fbpx

Dos semanas para echarse a llorar

Mientras políticos, educadores, padres y expertos se estrujan los sesos para atajar la violencia escolar, las agresiones ocurridas en entornos educativos han alcanzado en las últimas semanas cotas hasta ahora inéditas. Madres contra maestras. Ex-alumnos contra profesores de Secundaria. Tres adolescentes que se ceban con una compañera de clase. El muestrario de episodios violentos registrado en los últimos días de octubre y primeros de noviembre resulta escalofriante.
Miércoles, 8 de noviembre de 2006
0

En el número de octubre de la revista Padres y Colegios aparecía un reportaje sobre violencia escolar que dividía en cuatro tipos esta clase de agresiones. Dos eran contra docentes (protagonizadas por padres y alumnos), otra entre alumnos y una última –marginal– de profesores a estudiantes.
Por desgracia, en las dos últimas semanas han saltado a los medios de comunicación episodios de violencia en entornos educativos que encajan en las cuatro tipologías mencionadas por la publicación gratuita.
Y es que de todo ha habido entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre. Un ex-alumno que irrumpe en su antiguo instituto y da una feroz paliza a un profesor incapaz de manejar la situación. Madres que acuden al colegio de sus hijos a tomarse su particular justicia por sus largas manos. Compañeras de clase que no tienen compasión con una chica de 13 años a la que agreden hasta causarle fracturas por todo el cuerpo. Dos menores que se enfrentan navaja en mano a las puertas de su instituto.

Alarmismo

Sin temor a caer en el alarmismo –una tentación de la que siempre hemos huido en estas páginas–, esta semana hemos querido dedicar el reportaje principal a resumir lo ocurrido en esta quincena horribilis.
No es, por fortuna, habitual que coincidan episodios tan dramáticos en tan corto espacio de tiempo. Todos estamos obligados a esforzarnos para que que no vuelva a repetirse tal sobredosis de violencia en las aulas.


Alumno contra alumno Ponferrada (León), 25-10-06 / Tuineje (Fuerteventura), 3-11-06

Chicas adolescentes con ademanes de matón

Aunque todos los estudios indican que los chicos utilizan la violencia física contra compañeros con mayor frecuencia que las chicas, los últimos casos de agresiones entre escolares han puesto de manifiesto que el recurso a la fuerza bruta no está ni mucho menos descartado entre el sexo femenino.
Si hace un par de semanas toda España pudo contemplar –merced a un discutible alarde mediático consentido y alentado por  los propios padres– las consecuencias de una paliza sufrida por una joven de 13 años en Ponferrada, el pasado fin de semana se supo que dos alumnas de un instituto canario habían sido expulsadas tras protagonizar una pelea con navajas a las puertas del centro.
El episodio ocurrido en la localidad leonesa supuso un ejemplo extremo pero muy ilustrativo de una conducta de acoso llevaba hasta sus últimas consecuencias.
Al parecer, la víctima ya había padecido con anterioridad todo tipo de amenazas y vejaciones por parte de algunas de sus compañeras en el IES “Virgen de la Encina”. No satisfechas, el pasado día 25 de octubre tres de las acosadoras decidieron perseguir a la chica a la salida del instituto y, tras darle caza, le propinaron varios golpes que resultaron en fracturas de tibia, peroné y tobillo.
Aunque el hecho está siendo investigado por la Fiscalía de Menores, todo apunta a que la versión de la familia se ajusta bastante a la realidad. Por cierto, el padre rechazó matricular a su hija en otro centro alegando que “si alguien tiene que cambiar son las agresoras”.

Navajas

Y para quien pensara estar curado de espanto frente a la violencia entre alumnas, el viernes 3 de octubre dos chicas de 13 y 15 años sorprendieron a propios y extraños al blandir navajas en una trifulca acaecida a las puertas de su instituto en un pueblo de la isla canaria de Fuerteventura. Una de las chicas y otro menor resultaron heridos.
Según la Asociación Nacional de Profesores Españoles (ANPE), este tipo de episodios son cada vez más habituales en las aulas canarias, aunque “la consejería está más interesada en silenciarlos para no tener mala prensa”. Por su parte, la policía sospecha que las implicadas podrían pertenecer a alguna banda sudamericana del estilo de los Latin Kings.
Por el momento, las dos protagonistas de la pelea han sido expulsadas del IES durante ocho días y se les ha abierto un expediente disciplinario.


