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La Rioja: una pública excelente

¿Por qué La Rioja es la comunidad con mejores resultados de España?
Martes, 5 de febrero de 2008
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Autor: José M. LACASA

En los próximos números, MAGISTERIO realizará una serie de entrevistas con los responsables técnicos de la Educación en las comunidades autónomas que mejores resultados han obtenido en PISA. La idea es que los gestores de la Educación, los que bregan todos los días con los problemas, con una visión más técnica que política de nuestro sistema educativo, nos cuenten cuáles son las claves de su éxito.

En el caso de La Rioja, destaca la voluntad de no plegarse a las imposiciones de la Logse, oponiéndose a sus errores ideológicos a base de “sentido común” y de medidas pequeñas. En ello recuerda –el propio Gómez Trinidad reconoce su deuda– al legendario sistema implantado por Santiago Arellano en Navarra, que, con el lema de “aplicar la letra de la Ley, pero no su espíritu”, consiguió sustraer a la comunidad navarra de las consecuencias más graves de la Logse.

Pública
Pero, sin duda, si a algo le debe La Rioja sus buenos resultados es a la excelente calidad de su pública. Al contrario de España, apenas deja ningún centro “descolgado” –es decir, significativamente por debajo de la media de la comunidad, una vez descontada la influencia del estatus socioeconómico de los alumnos–, lo que le permite además una importante homogeneidad de resultados.

Además, se da la circunstancia de que la el nivel socioeconómico medio de los alumnos escolarizados en la pública está muy lejos del de los alumnos escolarizados en la privada (el segundo más alto de España).

Por ello es aun más meritorio el nivel de resultados de la red pública. Pues es una pública que no ha perdido la capacidad de compensación de las diferencias sociales de origen, y consigue dar un buen nivel educativo independientemente del origen social de los alumnos.

Sin embargo, con una inmigración creciente, La Rioja debe dar mayor peso a sus políticas compensatorias con respecto al alumnado inmigrante. Al mantener una diferencia muy grande entre el nivel de los alumnos españoles y el de los extranjeros, en PISA 2009 pueden ver cómo los buenos resultados de 2006 se diluyen.

Las claves del éxito 
Pocos descolgados
Ta sólo un 10% de los alumnos riojanos tienen una puntuación en Ciencias por debajo del nivel 2.
Y pocos destacados
Aunque con respecto a la media española, sí tiene muchos alumnos destacados, son pocos desde una perspectiva europea.
Fracaso escolar
Sin embargo, con tan pocos alumnos retrasados –sólo superados por Castilla y León– tienen un fracaso escolar mayor que muchas comunidades con resultados peores. No es de extrañar que Gómez Trinidad se queje de la falta de homologación de los títulos.
Centros homogéneos
La variación entre los centros riojanos es muy pequeña, y además esta variación debe muy poco al estatus socioeconómico medio de los alumnos que escolariza.
Inmigración
La Rioja está teniendo el incremento relativo de inmigrantes mayor de España. Por ello debe cuidar más sus políticas de integración, máxime cuando tiene una de las mayores brechas entre el resultado de los estudiantes españoles y el de los inmigrantes.
Estatus socieconómico
La Rioja se mantiene en cabeza, junto a Castilla y León, una vez que se descuenta el estatus socioeconómico de los alumnos. Contando con este factor, le siguen sacando más de 25 puntos a la media española.
Equidad
Además, los resultados de los alumnos con estatus socioeconómico bajo difieren muy poco de los alumnos con más nivel socioeconómico.
Pública-privada
Las diferencias de rendimiento entre las redes pública y privada son las menores entre las comunidades españolas en Ciencias. En la escala de Matemáticas, la pública sencillamente arrasa. Y eso que los estudiantes de ambas redes están entre los que más diferencias socioeconómicas mantienen.
Lectura
Sigue siendo el talón de Aquiles del sistema riojano, al igual que el de España. Aunque consigue mantenerse alrededor de la media, los resultados son muy bajos comparados con las otras escalas.
Matemáticas
En esta escala, La Rioja tiene el mayor porcentaje de alumnos en niveles altos –por encima del nivel 4–: un 21% de los chicos, y un 16% de las chicas.


