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El gasto de administración se disparó con las transferencias

El gasto en administrar la educación crece por encima del gasto en la propia Educación desde 1997.
José M. LacasaMiércoles, 11 de marzo de 2009
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Este gasto, además, se disparó con motivo de las transferencias y, aunque se atemperó un poco tras ellas, sigue creciendo por encima del gasto educativo y, por ejemplo, muy por encima del gasto en becas.

El gasto en administración general de la Educación incluye todo aquello que no pueda ser considerado como gasto directo en los centros: desde el sueldo del consejero de turno hasta las oposiciones, desde un instituto de evaluación a una nueva sede administrativa. Presupuestariamente, este gasto se puede dividir básicamente en cuatro partes: uno, sueldos del personal de Administración, asesores, etc; dos, bienes y servicios (que incluye material de oficina, publicaciones, protocolo, informes externos, cursos, etc.); tres, transferencias corrientes, en su mayor parte a asociaciones sin ánimo de lucro; y cuatro, inversiones reales, como la construcción de una nueva sede o su mobiliario.

Esta partida creció exponencialmente entre 2001 y 2003, coincidiendo con los años en que no pocas Consejerías se dotaron de nuevos edificios administrativos (en el gráfico se puede apreciar en la gran “joroba” de la serie de gasto en administración de esos años): el gasto en inversiones creció desde los 26 millones de euros en 2000 hasta los 112 millones en 2002. En 2003 bajó a 66 millones de euros y se ha mantenido estable hasta 2006, año en que esta partida llega hasta los 78 millones.

También crecieron los gasto de personal, aunque más moderadamente: un 38% desde 2000 a 2003, de los 405 millones a los 558, aunque desde entonces sólo ha crecido un 1%.

La gran escalada de gasto se debe a los gastos más “políticos”: en la partida de bienes y servicios, además de otros gastos obligados, se incluyen también gastos en publicaciones, informes externos, publicidad… Pues bien, en esta partida crece a un ritmo de un 15% cada año, y se ha multiplicado por 2,2 entre 2000 y 2006.

Pero la partida “política” que más creció fue la de las transferencias corrientes, que en su mayor parte se destina a subvencionar asociaciones sin ánimo de lucro. Esta partida se duplicó entre 2000 y 2002, aunque volvió a situarse por debajo de 2000 en 2004. Pero esta partida se volvió a triplicar entre 2004 y 2006, hasta llegar a los 21 millones de euros, y esta vez el incremento tiene un culpable claro: Cataluña (véase más abajo).

En resumen, desde 1995 el gasto en Educación se multiplicó por algo más de dos, mientras que las becas se multiplicaron sólo por 1,8, mientras que el gasto en administrar nuestra educación, con los buenos resultados por todos conocidos, se ha multiplicado por 2,4.

CATALUÑA, O CÓMO EL TRIPARTITO DESBOCÓ EL GASTO EN ADMINISTRACIÓN

  • Entre 2002 y 2006

En los años en que estuvieron al frente de la Conselleria de Educació Josep Bargalló (ERC), Marta Cid (ERC) y Joan Manuel del Pozo (PSOE), el gasto en administración de la Educación se multiplicó por 2,4, pasando de los 85 millones de Carme Laura Gil (CiU) en 2002 a los 203 millones en 2006. El actual conseller, Maragall, tomó posesión a finales de 2006, por lo que no tiene responsabilidad en estas cifras.

  • Inversiones reales

En estos años, el gasto en edificios, mobiliario, etc. apenas ha subido, aunque en 2006 subió de golpe más de un 40%. Aún así, este apartado no es el responsable del aumento exponencial del gasto.

  • Gastos de personal

El organigrama de la Conselleria de Educació sí que se ha engrosado sustantivamente. La multiplicación de asesores y organismos con sueldos nada despreciables ha crecido exponencialmente en Cataluña en estos años, hasta alcanzar el 17% de lo que se gasta el Ministerio y el conjunto de las comunidades autónomas en 2006. La Conselleria gasta la friolera de 99 millones en gastos de personal, cifra que se ha multiplicado por dos entre 2002 y 2006. Hay que recordar que todo este personal se dedica a la administración de la educación, es decir, no pisa un aula más que si va de visita. Desde luego, no parece que con estas inversiones se hayan mejorado los resultados de la Educación catalana, a juzgar por los Informes PISA de 2003 y 2006.

  • Bienes y servicios

El gasto en bienes y servicios pasó de 30 a 40 millones entre 2002 y 2004, y se duplicó en los dos años siguientes, alcanzando en 2006 los 81 millones de euros. Una parte importante de este presupuesto se debe a gastos políticos: informes, publicaciones, publicidad…

  • La cornucopia

Pero la partida que más ha crecido, con una generosidad que deja pequeña al cuerno de la cabra Amaltea, es el gasto en subvenciones a entidades sin ánimo de lucro: se ha multiplicado por más de 100, desde los 116 millones de 2002 hasta los 12.235 millones de 2006. Es un caso sin precedentes. Cataluña destinó en 2006 a este concepto el 58% de lo que se gastó el Ministerio y todas las comunidades autónomas juntas en ese año. Si consideramos que el gasto de 2002 es 100, el de 2006 sería 10.575. Sin comentarios.

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