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"Mi intención es reducir los niveles de fracaso escolar"

Ernest Maragall llega a la Conselleria en un momento difícil, en el que no es fácil apostar por la continuidad –los datos no son buenos– ni por la ruptura. Sin apostar por ninguno de los dos caminos, no se puede acusar a sus planes de falta de ambición.

Miércoles, 28 de marzo de 2007
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La primera pregunta es obligada: ¿qué van a hacer? ¿qué van a cambiar?
Creo que tenemos en Cataluña –y en España en general– un sistema educativo fuerte desde el punto vista institucional, asentado, con una tradición docente y con diversas generaciones de aportación conceptual –ideológica si se quiere– desde el punto de vista pedagógico, educativo. Pero en Cataluña, después de muchos años de reconstrucción de un sistema desde la democracia y de la recuperación del autogobierno, estamos obligados a –y somos capaces de– crear un modelo nuevo, mirando lejos, con voluntad no revisionista –no se trata de volver a empezar, sino de construir, mejorar, equipar, añadir, enriquecer. Creo que estamos en condiciones de aspirar a lo óptimo, en el sentido de consolidar el sistema educativo global del país.

Más concretamente…
Es una carrera esta que está claramente en curso. Presupuestariamente, Educación ha crecido un promedio de un 15% anual, que es muchísimo. Ha pasado de algo menos de 3.000 millones de euros a prácticamente 5.000 en tres años. Ahora hay que completar, añadir, mantener el ritmo, anticiparse a los acontecimientos. Nos hemos comprometido con unos objetivos y un método, con una competencia gestionada compartidamente con los gobiernos locales, con una participación también de las familias.
Eso incluye un proyecto educativo, pasar progresivamente de un concepto 3-16 a un concepto 0-18. Un 0-18 quiere decir tener unos resultados tangibles en, uno, la mejora de la tasa de éxito de nuestra Educación obligatoria y, asociado a eso, que un número importante de alumnos siga estudiando, sea Bachillerato o FP.

El problema es que el fracaso escolar no dejar llegar a un montón de gente a la FP…
No deja llegar, y luego el mercado laboral se encarga también de vaciar la FP, porque se lleva a los chicos a un trabajo tentándolos con una posibilidad de remuneración, por precaria e insuficiente que sea. Hay una doble debilidad: por un lado la ESO no enlaza correctamente con la FP y por otro la oferta no es lo suficientemente potente y atractiva como para mantener a los chicos.

Hay algún estudio sobre esto, aunque yo no estoy muy de acuerdo con las conclusiones, sobre todo con el ultimo de Caixa Cataluña.
¿Por qué? ¿Qué decía?

Pues decía más o menos eso. Pero los datos que tengo dicen lo contrario: la gente que acaba sí va a FP y no abandona, y los que abandonan, abandonan antes.

Las dos cosas, en Cataluña por lo menos. Lo importante es mejorar cuantitativamente el porcentaje de gente que llega al final del camino.

Existe correlación alta entre el porcentaje de alumnos que ya va mal en 1º de ESO y el que se va sin título de Secundaria.

Es cierto que una parte de la cuestión hay que trasladarla al análisis y a la mejora de Primaria. En Secundaria todo explota, todo aparece en primer plano muy dramáticamente, por lo que si queremos mejorar tenemos que empezar antes. La apuesta 0-3 tiene que ver con esto más de lo que parece. Estamos convencidos de que la experiencia internacional ayuda a entender que una buena atención individualizada en los primeros años mejora significativamente las tasas de éxito en los procesos posteriores.
Esas serían las dos direcciones: servicio público y éxito. Y para eso contamos con una base conceptual y operativa muy importante, el Pacte Nacional per l’Educació, y lo que esto significa de capacidad de consenso expresada en intenciones o proyectos más o menos compartidos, compromisos concretos, cuantificación de actuaciones… Y eso es una guía fantástica, que además incluye un concepto básico y novedoso, la confirmación definitiva de que en Cataluña hay un sistema educativo mixto, una escuela pública y una escuela concertada en todos los niveles, y que eso es así y que queremos que siga así.

