lo que no sabía es que su cese iba a ser poco menos que una defenestración pública: el presidente del Gobierno, al anunciarlo, pasó de puntillas, mientras colmaba de elogios al otro ministro saliente, José Bono. Tampoco dijo que San Segundo hubiera pedido el cese (sí lo hizo con Bono). Horas después tuvo que salir un representante del Gobierno diciendo que sí había pedido ser cesada. Luego resultó que una vez comentó que quería volver a dar clase en la Universidad.
Nadie en la comunidad educativa ha lamentado su cese o ha protestado por ello, a pesar de lo anómalo de la situación (cesada al día siguiente de aprobar una Ley orgánica, inaudito). Tampoco la prensa amiga, que la despidió de la misma forma que su gobierno.