Motivos inconfesables para boicotear el Pacto

Dos razones inconfesables –cada uno la suya– tienen los dos grandes partidos de este país para negarse a suscribir el Pacto por la Educación que está impulsando Gabilondo. Bienvenidos al espectáculo de la política en estado puro (o impuro, más bien).
Nuestro bienintencionado ministro se está encontrando con el enemigo en casa. En varias ocasiones, Gabilondo se ha mostrado dispuesto a cambiar lo que haya que cambiar, pero desde Ferraz le han puesto límites: la LOE no se toca. Hacerlo sería tanto como admitir un error y eso es algo que no se puede permitir ningún partido decente. Quizás por esto, ya alertó el ministro contra las actitudes dogmáticas que, con frecuencia, proceden más de los próximos que de los adversarios…
Pero el PP también tiene sus razones inconfesables. ¿Para qué vamos a hipotecarnos, dicen, con un Pacto de mínimos si tenemos opciones de gobierno y podremos entonces acometer las reformas educativas de calado que necesita este país? Y es cierto que un Pacto paniaguado –o el enésimo parcheado de la Logse– podría ser tan hermoso a corto plazo como letal a medio y largo.
Lo hemos dicho. Esta espiral absurda en la que nos sumen los insiders de la Educación sólo puede romperse si abrimos las  ventanas para que la sociedad civil marque el nuevo rumbo con firmeza. Si no es así, éstos jamas se pondrán de acuerdo.