Un Bachillerato de dos, tres o cuatro años

Autor: Diego FRANCESCH y Adrián ARCOS

En un decir sin decir, el Ministerio asegura que “sólo podrán pasar de curso quienes aprueben todo el curso”. A continuación añade: “o, como mucho, que suspendan hasta dos asignaturas”. Y, en una tercera matización añaden que “aquellos alumnos que repitan con tres o cuatro sólo tendrán que matricularse en ellas (no en todo el curso) más dos o tres asignaturas de Segundo”. Además, esto se podrá hacer hasta durante cuatro años.

Esta flexibilidad en el nuevo Bachillerato se justifica para otorgarle al alumno “mayor responsabilidad para preparar el paso al ciclo de enseñanzas superiores”, dice el Ministerio.

La duda está en saber si todos los alumnos de estas edades actúan con esta responsabilidad o se verán desincentivados al carecer de una clara expectativa temporal.

Ya no trabajarán en función de un marco de referencia de un curso académico, sino de hasta cuatro años. Y tampoco se esforzarán mucho si saben que con hasta cuatro materias suspensas en Primero podrán matricularse en dos o tres de Segundo.

Más asequible

Todo esto hace del Bachillerato una etapa más asequible. No se aprueba el Bachillerato a tres años como pedían muchas instancias, sino que se desvanece el marco de referencia temporal y, en la práctica, se crea un Bachillerato a la carta, donde cada alumno –en función de su responsabilidad– opta por hacerlo en dos, tres o cuatro años. Esto permitirá al Ministerio obtener mejores estadísticas en la postobligatoria, ya que es posible que mejoren los porcentajes al tener más tiempo para hacer lo mismo. O quizá se presente el caso contrario y los rendimientos empeoren, como ha sucedido en la Universidad.

Los alumnos tienen la sensación de enfrentarse a estudios sin una referencia temporal, unos créditos que vagamente se vinculan con cursos concretos.

Para la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (Ancaba), además de una oportunidad perdida para hacer un Bachillerato de tres años,  “es una ingenuidad pretender que este Bachillerato de dos cursos, con más vías, con asignaturas nuevas, sea efectivo”. Los catedráticos incluso aventuran “el final del Bachillerato, pues el Ministerio pretende que los alumnos estudien en tres años un Bachillerato de dos, lo que está en contradicción con lo establecido en la LOE”. En definitiva, este colectivo asegura que “no se trata de escolarizar al mayor número de estudiantes en esta etapa, sino de hacerlo con criterio, calidad y exigencia”.

Por su parte, Cofapa dice que “un alumno autónomo y responsable no es sólo aquel que sabe escoger entre las tres modalidades establecidas, sino el que supera cada una de las materias con un nivel alto de exigencia basado en el esfuerzo y el estudio”.

Organización de etapa

La ampliación encubierta, limita, sin embargo, la opcionalidad a tres vías: Artes (de Imagen o de Música), Ciencias (que aúna los actuales Tecnológico y de Ciencias) y Humanidades. El Bachillerato se organiza en materias comunes, de modalidad y optativas. El alumno podrá elegir entre la totalidad de las materias de modalidad y cada una de las modalidades podrá organizarse en distintas vías de especialización. Además se incorporan Ciencias para el Mundo Contemporáneo y Filosofía y ciudadanía. Religión sigue como optativa.

“El MEC no ha negociado las nuevas condiciones laborales” ANPE recuerda que ha venido demandando en las sucesivas reformas educativas la necesidad de establecer un Bachillerato de tres años. Para este sindicato, “el curso cero que han establecido muchas universidades demuestra que la ampliación del Bachillerato es una necesidad real”. El presidente del ANPE, Nicolás Fernández Guisado, lamenta que “la LOE haya perdido la oportunidad de llevar a cabo la reforma que necesita nuestro sistema educativo”. En su opinión, “el MEC ha desarrollado la propuesta de Bachillerato sin haber convocado una Mesa Sectorial para negociar las nuevas condiciones laborales del profesorado de las diferentes materias, ya que este Real Decreto va a repercutir notablemente en los horarios laborales y en la estructura de las plantillas de los centros”.

“La ocasión de tener un Bachillerato de tres años está perdida” El secretario general de Ancaba, Rafael Coloma, cree que “se ha vuelto a perder una oportunidad de disponer de un Bachillerato de tres años, ya que seguimos teniendo el más reducido de Europa”. Coloma lamenta la campaña realizada por parte del MEC anunciando que un alumno de Primero de Bachillerato puede promocionar a Segundo con cuatro asignaturas suspensas, “algo que no se da ni siquiera en Secundaria”. Según el secretario general de Ancaba, “éste es un Bachillerato descafeinado, nulo, que no va a dar ninguna categoría al estudiante”. Él ve como único aspecto positivo la reducción a tres modalidades, “algo que ya también recogía la LOCE”. También considera inadecuada la introducción de asignaturas de relleno a costa de otras, como es el caso de Ciencias para el Mundo Contemporáneo.

“Nos comprometemos a revisarlo cuando lleguemos al poder” La secretaria ejecutiva de Política Social y Bienestar del PP, Ana Pastor, asegura que “el Gobierno ha adoptado en la reforma del Bachillerato un modelo irresponsable que hace caso omiso a las observaciones de la comunidad educativa”, y se compromete a revisarlo cuando su partido llegue al poder. A su juicio, “este Bachillerato a la carta provoca desorden en los centros educativos, va en contra de la finalidad del Bachillerato de asentar los conocimientos básicos y preparar a los estudiantes para los estudios superiores, y empobrece las Humanidades”. Pastor también considera que “a medio y largo plazo, los alumnos verán muy deteriorada su preparación para el acceso a la Universidad, ya que cuando se tengan que examinar de Selectividad habrán olvidado lo que estudiaron hace tres años”.

“Debería de haberse impulsado el Bachillerato nocturno” La secretaria ejecutiva de Política Social y Bienestar del PP, Ana Pastor, asegura que “el Gobierno ha adoptado en la reforma del Bachillerato un modelo irresponsable que hace caso omiso a las observaciones de la comunidad educativa”, y se compromete a revisarlo cuando su partido llegue al poder. A su juicio, “este Bachillerato a la carta provoca desorden en los centros educativos, va en contra de la finalidad del Bachillerato de asentar los conocimientos básicos y preparar a los estudiantes para los estudios superiores, y empobrece las Humanidades”. Pastor también considera que “a medio y largo plazo, los alumnos verán muy deteriorada su preparación para el acceso a la Universidad, ya que cuando se tengan que examinar de Selectividad habrán olvidado lo que estudiaron hace tres años”.