Sólo cuatro países europeos tienen ahora un Bachillerato de dos años
A excepción de Malta, Escocia, Lituania y España ningún otro país tiene en este momento un Bachillerato de dos años. Recientemente el ministro Gabilondo volvió a abrir el debate al proponer una escolarización hasta los 18 años, para ganar en flexibilidad. Más allá de esta afirmación, hasta la fecha se desconoce si esta prolongación se haría sobre la base de extender la ESO hasta esa edad (posibilidad que ya existe ahora al repetir dos cursos) o como guiño a quienes proponen una modificación del Bachillerato que añada un curso más.
En cualquier caso, la declaración del ministro ha servido para que todos acepten que hace falta flexibilizar el sistema actual. El sindicato UGT, ante la propuesta de Gabilondo afirma que “aunque podríamos respaldar, desde el punto de vista social, la prolongación de la escolarización obligatoria, consideramos que en la actualidad ésta no es una medida prioritaria para nuestro sistema educativo”.
Las propuestas más sensatas a este respecto se refieren más bien a una reestructuración de etapas en lugar de a una prolongación de la enseñanza obligatoria que, como ha quedado claro, ya existe en la actualidad.
Para UGT, la prolongación de dos años “genera dudas, ya que afecta a un 30% del alumnado, cifra que refleja a los no matriculados en la postobligatoria y a los que normalmente ya es difícil mantener motivados en el sistema educativo”.
A nadie se le oculta que estas propuestas de flexibilización del sistema escolar vienen motivadas por las altas cifras de quienes abandonan los estudios. Pero, como dice UGT, “de la necesidad de atender a los que abandonan el sistema, o no alcanzan la formación necesaria, no se puede deducir la necesidad de alargar la escolarización obligatoria”.
Para otros, volver a modificar el sistema a sólo tres años de aprobación de la LOE es un error. “El sistema educativo necesita asentarse y desarrollar la LOE –señala UGT– y realizar un diagnóstico basado en las evaluaciones internacionales y centrar los esfuerzos en rebajar la tasa de abandono escolar, del 30% en España y del 15% en la UE”.
Lo más probable será crear un Bachillerato de tres años basado en la reducción de un año en la ESO o en la prolongación hasta los 19 años, como sucede en países como Alemania y otros muchos estados del entorno europeo.
Además, una prolongación generalizada de la Secundaria hasta los 18 años supondría un enorme coste económico que, en situación de crisis, es dudoso que se lleve a cabo. Supondría aumentar en 250.000 alumnos la matrícula de la enseñanza obligatoria, con un incremento en el número de centros y profesores, además de adecuar los actuales a las nuevas exigencias.
En definitiva, la propuesta de Gabilondo ha suscitado más polémica que debate sereno, en el sentido de que nunca ha aclarado en qué consiste realmente su propuesta. Junto al tema de la autoridad del profesorado (en el caso del PP) demuestra que –de cara al Pacto– cada uno va por su lado.