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El poder adquisitivo de los docentes ha descendido 8 puntos en diez años

Pese a la pérdida, el salario español sigue por encima de la media de la OCDE
Martes, 16 de septiembre de 2008
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Autor: Lola Gª AJOFRÍN

¡Vaya panorama el de la Educación! El bolsillo de los profesores españoles está peor que hace una década, España queda a la cola en Bachillerato y Formación Profesional y sus universitarios están entre los peor pagados de toda la OCDE. Éstas son algunas de las conclusiones sobre España de Education at a glance 2008, el informe anual de la OCDE, conocido en español como El Panorama de la Educación y que hace balance de la Educación en los países estudiados a todos sus niveles hasta el año 2006.

“Los datos reflejan que estamos en el buen camino y que  avanzamos más rápidamente que otros países hacia la Educación de calidad que quieren los españoles”. Ésta fue la lectura que hizo del informe la secretaria de Estado de Educación y Formación, Eva Almunia, el día de su publicación. Pero el documento de la OCDE refleja que en el camino todavía quedan muchas piedras.

Una de ellas golpea de lleno a los profesores y confirma algo que llevan denunciando éstos desde hace años, el sueldo que reciben los maestros españoles está descompensado con la subida del nivel de vida. “Los salarios de los profesores ha aumentado en términos reales entre 1996 y 2006 en prácticamente todos los países”, explica el informe. Y al decir “prácticamente”, la OCDE honra con el dudoso honor de ser la excepción a España, el único de los países de la OCDE en el que “los salarios en los niveles de Educación Primaria y la Bachillerato cayeron en ese periodo”, sentencia el informe.
Lo que significa que en términos reales, –atendiendo al PIB per cápita en función del coste de vida y no sólo al salario de manera aislada– sólo en España los profesores están peor pagados ahora que hace 10 años. No porque los sueldos no hayan aumentado, sino porque lo han hecho a menor ritmo que el nivel de vida, en especial en un periodo que ha sido de gran esplendor económico para España.
 
El camino también se tuerce para los estudiantes españoles cuando llegan al Bachillerato, donde hasta un 28% de los jóvenes no consigue el título. Estas cifras están bastante por encima del 17% que no lo obtienen en la media de la OCDE y del 14% en la UE y destierran a la postsecundaria española a la cola del total de países, con cifras de abandono escolar en el último ciclo sólo por encima de México y Turquía. En relación al Bachillerato, El Panorama de la Educación 2008 añade que son más las mujeres que los hombres que lo terminan, a excepción de Suiza y Turquía. –En España un 80% de las chicas frente al 64% de chicos–.

Otra de las cuentas pendientes, según confirma el documento, es la castigada Formación Profesional. La FP siempre ha estado infravalorada en este país y ese desprestigio se refleja en los 16 puntos por debajo del porcentaje de la media de alumnos que se titulan en este nivel en la UE –con un 51% de titulados en FP– y de los 10 puntos de diferencia con la OCDE –con un 45% –. Situación que pretende remediar el Real Decreto de Formación Profesional, cuyo último borrador salió a la luz hace unos días y que presenta novedades como la convalidación de experiencia profesional por cuantificaciones académicas.

Y aunque ya es un clásico la teoría que sostiene que el dinero no garantiza los buenos resultados de un sistema educativo, –lo demostraba hace unos meses la consultora McKinsey con un extenso informe sobre 25 países–, los datos sobre financiación también arrojan un jarro de agua fría sobre España. El informe revela que cada vez se destina menos dinero a la enseñanza –en 2005 se invirtió un 4,2% del PIB frente al 4,6% de 1995–. Cifras por debajo del 5,4% de media de la OCDE y del 5,3% de la UE.
Pero los jarros de agua fría pueden llenar vasos medio llenos o medio vacíos. Y habrá quien encuentre consuelo en los datos del informe que consideran a España junto a Irlanda uno de los sistemas más equitativos; que el ratio profesor-alumno en la Pública es inferior al de la media –14–; que España cuenta con más titulados universitarios que la mayoría y se sitúa en séptimo lugar, por encima de Francia o Alemania; y que el nivel formativo de los españoles ha avanzado velozmente en los últimos 30 años, –37 puntos frente a los 23 de la OCDE–.