Juan Antonio Gómez-Trinidad: Director General de Educación

“Cuando en la enseñanza se rompe la ilusión, ya es imposible educar”

El ya ex-director general de Educación de La Rioja nos explica las claves del éxito en PISA de su comunidad

El pasado viernes cesaba como director general de Educación en La Rioja, tras permanecer en el cargo casi diez años. Esta entrevista se realizó antes de que supiera que encabezaba la lista al Congreso en su comunidad.

¿Cómo habéis recibido la noticia de que erais los primeros? En los centros se respira sobre todo orgullo, pero ¿cómo se ha recibido desde el punto de vista político?
La Dirección General tiene una parte política, puesto que te designa un político, y en este sentido sientes una gran satisfacción por haber respondido satisfactoriamente a la tarea que se te encomendó por parte del presidente y del consejero, y sin duda alguna de un pueblo que votó a un partido. Los políticos tienen que rendir cuentas exactamente igual que en cualquier otro sector.

En segundo, lugar hemos sentido una gran satisfacción porque no somos más que responsables –otra de las palabras que ha desaparecido del currículum y también de la vida pública– de una gestión y, en cierta medida –no totalmente– de esos resultados. La mayor satisfacción para mí es saber que nuestras cohortes de alumnos de 15 años están suficientemente preparadas para encarar un mundo cada vez más complejo, tanto desde el punto de vista técnico como sociológico, etc. Es la mayor satisfacción que puede tener un educador.

Donde más destacáis es en Matemáticas. ¿Qué habéis hecho en los últimos cinco años?
osotros no somos partidarios de las grandes modificaciones legislativas, de hacer libros blancos, de generar programas, de presentar libros verdes o de todos los colores que sirven para entretener o despistar a la opinión pública. Somos partidarios de actuar primero aprendiendo de los demás, pues sólo los tontos aprenden por sí mismos; en segundo lugar, ir aplicando medidas concretas. No somos partidarios de grandes planes, sino de muchas medidas. Y esas medidas se han ido aplicando a todos los ámbitos: las Matemáticas, las Ciencias, a los idiomas…

En el sector de las Matemáticas creo que tiene una gran importancia el dinamismo de los profesores de Matemáticas. Hay una asociación, A prima, que no solamente organiza una olimpiada de Matemáticas, sino que eso genera y estimula al resto de los compañeros para que se perfeccionen. Quizás una de las claves del éxito en La Rioja sea lo que yo llamo el “efecto ejemplarizante”. Aquí estamos tan próximos los unos a los otros que cuando uno se queda atrás se le nota. Hay una sana competitividad por estar dignamente preparados, y esto se nota en las horas de perfeccionamiento de los profesores, con una altísima tasa de preparación, que va mucho más allá de lo que es exigible…

Los sexenios, vamos.
Sí. Radio-patio, que muchas veces sólo sirve para alentar el cotilleo, también sirve para estimular los buenos resultados de otros centros.

No creemos que todo consista en escribir boletines, en sacarse la foto al día siguiente, sino en tener las ideas claras, la constancia para mantenernos en las  líneas establecidas y luego, de eso que se habla tanto que es la participación, saber que la participación tiene otra cara, que es la responsabilidad, y por tanto aquí tenemos que dar respuesta a todo y se le pide respuesta a cada uno de los sectores.

Una de las cosas que la Logse desmanteló fue el sistema de responsabilidad. Un centro podía no estar cumpliendo –de hecho, si uno analiza PISA ve que hay un porcentaje importante de centros con malos resultados. Pero vosotros apenas tenéis centros descolgados. ¿Cómo mantenéis ese control?
Son pequeñas medidas, que al aplicarlas quizás no eres conscientes del efecto que pueden tener –aunque tengo que decir que se ponen con toda intención–, pero siempre reclamando la responsabilidad. Por ejemplo, la implantación de las nuevas tecnologías en la Educación. Hay una fórmula fácil, que es emplear fondos europeos, o propios, y dotar de ordenadores a los centros. Luego, un indicador, el número de alumnos por ordenador, te sitúas por encima o por debajo de la media, y sales bien o mal en la foto.

Pero, ¿qué significa tener ordenadores en un centro? Pues en principio, nada. Si no se saben utilizar, producen ruido educativo, impiden la auténtica enseñanza. Nosotros  –lo pongo como ejemplo de cómo cultivamos la responsabilidad– dijimos: estamos dispuestos a dotar de ordenadores a los centros, pero a cambio de la responsabilidad del claustro para, uno, pasar por un periodo de formación, dos, por un periodo de innovación, y tres, por un periodo de aplicación de esas nuevas tecnologías en su área. Pues hoy es el día en que podemos presumir, no de tener el mejor parque informático, pero sí el parque informático mejor utilizado, porque se han dado ordenadores a cambio de formación.