Olvidar las guerras pasadas…
No sólo olvidarse de las guerras, sino afirmar una convicción positiva en ese terreno. Y practicar una efectiva línea de compromiso y de atención con ese sector educativo. Creo que sólo con una decidida política de dignificación y de mayor calidad de la escuela pública estaremos en las condiciones que necesitamos para que ese diálogo común, compartido con la escuela concertada, tenga un espacio natural de libertad y de desarrollo de personalidades que ambos sectores necesitan. Por eso hay un compromiso de sostener adecuadamente la escuela concertada, acompañado de un compromiso mutuo de corresponsabilidad en todos los aspectos de la Educación. Este pacto incluye explícitamente la voluntad de jugar juntos y a lo mismo.

Muchas veces parece que todos los problemas de la Educación vinieron en patera…

No estoy de acuerdo con ello.

No digo que usted lo haya dicho, pero…
No, es un elemento más que define la situación…

Pero es una situación que ha arrancado hace tres años, en 2003 hay todavía un 3% de inmigración en Cataluña…
Un poco más en Cataluña.

Según los Indicadores de Educación para Cataluña, había un millón de alumnos, 30.000 de ellos inmigrantes, en 2003.
Ya, pero en determinadas zonas había ya situaciones de concentración y de dificultad objetiva, asociadas también a un momento en el que los equipamientos y los equipos docentes son insuficientes. Una iniciativa que en el mandato anterior puso en marcha este gobierno progresista es la puesta en marcha del Programa de lengua, interculturalidad y cohesión social, y su plasmación práctica en las Aulas de acogida, que son un magnífico ejemplo de ingeniería social –tanto o más que estrictamente educativa.

Antes de la inmigración, la pública tenía un fracaso escolar del 44% [metedura de pata del entrevistador: es del 34%] y la privada tiene un 22%. Eso sigue siendo así…
No le voy a discutir los datos, aunque no coinciden con lo que yo tengo en la cabeza. La forma de calcularlos…

La buena es la del MEC.

¿Esto es un debate o una entrevista? Yo creía que hacíamos una entrevista. Lo que digo es que a esto deberíamos aplicarle una serie de consideraciones adicionales, por ejemplo de correlación social, y sería fácil llegar a conclusiones que sin negar un dato absoluto en sí mismo, nos daríamos cuenta de que estamos ante resultados ponderados no tan distintos. En todo caso, en Cataluña la escuela pública tiene –tenía, empieza a tener menos– problemas estructurales, de falta de dotación, de falta de capacidad de formular proyectos propios. Y tenemos, no ya ejemplos, sino realidades consolidadas cada vez más numerosas en los últimos años de rendimientos perfectamente comparables en términos académicos con las escuelas concertadas de sus respectivos entornos. Comparables o mejores, hay de todo. La escuela pública en Cataluña ha levantado vuelo, y en términos de recursos y en términos de equipo en muchas zonas de nuestro país están igual o mejor que sus escuelas concertadas. Y yo no estoy diciendo eso para hacer propaganda de unos frente a otros, sino que estamos empezando a crear condiciones en las que felizmente todos podemos aspirar a ser los mejores.
La escuela concertada tiene los recursos que debe de tener para aplicar el concepto del derecho a la Educación, y al mismo tiempo las escuelas públicas van reuniendo unos elementos necesarios para tener definición, proyecto educativo propio, dirección estable, gestión clara, relación con las familias en las mejores condiciones… Y en ese sentido, vamos consiguiendo que la comparación tenga más sentido.

Es cierto que, según PISA, no hay muchas diferencias en nivel cuando se detraen los aspectos socioeconómicos entre los alumnos de la pública y la concertada, pero sigue habiendo un 44% de fracaso en la pública…

44% en Cataluña no. [Tiene razón el Conseller: fuera de entrevista reconoció un 36%, que es el dato correcto]. Le digo que no estamos en el 44% de fracaso escolar en Cataluña. Con eso no digo que pueda estar satisfecho con el nivel que tenemos, ni mucho menos. Mi intención y mi firme propósito es ir claramente a una reducción de los niveles de fracaso escolar en el conjunto del país y en la escuela pública muy en particular, porque lo necesita más.

