La nueva concertada desconcierta a las familias

Es lo que pasa cuando los conceptos no están claros. Cuando todo va bien, los defectos no se ven o no se quieren ver, pero cuando llega la escasez… Hablo del modelo de conciertos que ha servido durante estos años pasados tal y como fue planteado, pero que últimamente hace aguas por todas partes.

En Andalucía, como informamos en página 5, el gobierno andaluz está tratando de aliviar su penuria a costa de imponer sanciones millonarias por las cuotas que cobran algunos colegios concertados. No es fácil de entender, cuando es práctica generalizada en todo el país, desde hace decenios y, sobre todo, legal, si lo haces como manda la LOE y la decencia. En Madrid, un sector de la privada no concertada se ha amotinado, como dimos cuenta la semana pasada, contra los nuevos conciertos (más de 50) que ha concedido el gobierno de Esperanza Aguirre. Tampoco es fácil de entender, cuando vemos que entre los propios amotinados hay propietarios de colegios concertados, de escuelas infantiles municipales, etc.

Al margen de la lucha de intereses, entre muchos padres cunde el desconcierto. Se preguntan: ¿Por qué pago un riñón por un privado cuando los propietarios tiene otro concertado a escasos kilómetros que cuesta la mitad? ¿Por qué no conciertan también el mío? ¿Por qué hay concertada de 50 euros, de 100, de 150…? Es lo que termina pasando cuando el modelo no está claro.