Lleváis varios años con evaluaciones previas a PISA.
Esto es algo que puede parecer de sentido común, que no es que sea el menos común de los sentidos, es que parece que ha habido un virus que se ha comido el sentido común. Y cuando se descubre lo evidente, alguno se asombra.

Todos coincidimos en que hoy hay una cultura de la calidad: somos muy exigentes con el yogur, y exigimos controles de calidad para el yogur, y cualquier padre puede montar una pequeña bronca porque en un comedor se haya dado un yogur en mal estado. Y siendo tan exigentes con un producto que afecta a una parte del cuerpo,  somos tremendamente laxos con otro producto que afecta a las mentes y a los espíritus. Lamentablemente, no tenemos esa sensibilidad para decir: qué le está usted dando a mi hijo –o qué no le está usted dando– que me lo está haciendo un anémico intelectual y moral.

Nosotros nos dimos cuenta hace varios años de que era fundamental tener evaluaciones externas que nos garantizasen que nuestro producto era bueno (o malo…). Colaboramos en todas las evaluaciones del Instituto de Evaluación, pero al ser una comunidad pequeña, las muestras eran demasiado reducidas para sacar conclusiones. De ahí que, aprovechando precisamente el tamaño, empezamos aplicando las evaluaciones censales, externas y objetivas a todos los alumnos de 4º de Primaria. Son externas porque las realiza un equipo externo al propio sistema, son externas en cuanto a su aplicación (hay siempre un profesor de fuera para garantizar esa objetividad, esa transparencia). Y esto nos va dando unas pautas para saber cuáles eran nuestros puntos débiles y nuestros puntos fuertes. Es curioso que dentro de las tres áreas que se han analizado en PISA, Lectura es la más baja, y eso ya lo habíamos detectado nosotros en 4ºde Primaria hace dos años. Bastó un programa de aplicación de medidas correctoras –legislativas, metodológicas, etc.–  y en un año ha subido la media en un punto…

En un punto, sobre diez, ¿no?
Sí, efectivamente. Pero, en esta España tan dada a los extremos, podemos pasar de no tomarnos la temperatura nunca a estar tomándonosla cada seis meses. No sirve de nada someterse constantemente a evaluaciones si no se adoptan las medidas oportunas. Y esta es la parte más atrevida, pero a la vez la más interesante de una administración educativa: qué medidas vamos a adoptar una vez que sabemos como estamos. Si seguimos con los mismos planteamientos, con las mismas metodologías, y los mismos recursos, entonces…

Sólo los tontos y los locos creen que haciendo las cosas de igual forma les van a salir resultados distintos.
Así es. Ahora llega la euforia de las evaluaciones. Tú coges el calendario de evaluaciones… Vamos a seguir con nuestras evaluaciones diagnósticas, y participaremos por sentido de Estado en el resto –siempre y cuando esas pruebas diagnósticas sean pactadas en el seno de la comisión general y sean iguales para todos.

Cuando uno hace evaluaciones, uno detecta dos cosas: qué aspectos del sistema no funcionan bien, y qué centros no funcionan bien por diversos problemas. ¿Qué se hace con un centro que no está dando la talla?
Aquí tenemos una gran cohesión social, y algunos centros –pocos y pequeños– requieren un especial esfuerzo. Ahí es donde hacemos una especial incidencia, al aumentar el número de recursos tanto humanos como materiales. Pero nunca nos quedamos satisfechos: hay que hacer una tarea de seguimiento, para ver cuáles son las metodologías que se están utilizando, y ver cómo se puede arreglar el problema. De hecho, creo que los centros riojanos son, en las dos redes, los más homogéneos de PISA.

