"Hay que darle a la tecnología un mero papel instrumental"

Modificar el perfil de Myspace, bloquear a alguien en el Messenger, recibir un span, enviar un SMS, un MMS… El mundo de la tecnología a muchos adultos les  suena “a chino”. Para  Charo Sádaba, profesora de Publicidad en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, es precisamente el gap tecnológico lo que le hace a la informática ser más atractiva para los jóvenes.

Las Nuevas Tecnologías han llegado para quedarse, ¿cómo pueden los profesionales de la Educación aprovecharse de ellas?
Yo animaría a todos a conocer las potencialidades que éstas ofrecen y a entender el motivo por el que los estudiantes se sienten tan cercanos a ellas. Sólo desde este conocimiento serán capaces de avanzar posibles soluciones y que minimicen los riesgos, que también existen.

¿Cuáles serían esos riesgos y las preferencias de los adolescentes españoles?
Si hablamos de preferencia, los adolescentes prefieren siempre el medio más interactivo: internet, el móvil o los videojuegos frente a la televisión. Sin embargo, si hablamos de consumo, la televisión sigue siendo el medio que más tiempo recibe de estos adolescentes. Es cierto que los nuevos medios, al estar abiertos al mundo de un modo natural, y ser interactivos, ponen al alcance de los adolescentes muchas posibilidades de riesgos graves: contacto con personas desconocidas; acceso a contenidos peligrosos… Sin embargo, una conexión a internet también puede ayudar al adolescente a relacionarse con el mundo, con la información y con los demás de un modo más ágil y rico.

Entonces, ¿se podría decir que las nuevas tecnologías constituyen un riesgo real o  sólo el abuso de ellas?
Las nuevas tecnologías plantean una acceso más fácil, instantáneo y sin filtrado a contenidos o a situaciones de riesgo que en la vida real serían más difíciles de encontrar. En la calle, un adolescente  puede ser abordado por un desconocido. En la red, son muchos los adolescentes que pueden sufrir este peligro. El anonimato de la tecnología magnifica algunos de estos riesgos reales. Además, su uso inapropiado puede interferir en la formación de una personalidad sólida y la posibilidad de estar siempre en contacto con los pares puede incrementar la presión del grupo.

¿Cómo podrían evitarse dichos peligros?
No es fácil, pero es preciso que los jóvenes conozcan los riesgos y las oportunidades que les presentan los medios. Los adolescentes no son tontos, pero nadie les ha enseñado a usar los nuevos medios.

¿Por qué los jóvenes prefieren las relaciones “no presenciales” a las tradicionales?
Hay muchos motivos, las distancias, los deberes, las tareas extraescolares, se interponen entre los adolescentes y sus amigos. La tecnología les permite estar siempre en contacto, independientemente de dónde estén. Además, son interactivas y les permiten reafirmar el gap tecnológico con los adultos, lo que las hace especialmente atractivas.

¿Qué consejo daría a los padres y/o profesores?
Por supuesto, que se involucren activamente y que les informen de los riesgos y oportunidades que suponen.

Y por último, ¿qué advertencia les daría?
Que tienen ante todo una oportunidad única: crecer con sus hijos y sus estudiantes, enriquecerse mutuamente y darle a la tecnología el papel instrumental que debe tener.