Si el sistema es culpable, cambiemos el sistema

En los últimos días e incluso meses son muchas las voces, (ahora el Ministerio también se suma, aunque el ministro venía tiempo advirtiendo del problema) que critican al propio sistema educativo español de la “falta de flexibilidad” para mantener a los alumnos en su seno y para no expulsarlos de él, como dicen todas las estadísticas. La pregunta inmediata es: si el sistema es el culpable, ¿por qué no cambiamos de sistema? El problema es que no sabemos en qué sentido hay que modificarlo –o, si lo sabemos, no lo queremos admitir, porque coincide sospechosamente con los itinerarios del PP– aunque en el reciente Congreso de Abandono Escolar algunos dirigentes educativos se atrevieron a formular sus propuestas: “es necesario abrir el sistema, flexibilizarlo, mejorarlo” (Novillo); “es necesario dar más autonomía a los centros” (Colomé); es necesario flexibilizar la oferta, conciliar los estudios, ampliar los itinerarios, reforzar Primaria e impulsar planes de éxito” (Sánchez-Pascuala); “flexibilizar la enseñanza postobligatoria, impulsar los PCPI, favorecer la transición de etapas y detectar dificultades en Infantil y Primaria” (Roca); “tenemos que abordar los primeros años de escolarización” (Peñalver). En fin, a ello.