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Las pruebas diagnósticas andaluzas son “caras, sesgadas y de bajo nivel”


La Asociación de Profesores de Instituto (APIA) denuncia su alto coste –413.000 euros–, el sesgo ideológico de algunas preguntas, la alta probabilidad de acertarlas y el nulo efecto en el expediente.
Diego FranceschMartes, 24 de mayo de 2011
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Los pasados días 10 y 12 de mayo, unos 190.000 alumnos –es decir, todos– de 4º de Primaria y de 2º de ESO participaron en las pruebas de Evaluación de Diagnóstico que realiza la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Los alumnos contestaron a unos ejercicios que pretendían evaluar sus competencias matemáticas, lingüísticas y, por primera vez, la Competencia Social y Ciudadana. Las pruebas se realizaron en 2.466 colegios y 1.635 institutos.

Las preguntas tratan de evaluar no solo lo que el alumno “sabe” sino “lo que sabe hacer, cómo lo sabe hacer y en qué nivel de dominio lo sabe hacer”, aplicado a situaciones y contextos diversos, tanto escolares como sociales. Esta es la concepción de la evaluación vigente en Europa y así está contenida también en la LOE.

Según la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), la prueba correspondiente a los alumnos de la ESO en Matemáticas y en Lengua “es preciso reconocer que ha mejorado algo”. En Matemáticas “ya no se hacen preguntas con una escandalosa probabilidad –de dos tercios, según APIA– de sacar la máxima puntuación respondiendo al azar, como en ediciones anteriores, pero en las instrucciones para la realización de la prueba, curiosamente, se les da a los alumnos la solución de la pregunta 17”. “Además, la mayoría de las preguntas son de muy bajo nivel”, añade esta asociación docente.

En Lengua, “aunque los temas tienen el ya habitual sesgo ideológico de sus autores”, por primera vez las preguntas se ciñen más o menos a los programas oficiales y, “aunque procuran evitar que los alumnos pongan en evidencia sus incapacidades expresivas no haciéndoles escribir más que lo justo, son más razonables que en ediciones anteriores”, asegura un portavoz de APIA. Como curiosidad, los profesores destacan la pregunta en la que los alumnos han de interpretar los iconos que usan los meteorólogos. Los autores de la prueba también cometen faltas: en la pregunta 4 escriben Auchviz por Auschwitz.

De las cuestiones de inglés cabe señalar que, aunque responden al nivel exigible en ese curso, los enunciados se dan siempre acompañados de su traducción al español, lo que “da idea de la escasa confianza de la Consejería en el éxito alcanzado por sus planes de bilingüismo”. Por otra parte, APIA denuncia que la impresión y distribución de las pruebas se licitó el pasado año por 413.000 euros, según consta en la web de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa. “Curiosamente, las primeras empresas a las que hemos pedido presupuesto para un trabajo semejante nos han ofrecido realizarlo por un 60% de esa cantidad”, asegura esta asociación de docentes.

Por último, APIA señala que “como los resultados de las pruebas no tienen efecto sobre los expedientes, la tendencia creciente es a dejarlas en blanco, sobre todos las de enunciado largo”. “Escandalosamente, ahora la Consejería pretende exigir responsabilidades a algunos profesores por los malos resultados de sus alumnos”, añade esta organización de docentes.

Preguntas de Competencia Social

  • Las preguntas de la Competencia Social y Ciudadana son “las menos presentables”, según la opinión de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA). Además del “bajísimo nivel” de las preguntas, resulta evidente el “sesgo ideológico” que impregna todo el cuadernillo. “No se trata sólo de que todas las preguntas se centren en asuntos que constituyen la bandera propagandística del partido en el poder (ecologismo, solidaridad con el tercer mundo, tabaco, feminismo radical, etc.), sino que el contenido de las preguntas es manifiestamente opinable”, señala un portavoz de esta asociación. “Es vergonzoso –añade este profesor– que se den más o menos puntos a un alumno según opine o no como los diseñadores de las pruebas respecto a diversas cuestiones”. Así, en la pregunta 2-3º (ver ejemplo adjunto) el alumno es penalizado si opina de distinta manera respecto a la política de ayuda a los países pobres. En la 2-4º, en cambio, se les regalan a todos el máximo de puntos, “ya que basta con que el alumno escriba cualquier topicazo idiota pero políticamente correcto para que haya que darle el máximo”. En la pregunta 5 la cosa ya “clama al cielo”. En la imagen adjunta se pueden ver las “estupideces” que se preguntan, a juicio de APIA.

Esta organización no solo las considera “un despilfarro”, ya que “se paga por ellas un 40% más de lo debido”, aseguran, sino que “supone una pésima gestión del dinero público”.

La Agencia de Evaluación de Andalucía “se gastó el año pasado más de un millón y medio de euros en diversos informes de más que dudosa necesidad”, dice APIA.

Además, “se continúa obligando a los profesores a corregir las pruebas según unos criterios tendenciosos y sin que ese trabajo extra se pague”.

Y los resultados no tienen ningún efecto sobre los expedientes de los alumnos.

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