¿Cómo?
Con las dos líneas que le he explicado antes: más recursos, más autonomía de centros, más confianza en el profesorado, con más seguridad a los centros para que puedan sostener y desarrollar su proyecto educativo… Más recursos también en sentido pedagógico, tanto por la vía de la especialización  como con instrumentos de gestión desde el punto de vista administrativo más próximos, más adaptados, con mejores servicios territoriales, con ordenaciones curriculares adaptadas a los nuevos tiempos, y con ese elemento más intangible –pero imprescindible– que es la creación de un clima de confianza y de complicidad positiva en todo el conjunto de la profesión docente. Y ahí eso se va a notar.
Además de eso, hay que gestionar. Las leyes son marcos útiles y necesarios, pero en Secundaria hay que tomarse en serio conceptos como los de adaptación curricular o cualificación profesional, hay que empezar antes con todos estos temas, hay que atreverse a poner en contacto aprendizaje y práctica para alternar grupos de chicos y chicas, etc.

En Cataluña tienen una característica propia, que empieza en 1996, y que es la creación de itinerarios en ESO sin apoyo a la Administración en más de un centenar de institutos. ¿Por qué no se apuesta por esa elección de los centros?
No niego que los itinerarios sean una demanda, legítima incluso, en algunos centros concretos, y puede que tenga un resultado positivo parcial. Pero estamos apostando más por la diversificación curricular y el mantenimiento de una firme decisión de integración y de homogeneidad compatible con la atención a la diversidad, con un tratamiento individualizado si procede, con la capacidad de introducir elementos de aprendizaje y práctica, con la presencia de profesionales adecuados… Si a eso se le añaden elementos como criterios de gestión y de organización de autonomía también convertida en autoridad y en reglas de convivencia claras, creo que obtendremos unos resultados incluso mejores que los que eventualmente pudieran obtenerse con el sistema anterior a la Logse.

Es la Logse la que dio lugar a los itinerarios.
Soy partidario de no limitarnos a una o dos posibilidades. Que florezcan cien flores, y que seamos capaces de ser responsables en la gestión. Cuanta más autonomía más evaluación, cuanta más libertad para poner el práctica mecanismos de adaptación a realidades sociales complejas y a criterios profesionales legítimos, pues más exigencia de responsabilidad, de retorno, con los instrumentos que tenemos: evaluación académica y éxito escolar. No creo que haya una receta mejor que otra por definición. El sistema más comprensivo es el que tiene mejores resultados en el Informe PISA. Hay varias maneras de entender el problema.

Sí, y el segundo está el veintitantos. El problema es que es en el que yo vivo.

De acuerdo, pero no es una idea definitiva. El concepto en sí mismo no es suficiente para explicar…

También es cierto que el primero es el que más autonomía escolar tiene. Le pongo un caso de centros catalanes que, apostando por su autonomía escolar, no han sido apoyados por la Administración, y veo que van a seguir sin ser apoyados por ésta…
Vamos no sólo a apoyar, sino a definir, a legalizar la autonomía de centros, y a practicar criterios más que normas de amplia flexibilidad en el tema de la autonomía. Por tanto, esa idea de que no vayamos a apoyar la autonomía de los centros es justamente la contraria a lo que vamos a hacer.

No hay ningún tipo de evaluación externa a los propios centros en el Plan de Mejora de Secundaria.

No hay que mitificar el Plan de Mejora, ni darle tanto poder. Es una experiencia útil para abrir criterios de flexibilidad y adaptación, que nos está sirviendo de campo de aprendizaje, pero ni agota ni limita la necesidad de que a partir de él pongamos en marcha normas y decretos de aplicación general que contemplen todos los elementos, como el caso de la evaluación. Lo mejor es dar instrumentos, dar opciones y dar libertad, y a partir de ahí en todos los casos encontrar una norma sistemática rigurosa y común.

Pero digamos que al conectar resultados con recursos al final se van a tener los resultados que la Administración quiera.
Bueno eso es una hipótesis que hace usted.

Bueno, ha pasado bastantes veces en la historia.
Estamos en otro terreno, no es una simple y rudimentaria asociación entre recursos y notas. Estamos planteando un proceso de formación de una política global de gestión del centro, de organización curricular y de objetivos de ese Plan. Y eso es lo que vamos a valorar, es lo que va a merecer recursos. Lo que se ve en la historia es que la motivación positiva es más fructífera que la derivada del ejercicio de la autoridad.

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