fbpx

“El ministro tropezará con los gurús pedagógicos del PSOE”

El conseller valenciano critica el cambio de modelo que supone dar los ordenadores a los alumnos y no a los centros, cuando “el 95% ya usa ordenador en su domicilio” y pide flexibilidad en Escuela 2.0.

Pablo RoviraMartes, 12 de enero de 2010
0

Font de Mora en un momento de la entrevista. (Foto: Roberto Roca)

Alejandro Font de Mora es el conseller valenciano de Educación que más tiempo ha ocupado dicho departamento en los últimos 20 años. También, uno de los consejeros de Educación que más titulares de prensa generalista ha acaparado en los últimos tiempos.

La Comunitat Valenciana, junto con Madrid y Murcia, no ha llegado a un acuerdo con el Ministerio para participar en el programa Escuela 2.0. ¿A qué se debe?
No hemos llegado a un acuerdo porque el Ministerio no ha querido. Escuela 2.0 es un programa muy cerrado que quiere extrapolar un programa que funcionó en un sitio determinado, en Ariño (Aragón), pero allí se daban unas circunstancias muy concretas. No hay elasticidad para las comunidades autónomas. Añoramos los convenios Red.es que eran más flexibles. Lo natural sería que si el Ministerio tiene unos fondos para fomentar las TIC en la escuela, los oferte, pero dentro de los esquemas de cada autonomía.

En su argumentario, ha causado revuelo su afirmación de que estos portátiles pueden provocar miopía.
Imagínese si a la Administración pública se les ofertara trabajar con pantallas de diez pulgadas. Lo único que hemos dicho es que lo que no queremos para los mayores, no lo queremos para los niños.

Ustedes han pedido que exista un pilotaje. ¿El Ministerio ha dicho que no?
El Ministerio, como ya he dicho, considera que el sistema está suficientemente pilotado porque se ha hecho ya. No-sotros tenemos nuestro propio modelo –que es el centro educativo inteligente– que ya lo tenemos en pilotaje y es en esto donde es importante que el Ministerio nos ayude.

De todas formas, rechazar dinero se vende mal.
Lo que es peor es usar mal dinero propio, porque Escuela 2.0 obliga a una cofinanciación abusiva, porque no es verdad que sea al 50%… No perdemos dinero, lo ahorramos.

Se argumenta que la verdadera razón es que no hay dinero en las arcas.
No compramos el ‘género’ por falta de dinero, sino porque no nos convence.

¿Qué pediría para participar en el programa?
Que se pudiera pilotar, que cofinanciase el material que pensamos que tenemos que comprar y que cofinanciara también la adaptación de las instalaciones y el aumento de la conectividad en los centros para poder desarrollar Escuela 2.0, que es por donde se tendría que haber comenzado.

Además, el ordenador va al alumno, no al centro.
Recuerdo que el INE dice que más del 95% de los jóvenes ya utilizan el ordenador en su domicilio. ¿Por qué vamos a dar un ordenador a alumnos que ya lo tienen en casa? Hasta ahora los ordenadores iban al centro.

Esta posición le ha llevado a una exposición mediática, digamos, llamativa.
Bueno, a raíz de esta polémica, nos hemos enterado de que el panorama paradisíaco de Escuela 2.0 no funciona bien. A algunas autonomías les encaja el modelo Escuela 2.0, pero no es nuestro caso. Y esto pretendo exponérselo personalmente al ministro.

¿Confía más en el talante del ministro que en la actitud del Ministerio?
Es difícil separar al ministro de su Ministerio. Se habla de pactar en lo general pero es imposible hacerlo en lo concreto. Habrá que comenzar a dudar, aunque mantengo mi confianza en la persona de Ángel Gabilondo.

Esa confianza tiene una prueba de fuego en torno al Pacto de Estado por la Educación. ¿Desde la Comunitat, cómo se ve este proceso?
Esta negociación nace con una preconcepción política y, por tanto, los agentes del Pacto son prácticamente dos: PP y PSOE. Todo lo que se salte esta premisa está condenada al fracaso, como la tentación de intentar en una Conferencia Sectorial un acuerdo entre autonomías.

Otra dificultad es que hay que sentar las bases de una nueva concepción de la Educación, porque la actual se ha demostrado fallida e inane. La pretendida estabilidad legislativa no debe llevar a la sacralización de la legislación vigente porque no casa bien valorar más el esfuerzo y el mérito con principios de la actual ley. Y, posiblemente, aquí tropezará el ministro con los gurús del partido socialista de toda esta filosofía pedagógica que han llevado a esta situación de postración educativa en el Estado español. Veremos como el ministro torea en esa compleja plaza que forman Alcalá, Ferraz y Moncloa.

Por lo que dice, ¿considera que este Pacto tiene que ser político, más que social o sectorial?
No son incompatibles, pero tiene que haber fases. Los grandes pactos, como los de la transición, han tenido siempre un núcleo político de base.

En torno a estas cuestiones, existe el tópico de que las grandes cuestiones educativas se pactan sin tener en cuenta la opinión de quien está a pie de aula, los docentes.
Las posiciones del Partido Popular, al menos, se adoptan tras consultas previas con los agentes educativos. A los partidos per se no se les ocurren las ideas. La diferencia es a quién consulta cada uno.

Otra de las claves para su partido es la vertebración del sistema educativo, pero lo cierto es que las diferencias de resultados entre autonomías son enormes.
Por eso es básico una especie de ‘seguro de movilidad’, al menos, en cuanto al currículo, para que haya cierta homologación. Que cambiar de comunidad no sea como marcharse a Australia.

¿Un posible Pacto que limite los cambios legislativos en materia educativa puede condicionar un futuro gobierno del Partido Popular?
Creo que hay tres elementos sobre los que prácticamente estamos de acuerdo: incrementar el rendimiento en Primaria, clarificar la Secundaria con un currículo de grandes campos y no tanta arboladura y expandir el Bachillerato. Si un Pacto se firma es porque se está de acuerdo y, por tanto, permitirá gobernar.

¿Pero hay que modificar la LOE para llegar a un acuerdo?
nR. Yo creo que sí, pero una cosa es hacer una nueva ley, en lo que no habría acuerdo, y otra cosa es modificar los puntos de la ley que permitan un nuevo modelo más eficiente. Qué hay que cambiar es lo que se debe negociar.

La Educación en la Comunitat

–137 mesas al año
“Mi impresión es que sí que se han obtenido buenas condiciones laborales. Gracias al último acuerdo retributivo, somos la que mejor remunera al profesorado de las cuatro autonomías con mayor población. Acabamos de anunciar una oferta de empleo de 1.230 plazas y una de las autonomías con mayor plantilla docente”.

–Conflictividad en el sector
“Las razones reales de la conflictividad no son puramente educativas, sino que hay un componente político. Hay gente que quiere derribar al gobierno del Partido Popular y piensa que la palanca para hacerlo es la Educación”.

–Plataformas educativas
“Esto indica un vacío en la oposición. Lo que ha perdido el PSPV-PSOE desde hace tiempo es su posición de centralidad en el debate educativo porque la ha dejado en manos de otras organizaciones, como STE-PV”.

–¿Ley o pacto escolar?
“No percibo la necesidad de elaborar ahora una Ley valenciana de Educación. En cuanto a un pacto, éste consiste en estrecharse la mano, pero primero hay que extenderla. La mía lo está, pero no puede asirse al aire”.

0