¿Y si detectáis que un profesor no cumple?
Huy, eso es muy complejo. En los casos graves…

No casos graves, sino que detectáis que un porcentaje alto de los alumnos de un profesor tienen problemas de lectura.
Eso lo dejamos a la autonomía de los centros. Igual que en Selectividad si un profesor que presenta a sus alumnos obtiene una alta tasa de suspensos, ya es juzgado socialmente, aquí la cercanía entre familias, profesores y directores hace el mismo papel. A cada director le damos esa información, y es el consejo escolar quien tiene las competencias. Yo estoy convencido de que hay que dejar autonomía a los centros, y no convertirnos en los máximos responsables –o máximos irresponsables– de todo el sistema. Hay una parte que nos corresponde a los gestores, y que no es baladí: digo muchas veces que las leyes no arreglan la educación de un país, pero pueden empeorarla mucho. En este país arreglar la educación es mucho más que arreglar una ley. Decía que damos los datos a los centros, y si detectamos una persistencia, pues se le llama a capítulo.

Es cierto que el profesor español, por ser español y por ser profesor más, se queja mucho de la Administración, que tiene la culpa de todo. Pero no es menos cierto que cuando un profesor cierras la puerta de su clase, la inmensa mayoría son auténticos profesionales que cogen los trastos y hacen la faena tragándose sus miedos y sus inseguridades.

Como explica el fracaso escolar de La Rioja a la luz de los resultados en PISA 2006. Es curioso que tengáis un fracaso escolar mayor que comunidades con peores resultados.
No podemos seguir hablando de fracaso escolar con una titulación única sin control externo. No sabemos si los criterios de exigencia para dar el título de Bachillerato o de ESO son demasiado altos o demasiado bajos. A las pruebas me remito: las incongruencias entre fracaso y resultados de PISA.

Antes decías que sólo los tontos aprenden por sí mismos. ¿De quién has aprendido? Porque a Finlandia, la nueva meca de la educación, no has ido, ¿no?
Pues en Finlandia no sé si he estado una vez o ninguna, porque llegué de noche, todo el día fue de noche, y me fui de noche, por lo que podría haber estado en otro sitio. En serio, no hemos olvidado los maestros que hemos tenido. Segundo hemos sido realistas, sabiendo quienes somos y de dónde partimos: no sirve de nada el llanto frente a las leyes orgánicas. Siempre pregunto: además de protestar, ¿qué sabemos hacer? El secreto nuestro es trabajar, y actuar con la mayor honestidad intelectual, intentando dar a nuestros alumnos aquello que hemos aprendido de nuestros maestros, sin complejos pedagógicos. Algunos de mis colaboradores son tan “brutos” que nunca se han leído un libro de pedagogía.

En una historia más reciente, aparte de mis estudios, colaboré mucho con Santiago Arellano en los tiempos en que fui profesor en Navarra, ya en los tiempos de la LODE, siempre trabajando con pasión por mejorar la educación. No soy tan imbécil como para pensar que el Boletín Oficial va a mejorar la Educación, pero siempre hemos tratado de que no la empeore. Y, por fin, una cosa fundamental: oír mucho al profesorado. Porque unas veces sólo son quejas, pero otras aprendes mucho, y te sorprendes mucho de lo que hacen. Con los directores hemos intentado recuperar la cultura de la confianza, decirles que confiamos en ellos, y que ellos deben confiar en nosotros. Pero si nos dejamos llevar por los maestros de la sospecha –Nietzsche, Marx…– no hacemos nada.

Sí, que todas las relaciones son de poder…
Muchas veces hablamos de aquellos indicadores que son cuantificables, pero muchos no los son, aunque son importantísimos. Por ejemplo, la confianza. Otro: cuando en un sistema educativo se rompe la ilusión, ya es imposible educar. PISA no mide la ilusión, pero hay que recuperar la ilusión por enseñar. Más: el respeto, que no tiene que ser medido por la ausencia de, sino por la presencia de respeto. O la autoridad. Todas estas cosas son elementales, no necesitan grandes tratados. Si yo doy confianza a mi gente, se va generando a su vez confianza, y se genera un clima distinto.

Finalizando, ¿y ahora qué?
Pues no nos preocupan tanto los resultados de PISA 2009, como trabajar duro de cara a 2008. Creo que los educadores tenemos que aprender a gozar del arte de sembrar, que es lo que nos corresponde. Si se hubiesen perdido las elecciones, ninguno de los que estamos aquí hubiéramos visto los resultados. Pues no hubiera pasado nada. No me obsesiona PISA 2009, me ocupa que en 2008 se trabaje mejor que en 2007, que haya más respeto, más ilusión, más entrega, más recursos.


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