fbpx

Reino Unido: currículo nacional en lo básico y a la carta en lo específico

Las Matemáticas y la Lengua serán clave después de fallar en el informe de Ofsted
Martes, 7 de octubre de 2008
0

Autor: Lola Gª AJOFRÍN

Sólo con abrir la puerta de cualquier clase de Secundaria en Inglaterra, el olor a nuevo impregna hasta el último rincón. Y este año, como cada comienzo de curso, no son ni las mochilas, ni los libros, ni los i-pods a estrenar los responsables del aroma, sino el debut del currículo nacional de Secundaria, que se imparte por primera vez.

Más flexibilidad y enseñanza a medida, frente a la rigidez del anterior currículo nacional son la base en la que se fundamenta esta reforma, así como en otorgarle un mayor peso a la Educación del comportamiento. Y uno de sus principales objetivos es mejorar el éxito de las materias que los últimos informes señalan como las cuentas pendiente de la enseñanza británica, “Inglés y Matemáticas”.
 La última evaluación sobre matemáticas de Ofsted –un cuerpo oficial para la inspección escolar en Inglaterra, independiente del gobierno–, presentada hace unos días, destaca las carencias del sistema inglés en la enseñanza de esta asignatura. Demasiadas fórmulas y poca práctica, y la escasa preparación del profesorado son los responsables de que el estudio de Ofsted eche la regañina a los docentes.

El informe, un repaso de las clases de Matemáticas en 192 colegios ingleses (84 de Primaria y 108 de Secundaria), entre abril de 2005 y diciembre de 2007, juzga la efectividad de esta materia en el 40% de los casos como “no suficientemente buena” y como “buena” y “excelente” en el 44% y 11% de ellos. Incluso la tacha de  “inadecuada” en nueve de los centros estudiados, –seis de ellos de Secundaria–.
El informe es crítico con los resultados aunque estos sean positivos, –como es el caso de los niños de entre 13 y 14 años, que  han progresado–, porque los inspectores detectan que esta mejora se debe a que a los alumnos se les ha preparado para obtener mejores calificaciones en los exámenes,  “pero eso no significa que se les esté preparando para el futuro” y recomiendan enseñar a aplicar las matemáticas a la vida real y no sólo fórmulas. Una carencia que, según Jim Kinght, secretario de Estado de Escuelas y Estudiantes, “pretenden solucionar con el nuevo currículo”.

El resto de puntos en los que pretende incidir la reforma  son la motivación y participación de los alumnos, la enseñanza más individualizada y flexible y el fomento del ingreso en la universidad.
Pero no sólo sobre el currículo de Secundaria. En los últimos días también se ha hablado mucho sobre el de Primaria. En una serie de 60 seminarios sobre la revisión del currículo, en los que han participado padres y profesores, se han propuesto algunas medidas novedosas como la enseñanza en los colegios de Polaco, Urdu o Árabe, –lenguas con cada vez más fuerza en la sociedad inglesa gracias a la inmigración– y la equiparación a las materias básicas como Inglés o Matemáticas de otras sobre comportamientos –como estilos de vida saludables, Educación Sexual y sobre drogas y alcohol–. No coinciden con esta opinión las escuelas privadas inglesas, que ya manifestaron su rechazo al nuevo currículo hace algo menos de un año, por estimar que se estaba concediendo más peso a las que consideraban “asignaturas de moda” que a las tradicionales. Así lo expresó el presidente de la asociación mayoritaria de colegios privados de Primaria, Michael Spinney, que  advirtió de la posibilidad de abandonar el currículo nacional para dedicar más tiempo a competencias fundamentales como la ortografía, las tablas de multiplicar o  la Historia.

Otra propuesta, no menos sorprendente, es la de la Agencia de Enseñanza y Desarrollo para colegios (TDA) que llamó recientemente a la contratación de más maestros  varones tras detectar en un estudio con 800 hombres, que un 35% de los que habían asistido a clase con un profesor varón  trabajaban más duro, que el 50% habían sido más capaces de denunciar casos de bullying y que el 24% se atrevían más a preguntar dudas sobre la pubertad. Eso en un país en el que según los últimos datos, –a pesar de la campaña millonaria para atraer a más hombres a la profesión–, el porcentaje de profesores varones había descendido hasta el 24%.

Gracias o no a sus diversas propuestas, pero Inglaterra demuestra que su sistema educativo mejora en los últimos años,–así lo manifestó el último estudio PISA que lo  situaba por encima de la media de la OCDE–. Gracias, en parte, a la transparencia de sus resultados, a la eficacia de sus inspecciones y a su sistema de becas –aunque el retraso de las  última subvenciones de este curso para centenares de miles de adolescentes, debido a aun fallo informático, le esté costando un pequeño disgusto al Gobierno–.

20 años de currículo: de la reforma de Blair al de 2008
El currículo nacional inglés acaba de cumplir 20 años y su veteranía celebra las mejoras del sistema, pero también llama a su ligera modificación.

Desde su instauración, con la reforma educativa de 1988, –que además introdujo los exámenes nacionales y la matrícula abierta en cualquier colegio–, la Educación británica ha sufrido sutiles cambios, los más importantes con las Nuevas Políticas Laboristas sobre Educación de 1997. 
El discurso de Blair fue “Educación, Educación y Educación” y su énfasis se tradujo en algunas mejoras, como las  reformas estructurales de la Educación obligatoria y universitarias, que se centraron en una enseñanza más específica en función de las habilidades de cada niño y en la creación de escuelas especializadas –que pasaron de ser 196 en 1997 a 1.000 en 2002–.

Con la llegada de Blair también se creó el programa “Beacon School”, un plan que se encarga de identificar a los colegios con mejor rendimiento y proporcionar al resto ejemplos de prácticas efectivas. En 2005 este proyecto se dividió en dos específicos, uno  para los centros de Primaria y otro para los de Secundaria.

Otras estrategias fueron la acción “Profesores con Habilidades Avanzadas”, un incentivo para los docentes, a los que se les propuso cobrar más a cambio de  ocupar nuevos puestos y deberes en el centro;  se crearon áreas de acción educativa específicas; y se fijó el máximo de alumnos en clase en 30, para los estudiantes de entre 5 y 7 años, –la Educación es obligatoria en Inglaterra desde  el trimestre siguiente al que el niño cumple los 5 años hasta los 16–.

Hasta la llegada al nuevo currículo de Secundaria de 2008 ha habido otros cambios importantes, como la modificación del Ministerio que pasó de ser el de “Educación y Habilidades” al de “Niños, Colegios y Familias”, en 2004.

0