La muerte de Delibes ilumina el debate lingüístico

Sabrán ustedes que los dos grandes temas que están haciendo encallar el pacto educativo son la libertad de elección de centro y el castellano. Las dos son cuestiones de fondo que –por más que se empeñe el ministro– no se pueden soslayar si lo que queremos es alcanzar un pacto de Estado. Si los compromisos inconfesables del Gobierno le impiden hoy mover su posición en estos dos ámbitos, me permito dos consejos. Primero, no empeñarse y buscar acuerdos puntuales: la enseñanza Pública no puede esperar más. Segundo, tener paciencia porque los compromisos inconfesables son perecederos por naturaleza. El documento presentado por el Ministerio está plagado de promesas rotas y no pasa nada. La realidad siempre se termina imponiendo a las ideologías.

Hoy, como modesto homenaje a Delibes, quiero decir algo sobre el debate lingüístico. En la última reunión del ministro con los consejeros de Educación, Maragall acusó públicamente a los del PP de falta de voluntad política por osar exigir la defensa del castellano… ¡Qué cosas tan ideológicas y tan sectarias piden estos del PP! Que los alumnos españoles manejen correctamente el castellano. Por otra parte, es cuestión de pura coherencia. Es tan simple como que en Cataluña el PSOE aplique la misma política lingüística que en el País Vasco donde también gobierna. No se entiende fácilmente.

En el primer “Desayuno Magisterio” hemos tenido como invitado al consejero de Castilla y León que ha exhibido los espléndidos resultados que obtuvo en PISA. Tan espléndidos los resultados de la tierra de Delibes, como mediocres los que obtuvieron País Vasco y Cataluña de las que se esperaba mucho más por PIB per cápita y por gasto por alumno. En concreto, quedaron las últimas con permiso de Andalucía. Raro, raro. Recuerdo que les pregunté: ¿Tendrá vuestra política lingüística algo que ver? Y no hubo respuesta.