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La Generalitat reordena el sistema educativo frente a la indignación de los sindicatos


El Govern catalán no está viviendo sus momentos más dulces al frente de la Generalitat. Tras 100 días de mandato, los recortes prometidos por Artur Mas para salvar las arcas catalanas ya comienzan a cobrar forma.
Noelia RamírezMartes, 26 de abril de 2011
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Unos ajustes que, tanto en Sanidad como en Educación, han levantado las iras de los sindicatos y que les condujeron a protagonizar una manifestación el pasado 14 de abril que llevó a 20.000 personas a criticar el “tijeretazo” del Govern. Fue la primera de las múltiples protestas que le esperan al equipo de Mas si sigue con su plan de reestructuración. De momento hay una nueva protesta prevista para el 14 de mayo.

Sin que se haya hecho pública todavía la auditoría de las cuentas del Govern –será en junio–, la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, ha iniciado este mismo mes la negociación con los sindicatos para pactar las plantillas del próximo curso.

Tras las incógnitas sobre cómo se llevaría a cabo la reducción de presupuesto en el sector docente –las guarderías, colegios e institutos ya han visto mermado un 20 por ciento su presupuesto para gastos comunes–, las incógnitas se despejaron completamente el pasado 15 de abril.

Previa a esta fecha, la Conselleria anunció la liquidación de la sexta hora, una medida que se implantó en 2006 y que fue la iniciativa estrella del Pacto Nacional de Educación de 2005, que buscaba equiparar a la escuela pública con la concertada en el número de horas lectivas durante la Primaria, ya que el sector privado concertado tenía 175 horas más.

Los sindicatos y la oposición se llevaron las manos a la cabeza y temieron por la supresión del convenio sindical firmado en 2005, que reducía la jornada lectiva de los docentes de 25 a 23 horas semanales.

En la primera reunión mantenida con los sindicatos, Rigau anunció que sólo los niños con riesgo de exclusión social podrán recibir la sexta hora de Primaria, es decir, que sólo los colegios de entornos socioeconómicos desfavorecidos tendrán más horas lectivas. Otro de los puntos que propuso la Conselleria es que los docentes tengan una hora más de clase a la semana, manteniendo su jornada laboral, alcanzando las 24 horas en Primaria y las 19 en Secundaria.

Otras dos medidas de ahorro consisten en retrasar la reducción horaria a la que pueden acogerse los docentes de 55 a 60 años, que ahora podrá pedirse desde los 59 hasta los 64 años; y que los sustitutos que ahora cobran vacaciones con seis meses trabajados, deberán llegar a los nueve meses para poder disfrutar de esta medida.

CCOO cifró estas iniciativas de ahorro en la reducción de 3.400 docentes, una previsión alarmista que la Conselleria trató de calmar en una reunión exprés cuatro días más tarde para apaciguar los ánimos. En el encuentro, el equipo de Rigau aportó cifras exactas de las previsiones del recorte. Sólo 200 colegios harán la sexta hora el próximo curso (unos 540 maestros). El resto se reordenará en Secundaria y en refuerzo en Infantil y Primaria, no se contratará a ningún docente, pero tampoco se formalizarán despidos. La propuesta pasa por no cubrir la mitad de las jubilaciones previstas (unos 900, según estimaciones de CCOO) y dejar de considerar lectiva la hora del patio, aunque sí lo será la de vigilancia del recreo.

La negociación sigue abierta, y las cartas no están sobre la mesa, pero la batalla entre los sindicatos y el Govern ya se mostró más que encendida en la protesta del 14 de abril.

  • Las cábalas de Irene Rigau
  • Según los datos que la Conselleria facilitó a los sindicatos, y que no quiso admitir ante la prensa, la supresión de la sexta hora liberaría 2.800 maestros, y el aumento de una hora de trabajo semanal para todos los docentes de Primaria y Secundaria serviría para amortizar el trabajo de 2.700 maestros más. Con estos 5.500 docentes, la consellera Irene Rigau pretende cubrir las 1.933 plazas que harían falta para atender el aumento de nuevo alumnado el próximo curso (unos 15.000 alumnos nuevos) y, a la vez, destinar 1.875 maestros a dar clases de refuerzo y otros 1.152 para los nuevos itinerarios de 4º de la ESO y la ampliación del Bachillerato, que serán obligatorios a partir del curso 2012-13.
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