"En PISA 2006 todavía no nos había afectado la inmigración"

Autor: José Mª de MOYA

El consejero riojano explica los resultados escolares de su comunidad; los medios para lograr el éxito y lo que queda por mejorar. Y la manera en que la inmigración afecta a la vida del centro, a la forma de enseñar y al futuro de la Educación, ya que en el último Informe PISA todavía no había los índices de inmigrantes que hay ahora. Además hace algunos matices al cómputo del fracaso escolar, aludiendo a la incidencia –una vez más– de la inmigración, así como a los alumnos que optan por el mercado de trabajo.

La Rioja es la comunidad que mejores resultados obtuvo en PISA. Quería que nos diera la receta del éxito.
Es difícil decir dónde radica el secreto de su éxito, pero fue una gran satisfacción porque es una manera de ver compensados los esfuerzos que se hacen desde que nos hicimos cargo de las transferencias. Los principales esfuerzos que hemos realizado han sido en el ámbito de la formación del profesorado. Actualmente certificamos más de 250.000 horas de formación. Después, apostamos por las nuevas tecnologías acompañadas de programas de desarrollo. Si no había una formación previa del profesorado que se iba a hacer cargo de esas tecnologías no dotábamos a los centros. Y, en tercer lugar, hemos incrementado notablemente el número de profesores, obligados a prestar un mejor servicio, pero también obligados por la inmigración, que es una presión constante, porque somos la primera comunidad del Estado, con un porcentaje que está en el 16,8% de inmigrantes.

Lo cual quiere decir que más inmigración no implica necesariamente peores resultados.
Ciertamente. Lo que pasa es que hay que matizar. En la prueba de PISA, que se realiza a los 15 años, todavía no había afectado la inmigración. Mientras que en la prueba que tenemos en 2009 nos va a coger con un segmento de población inmigrante mucho más notable.

¿Piensa que pueden empeorar los resultados?
Es un fenómeno que se nota, que no nos marca el sistema de una forma determinante, pero nos marca. El número de profesores que hemos metido ante estos incrementos de inmigración, en una población escolar de unos 45.000 alumnos, es de unos 200 cada año. Todo esto tiene que tener un reflejo en atención a la diversidad, en los alumnos con necesidades educativas especiales.

¿Se podría decir que tanto por la política del Gobierno como por las características de la calidad riojana, aquí la Logse no ha calado tanto?
Yo creo que aquí también. Creo que la Logse conlleva un espíritu que al final se manifiesta. Tenemos unas tasas de abandono que hay que revisar. Y los parámetros con los que se mide el fracaso escolar. Yo creo que llevamos 25 años de Educación socialista, porque no hay que olvidar que los seis años que estuvo el PP se aplicó la Logse con más intensidad si cabe. La Logse respira el espíritu del buenismo, en la que lo que importa es que estés: yo te brindo el paso y el éxito, que ya te dará la vida el fracaso.  Creo que la ley está carente de cualquier principio que suponga unas coordenadas de estímulo, de trabajo, de esfuerzo, de sacrificio, de premiar lo que se hace bien. La ley carece de todo esto, aquella y en cierta medida también ésta.

¿No le parece que la LOE no haya sido una reforma en esencia?
En esencia no. Porque tiene muchos temas pendientes, como la promoción de unos cursos a otros, que se pueda pasar con las asignaturas instrumentales de Lenguaje y Matemáticas. Luego, estamos carentes de evaluaciones externas, censales. Todo esto es necesario, tanto los temas de la calidad como de rendimiento. Se necesita incrementar los medios en los centros con programas marco que puedan diferir de unos centros a otros. Es salir del adoctrinamiento, del “todos iguales”, “para todos los mismo”. Todo esto no está en las leyes, lo malo es que tampoco está en los planteamientos de la sociedad.

No hay un paralelismo entre los resultados de PISA –que mide conocimientos– y las cifras de fracaso escolar. En conocimientos La Rioja está estupendamente y luego, sin embargo, en fracaso escolar, no está horrible, pero está regular. Lleva a pensar que el título no vale lo mismo en unas comunidades que en otras. Aquí el título es muy caro.
Ciertamente. Más caro. Pero es que no solamente PISA ha medido conocimientos, sino que ha medido la equidad y en equidad somos una de las principales comunidades. Hay muy poca diferencia: la parte inferior está muy cerca de la media.  Aunque yo creo que a la hora de analizar el fracaso hay unas variables que habría que tener en cuenta (inmigrantes que se escolarizan y luego se marchan, otros en  trabajos temporales, etc.), pero, en cualquier caso, son tasas de fracaso.
 
Lo de la inmigración es cierto y creo que sí que habría que corregirlo. Lo otro no lo hemos valorado como excusa porque nos parece que el que haya mucho empleo en una comunidad no es motivo para que el sistema no sea capaz de retener al alumno.
Nosotros estamos adoptando ahora medidas con la federación de empresarios para que este fenómeno no se produzca. Pero también hay otra variable y es que en el cómputo de las 17 comunidades autónomas somos la primera del Estado donde al finalizar la Secundaria se va el 50% a Bachillerato y Universidad y el 50% a FP. Los índices de colocación son de entre 50 y 60 días; y está todo el mundo trabajando. Incluso alguno que  está en FP la abandona porque tiene el puesto trabajo inmediatamente. El fracaso escolar existe pero creo que exige unas matizaciones.

No se si está de acuerdo conmigo en que puede ser que haya distintos niveles de exigencia por comunidades.
Claro. Nosotros, por ejemplo, para dar el título de Secundaria, si los alumnos tienen alguna de las instrumentales pendientes, no lo damos, de tal manera que hay gente que se descarta ya en febrero o en marzo, con la última evaluación.

Hay algunas comunidades, como Andalucía, donde se ha incentivado económicamente al profesor para que logre más aprobados.
Eso es una manera de engañarse.