fbpx

Un informe denuncia "errores" y "manipulación" en los libros de Educación para la Ciudadanía

El estudio revela amplias diferencias entre los manuales de 19 editoriales
Martes, 30 de septiembre de 2008
0

Autor: Lola Gª-Ajofrín

Los libros de la nueva materia Educación para la Ciudadanía ya están en la mochila de unos 850.000 niños de toda España de 2º de la ESO a 1º de Bachillerato y la polémica sobre la asignatura, lejos de acallarse, no ha hecho otra cosa que seguir creciendo. Ahora, un análisis sobre 19 volúmenes de la materia, elaborado por el Instituto CEU de Humanidades “Ángel Ayala” desvela las diferencias de contenido, apariencia y redacción de cada libro de texto dependiendo de la editorial.

Demasiado Savater y poco Aristóteles, “gran pobreza” desde el punto de vista científico y “errores e ignorancias de grueso calado”. Estas son algunas de las conclusiones que en conjunto revela el informe La Educación para la Ciudadanía en los libros de texto, una comparativa, que según sus autores, José Escandell, secretario general del citado instituto, José Ángel Ceballos, de la Universidad Pontificia de Comillas y Antonio Páramo, también profesor del centro del CEU de Humanidades mencionado, “pretende intervenir en la polémica que ha rodeado a la creación de la asignatura”. La organización patronal Cece ha sido la primera en mostrar su conformidad con las conclusiones del informe.

De los 19 libros, apenas dos se salvan del calificativo de “no recomendable”, los de Santillana y Everest. Con el resto, los analistas son más críticos. “El nivel de formación de los autores es muy bajo; y sólo profesores tan ignorantes como ellos elegirían estos libros”, sentencian.

Los autores denuncian las “simplificaciones irritantes y pobreza” en las que incurren estos volúmenes que consideran estar fundadas en beneficio de la manipulación. Y tachan sus ejercicios de “ridículos, cúrsis e inútiles”.

Pero no sólo el tono preocupa a los analistas. En términos generales es el planteamiento que tienen los 19 manuales  al tomar los tiempos democráticos como los “auténticamente históricos” lo que les disgusta.  También denuncian el “enfoque socio-psicológico de los asuntos”, “la confianza a ciegas en algunas instituciones, –como la ONU o la cumbre del Milenio– y la utilización como referencia a una mayoría de autores contemporáneos y de izquierdas –F. Savater, V. Camps. K. Annan, Gandhi, y F. Mayor Zaragoza, etc– para dejar a un lado a los filósofos clásicos que se han estudiado toda la vida, que “o no aparecen, o  lo hacen con frecuencia deformados”, critican.

Y si en términos generales es el contenido y el planteamiento de la materia lo que preocupa a los profesores Ceballos, Escandell y Páramo, de manera particular, critican el tono de algunos libros, la selección de temas y el paso por alto de otros, la tendencia ideológica y en algunos casos, la redacción inoportuna.

Los más criticados son el de Akal, del que se denuncia “la defensa que hace de la tesis de Kant y su percepción “comunista peculiar”; el de  McGrawl-Hill, que el informe directamente considera como “extremadamente desaconsejable” por “limitarse a ofrecer una ética de partido defensora de la ideología laicista del gobierno  socialista”; el de N. Octaedro, que definen como “un libro de texto completamente desaconsejable” que “favorece un grave desorden moral”; el de Pearson Educación-Alhambra, que clasifican como “inadmisible moralmente” por su contenido en materia sexual; el de Serbal, que consideran “en absoluto recomendable” y “construido sobre tópicos”; y especialmente  el de Vicens Vives del que se sentencia que “no puede ser utilizado en clase”por “contener errores éticos importantes”.

Aunque menos rotunda, tampoco se salvan de la crítica los manuales del resto de editoriales. En algunos casos es el tono progresista de los libros lo que no ha gustado a los autores del informe. Los mensajes feministas, igualitaristas o anticapitalistas que se introducen en varios de los volúmenes han provocado el disgusto de los sectores más conservadores y parte del motivo del rechazo de la asignatura. Es el caso del libro de Agiala, que el estudio considera “sólo recomendable para personas de izquierdas y de derechas paganas”. Y lo mismo ocurre con otros como los de Anaya o Bruño.

El  distanciamiento de la religión es otro de los puntos clave en torno a los que ha girado la controversia y por los que el informe condena a otros tantos de los volúmenes. En la mayoría de ellos se defiende la pluralidad y libertad de culto y se invita a respetar todas las religiones. Aunque en algunos casos se tiende al securalismo, algo que preocupa enormemente a los profesores Ceballos, Escandell y Páramo, por lo que condenan los libros de Casals –“está a la defensiva en materia religiosa”, denuncian– y Laberinto.

Pero en algunos casos no es la ideologización deliberada de los contenidos lo que los analistas reprochan de los manuales de EpC, sino precisamente lo contrario. En varios de ellos, el intento excesivo por ser políticamente correcto al tratar algunos asuntos arriesgados, desemboca en pobreza de contenido y comentarios desafortunados. El informe señala por incurrir en este punto los libros de Editex, Catarata y SM, del que se dice que “procura evitar los puntos delicados”.

De la feroz crítica apenas se salvan los libros de dos editoriales, el de Everest aunque de él  se dice que “si bien es cierto que no es especialmente destructivo, se observa que ciertos aspectos de relieve moral y antropológicos se han eludido”; y el de Santillana, que “aunque de suyo no es suficientemente recomendable, resulta uno de los menos perjudiciales” para los autores.

Fuera del informe, la asignatura también sigue dando que hablar.  Hace unos días se conoció la decimoquinta sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que respalda la posición de los padres objetores a EpC. A pesar de ello, el secretario general de Profesionales por la Ética, Fabián Fernandez, denuncia “que prácticamente todos los días reciben casos de presión, amenaza o acoso a los objetores”. Ante la objeción de estos padres, el PSOE ha recordado “su obligación de cumplir la ley” y ha asegurado que “pondrá todos sus recursos para la impartición de la asignatura”.

Y ante tanta negativa sin soluciones, también los hay que critican, pero proponen. Un grupo de profesores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha puesto en marcha un máster oficial en bioética para orientar a los profesores en la enseñanza  de “Educación para la vida”, una posible alternativa a EpC.

¿Qué alternativa?
► Educación cívica, pero en  otra asignatura. José Escandell, uno de los autores del informe La Educación para la ciudadanía en los libros de texto, considera que una Educación cívica “es conveniente y razonable”, pero “debe hacerse en justicia”. “Yo no soy partidario de la idea de que el Estado no puede ni debe ejercer la función de educar a los niños en aspectos cívicos, al contrario, creo que debe hacerlo”, explica el secreatrio general del “Ángel Ayala”. De lo que no es partidario es de que a los estudiantes se les “manipule” y se les “deseduque” y considera que esta asignatura,en sus diferentes versiones, lo hace.

► “Mi impresión es que se trata de educar a los niños en una mentalidad muy particular, no sólo discutible, sino falsa, que convertirá a los niños en adultos acríticos”. Escandell propone la creación de otra materia de Educación cívica, pero planteada de forma distinta, no con “una visión progresista del futuro”.

0