Pero como todo depende del cristal con que se mire, estos datos también tiene una doble lectura. El rápido paso de España en las pasadas tres décadas ha aminorado en los últimos cinco años. Y tampoco los datos positivos de la Educación superior  indultan del todo a España, que aunque supera en 9 puntos la media del porcentaje de titulados universitarios de la UE, –39% de licenciados frente al 30% de los países del Viejo Continente— y sobrepasa con creces a los que se graduaban en la universidad en años pasados, –sólo el 15% de los españoles entre 55 y 64 años–, cuenta con títulos tremendamente devaluados, hasta el punto de que la diferencia entre el salario de los graduados universitarios en 2006 y los que poseían sólo la Educación obligatoria fuese sólo 47 puntos, muy lejos de los 74 de Alemania y a años luz de los 89 de Reino Unido y los 110 puntos de EEUU. Lo que confirma, como recordó Eva Almunia, que “todavía queda mucho trabajo por hacer”.

España concede menos becas que la media de la OCDE
Pocas tasas, pero también pocas becas. A pesar del aumento de ayudas para estudiantes de los últimos años, el informe de la OCDE demuestra que todavía no son suficientes. Las estadísticas dibujan una Educación superior española más barata que la media de la OCDE, pero con un porcentaje de becas escaso si se compara con la mayoría de países. España comparte el cuarto grupo de los cuatro que perfila la OCDE junto a Francia, Italia, Austria, Bélgica, Irlanda y Polonia, cuyos modelos de financiación se caracterizan por matrículas con precios moderados, –en ningún caso superan los 775 euros– y escasas subvenciones.

Los 561 euros de tasas que como media cuesta la matrícula de la Universidad en España contrastan con los más de 3.500 euros que supone el curso universitario en Estados Unidos, pero también destaca el 34% de estudiantes universitarios españoles que recibe algún tipo de beca respecto al 80% que lo hace en Norteamérica. Lo que perfila una Educación universitaria española “con relativas pocas barreras financieras” , pero también “relativas pocas ayudas para estudiantes”, según el informe.

Estados Unidos, junto a Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido configuran el llamado modelo dos de financiación, que se caracteriza por elevados costes de matriculación pero también gran cantidad de ayudas. Lejos de este espléndido sistema de subvenciones, España tampoco se acerca al modelo número tres de Japón o Corea, con un mínimo porcentaje de becas y precios extremadamente altos –cerca de los 3.000 euros– , que convierten a su Educación en un servicio prácticamente exclusivo para unos pocos.

En el otro extremo se encuentra, una vez más, el equitativo sistema de los países escandinavos que perfila un primer modelo con mínimas tasas y generosas ayudas para los estudiantes.

Evolución del salario de los profesores (1996-2006)
El Índice de variación de los salarios iniciales y después de 15 años de experiencia entre 1996 y 2006
  Primaria Bachillerato
  Salarios Iniciales Después de 15 años Salarios iniciales Después de 15 años
         
Australia 28 -3 29 -2
Bélgica (F1) 7 11 4 4
Bélgica (Fr) 1 6 1 0
Dinamarca 22 13 12 10
Escocia 20 15 20 15
España -5 -5 -6 -6
Finlandia 32 29 27 23
Grecia 16 18 12 15
Holanda 3 10 2 7
Hungría 109 96 82 89
Inglaterra 24 7 24 7
Irlanda 11 18 5 12
Italia 11 11 10 10
Japón 7 17 7 17
México 34 33
Nueva Zelanda 1 15 1 5
Noruega 4 -4 3 0
Portugal 3 12 3 12

Excepto España. España es el único país en el que en este periodo descendió el salario del profesorado en términos reales, aunque sigue por encima de la media de la OCDE. Los que más. Los mayores aumentos se produjeron en Finlandia, Hungría, México y los salarios iniciales de Australia. En términos reales. El porcentaje negativo de España se debe a una descompensación entre el crecimiento del nivel de vida y el de los sueldos.

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