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Los tres "secretos" de la calidad de enseñanza

The Economist (20 octubre 2007) resume un estudio de la consultoría McKinsey sobre las claves del éxito de los países que obtienen mejores resultados en el informe PISA. En la edición de este año son más de 60 los países examinados. PISA se ha convertido en la principal obra de referencia sobre calidad de enseñanza en el mundo.
Martes, 6 de noviembre de 2007
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Autor: magisnet.com

La OCDE elabora cada tres años el informe PISA a partir de exámenes a alumnos de 15 años. Al suministrar resultados académicos normalizados, permite comparaciones internacionales que dan pistas sobre qué funciona y qué no en Educación.

Sin embargo, las claves del éxito (o del fracaso) no se descubren a primera vista. El dinero no es decisivo. Australia, que ha triplicado el gasto por alumno desde 1970, no consigue alcanzar a Singapur, que gasta menos que la mayoría de los países. Estados Unidos está en el tercio inferior de la clasificación pese a que desde 1980 casi ha doblado el gasto por alumno y ha bajado el número de alumnos por profesor a un mínimo histórico. En cambio, Corea del Sur está entre los cuatro primeros países en todas las pruebas, con unas aulas muy nutridas. Y si los chicos finlandeses son los primeros en lectura y en ciencias, y los segundos en matemáticas, no es porque se pasen el día estudiando: de hecho, tienen menos horas de clase que sus coetáneos de otros países.

El “misterio” parece estar en que los factores decisivos para la calidad de la enseñanza no son fácilmente cuantificables. El estudio de McKinsey (How the world’s best performing schools systems come out on top) concluye que los rasgos comunes a los países que encabezan la tabla PISA (Hong Kong, Finlandia, Corea del Sur, Japón, Canadá) son estos tres: contratan a los mejores profesores, les sacan el máximo partido e intervienen en cuanto los resultados de los alumnos empiezan a bajar. No es precisamente una “revelación”: ¿es que no hacen justamente eso todos los países? El caso es que no, dice McKinsey.

Los profesores son clave

Todo el mundo está de acuerdo en que los profesores son la pieza clave; en palabras de un funcionario coreano citadas por The Economist: “La calidad de un sistema educativo no puede ser mejor que la de sus profesores”. Según estudios hechos en Estados Unidos, añade la revista, si se toman alumnos de capacidad media y se los encomienda a profesores del 20% mejor valorado del cuerpo, acaban dentro del 10% con mejores notas; si se los pone con profesores del 20% más bajo, acaban entre los de peores notas.

Pues bien, en Estados Unidos los profesores proceden, por término medio, del tercio de graduados universitarios con más bajas calificaciones. Y algo semejante ocurre en muchos otros países. En cambio, Corea del Sur recluta a los profesores de Primaria del 5% de los mejores graduados, y Singapur y Hong Kong, del 30% mejor. Y el secreto no está en la paga, pues no les ofrecen salarios por encima de la media, mientras que los países donde los profesores cobran más (Alemania, España y Suiza) no destacan en calidad.

Para conseguir a los mejores hay que ser muy selectivo, pero no de cualquier manera. Muchos países forman a gran número de candidatos entre los que después hacen una criba, por ejemplo mediante una oposición para entrar en la enseñanza pública. Los países con mejores resultados siguen otro método. Limitan las plazas en las escuelas de Magisterio a la demanda real de profesores, y gastan mucho más en la formación de los que ingresan.

Así ocurre, sobre todo, en Finlandia y Singapur; también en Corea del Sur, pero sólo con los profesores de Primaria, que tienen que prepararse durante cuatro años en alguna de las 12 universidades con facultad de Educación. En cambio, los profesores de Secundaria coreanos pueden venir de cualquier universidad o college entre el total de 350, y cada año salen 11 licenciados nuevos por cada vacante.
Esto ilustra, dentro de un mismo país, la diferencia entre los dos sistemas: en Corea, los profesores de Primaria tienen gran prestigio, y los de Secundaria no están bien considerados.

Formación práctica

La segunda clave del éxito es que una vez conseguidos graduados brillantes para incorporarse a la enseñanza, tienen que aprender a ejercerla bien. Los países con mejor calidad facilitan abundante formación práctica a los recién llegados a la carrera docente y fomentan la formación permanente.
El tercer rasgo distintivo de los países con mejores resultados está en lo que hacen cuando las cosas van mal. Lo primero es detectar los problemas, y se diría que para eso es necesario evaluar periódicamente a los alumnos con exámenes normalizados: así se ve cómo va el sistema escolar entero y se descubren las zonas o escuelas donde baja el nivel académico. Pero el estudio de McKinsey no se declara a favor ni en contra de ese método porque no le encuentra relación clara con la calidad. La red escolar pública de Boston, una de las mejores de Estados Unidos, hace un examen anual a todos los alumnos; pero eso mismo se hace, aunque no todos los años, en lugares con peor calidad de enseñanza, como Inglaterra y Gales, donde además se hacen públicos los resultados. En cambio, Finlandia ha prescindido casi por completo de los exámenes nacionales y no publica los resultados de las inspecciones.
Las tesis de McKinsey van contra algunos supuestos implícitos de la política educativa, comenta The Economist. Es corriente creer que “no es posible conseguir los mejores profesores sin pagar salarios altos; o que los alumnos asiáticos se portan bien y atienden a las clases por razones culturales”. McKinsey asegura que conseguir buenos profesores depende de cómo se los selecciona y se los forma; la docencia puede ser atractiva para los mejores graduados sin necesidad de pagar una fortuna”.
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