Profesor contra alumno Badajoz, 2004

Condenado por llamar “gilipollas” a un alumno

Comparados con las agresiones de padres y alumnos contra el colectivo docente, los actos de violencia verbal o física con el profesor como protagonista activo son, por fortuna, una especie en extinción.
Hace un par de semanas saltó a la luz pública uno de los pocos casos en los que el docente es supuesto verdugo y no víctima. Y es que el juzgado de Almendralejo (Badajoz) condenó a Carlos Cabanillas, jefe de estudios en el IES “Santiago Apostol” de la misma localidad, a una multa económica por un delito de injurias y vejaciones ocurrido hace dos años. En teoría, Cabanillas llamó “gilipollas” a un alumno al que había mordido un perro.
El claustro, la asociación de padres del IES y la Junta de Personal saltaron de inmediato en defensa del jefe de estudios. El pasado día 7 fue día de huelga y movilizaciones para protestar contra una sentencia que “pone de manifiesto el desconocimiento de la realidad de los centros”, según un comunicado.


Alumno contra profesor San Vicente del Raspeig (Alicante), 27-10-06

Cigarrillos, patadas, puñetazos: todo grabado en un teléfono móvil

Un chaval de 15 años con la agresividad desbocada e incapaz de controlar sus  violentos impulsos. Un docente atemorizado que no sabe si huir, enfrentarse o intentar reducir a su agresor.  Impasible, una alumna que graba los hechos en su teléfono móvil. Y poco después, a la salida del centro, varios compañeros haciendo negocio de tan deplorable episodio.
Todo esto ocurrió el pasado 27 de octubre en un instituto de San Vicente de Raspeig (Alicante), dando lugar a  uno de los capítulos de violencia escolar más esperpénticos que se recuerdan.
La cosa empezó cuando el chico –ex-alumno del instituto– entró sin permiso al centro y se introdujo en un aula, donde fue sorprendido por el profesor, aquel día encargado del orden interno. Éste requisó un paquete de tabaco al adolescente, provocando una ira imprevisible. Patadas, puñetazos… Sólo la intervención de otro profesor evitó males mayores.
Más tarde acudió la policía local, que tomó declaración a los dos menores implicados. La chica que registró el incidente fue expulsada 15 días, pero sus amigos se encargaron de rentabilizar las imágenes a entre 20 y 100 euros la grabación. El docente precisó de asistencia sanitaria.


Padre contra profesor Elche (Alicante), 27-10-06 / Granada, 23-10-06

Dos madres que apostaron por tomarse la justicia por su mano

La semana laboral entre el lunes 23 y el viernes 27 de octubre arrancó y terminó de igual forma: con una madre irrumpiendo en  un colegio público español y agrediendo a una maestra cuyo único pecado había sido intervenir en una pelea entre chiquillos de Primaria.
La primera agresión tuvo lugar en el CP “Arrayanes”, en Granada capital, cuando la progenitora de un alumno de cinco años acudió al centro tras ser informada de que su hijo había pegado a otro niño de tres años.
Mientras la maestra le estaba narrando los hechos, la madre –que se hizo acompañar de varios familiares– se levantó airada y descargó sobre aquélla todo un repertorio de bofetadas y amenazas contra su vida y su integridad física.
Quizá más alerta (por la frecuencia) que otras zonas de España frente a este tipo de sucesos, la Granada educativa se volcó en muestras de solidaridad hacia la docente agredida.
Primero la delegada provincial de Educación, que calificó la agresión de “inadmisible”; luego la Junta de Personal con un llamamiento a la movilización; y, finalmente, los sindicatos de la Concertada, que optaron por unirse a sus compañeros de la Pública en la jornada de protesta convocada para el viernes 27.

Riña de patio

Aquel día, el clamor contra la violencia escolar fue unánime en los centros granadinos, pero el destino quiso que, a lo ocurrido en la ciudad andaluza, le saliera esa misma mañana un clon en tierras levantinas.
El detonante fue de nuevo una riña de patio. En el CP “Casablanca”, de Elche, una maestra trató de separar a dos niñas enzarzadas, pero la versión que una de las implicadas contó a su madre con posterioridad trasladaba a la docente el papel de culpable.
Antes de preocuparse en contrastar lo ocurrido, la progenitora irrumpió en el colegio, golpeó a una profesora (por completo ajena a los hechos anteriores) que estaba vigilando el pasillo y se dirigió a la clase de su hija acompañada de una amiga. Una vez allí, ambas arrinconaron a la maestra y le propinaron varias patadas en las piernas y el bajo vientre.
Tras prestar declaración, la madre fue puesta en libertad. El director del colegio sólo desea que no todo “termine con una multa de 200 o 300 euros”, como suele ocurrir en estos casos. Las dos maestras agredidas continúan de baja.

0