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En la Privada, sólo el 17% de los ordenadores se usan en el aula

Diego FranceschMartes, 21 de junio de 2011
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La introducción de los ordenadores y otros dispositivos electrónicos para la enseñanza no es una cuestión puramente económica. Sobre todo se trata de una opción pedagógica sobre la que todavía no existen resultados concluyentes. Es más, si analizamos el Informe PISA 2009 vemos que la diferencia de rendimiento entre los alumnos que usan ordenadores y los que no lo hacen es a favor de los que los tienen pero no los usan. Pero de eso no se puede extraer una relación de causa y efecto. Se trata de un mero dato estadístico. Se puede deducir de ello que los alumnos de centros con buenos equipos son mejores. Pero ese dato nada nos dice sobre si usar o no el ordenador o la PDI o cómo hacerlo, mejora o empeora el rendimiento del alumno, y si lo hace en todas o sólo en algunas materias o competencias.

Del último informe del ITE sobre la TIC en el aula se desprende, en primer lugar y de manera general, que la utilización preferente de los ordenadores en los centros educativos en 2009, de cualquier titularidad y nivel educativo, fue la destinada a la docencia o a los propios alumnos, seguida de las destinadas a tareas propias del profesorado. Asimismo, las tareas múltiples y las de tipo administrativo fueron las menos realizadas con los ordenadores en los centros educativos. Donde sí existen diferencias significativas es entre los centros que ubican los ordenadores en clase –la tendencia de Escuela 2.0 en más del 30% de los centros públicos y en el 17% de los privados– y los que se limitan a tener un aula de Informática –más de la mitad de los centros privados– a la que acuden los alumnos cada vez que hay que dar clase de esta materia o para trabajos concretos.

Por otro lado, no se observan grandes diferencias en la utilización del ordenador por tareas entre los centros privados y públicos ni entre los de diferente nivel educativo. En los tres tipos de centro es sólo la utilización preferente del ordenador para tareas propias del profesorado y tareas múltiples la que ha aumentado su porcentaje desde 2008, no así para tareas administrativas o utilización directa del alumnado.

Pero la escuela “sigue basando su modelo de enseñanza en la palabra impresa”, según la tesis del investigador Sergio Monge, de la Universidad del País Vasco. “Si la escuela permanece impasible ante los cambios que se producen en nuestra sociedad –dice este investigador– corre el riesgo de transformarse en una institución anticuada”. Por lo tanto, “no basta con esperar que la mera presencia de la tecnología vaya a producir cambios en la institución escolar, es necesario revisar sus prácticas para adaptarlas a un nuevo mundo”, añade Monge.

Algunas comunidades se han desmarcado del plan 1×1 (un ordenador por alumno) y han dado prioridad a la pizarra digital, como Cataluña, donde la consellera Irene Rigau paralizó el programa EduCAT 1×1, el programa estrella de su antecesor, implantado en casi 400 centros. A partir de septiembre, los ordenadores pasarán a ser propiedad del centro y la pizarra digital será la protagonista de un sistema en el que podrán convivir los libros de texto y los contenidos digitales.

Por lo demás, el ITE poco más dice sobre el uso y resultado de los ordenadores y, en cambio, se centra en cuestiones técnicas, como que es el Pentium IV o superior el tipo de ordenador predominante en los centros educativos, en aumento significativo desde el año 2008. Una curiosidad del informe del ITE es que excepto para realizar algún curso de cualquier materia, la utilización de internet para Educación y formación ha descendido, si bien no de manera significativa, desde el año 2008.

Pero seguimos sin saber casi nada de la influencia del ordenador sobre el aprendizaje de los alumnos. Existen estudios parciales, como el de Jon Altuna, según el cual a pesar de las posibilidades educativas de usar internet en Conocimiento del Medio hay numerosos factores que limitan la integración de esta tecnología, como el tiempo de dedicación semanal, la dotación tecnológica e informática, la accesibilidad y conexión a internet, el currículo del centro y, sobre todo, el conocimiento, la formación e implicación del profesorado. Altuna ha encontrado una tendencia a delegar la responsabilidad de integrar las TIC en la escuela en aquellos docentes a los que se considera “expertos en ordenadores”.

Otro estudio, esta vez de la Universidad de Granada, revela una de las claves de la utilización de las TIC. Según este trabajo, “a mayor variedad de recursos educativos, hemos comprobado una mayor implicación de los alumnos, además de una mayor capacidad de respuesta de los profesores”. Es decir, el uso de las TIC serviría de estímulo para profesores y alumnos.

En este caso también hay diferencias por sexo, ya que “los hombres se involucran más en este tipo de soporte educativo, mientras que las mujeres presentan mejores resultados”. En este sentido, el B-Learning (formación combinada, del inglés blended learning) sería la fórmula apropiada. Ni ordenadores solo ni libros de texto. El B-Learning es en un proceso docente semipresencial; esto significa que un curso dictado en este formato incluirá tanto clases presenciales como actividades de e-learning.

Este modelo hace uso de las ventajas de la formación 100% on line y de la formación presencial, combinándolas en un solo tipo de formación que agiliza la labor tanto del formador como del alumno.

También hay visionarios que creen que el futuro será radicalmente distinto. El coordinador de la red eMadrid, Carlos Delgado, catedrático de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III de Madrid, pronosticó en una jornada de e-learnig que “la Educación va a cambiar de forma radical en los próximos años”. “En 10 o 15 años –dijo– habrán cambiado completamente las estructuras y para este cambio las tecnologías tienen un papel muy importante, tanto desde el punto de vista de los dispositivos nuevos como del software que está apareciendo para apoyar el aprendizaje colaborativo, social y accesible”.

Mejores resultados en PISA para quienes tienen PC pero no lo usan
¿Está el empleo de nuevas tecnologías relacionado con los resultados en PISA? Para despejar la duda podemos ver la puntuación de los alumnos que emplean en el colegio tanto el ordenador como internet. Aunque se trata de preguntas diferentes vienen a coincidir en su empleo. El Gabinete de Análisis Demoscópico (GAD) lo ha rastreado en la base de datos del Informe PISA.

En primer lugar hay que tener en cuenta que los alumnos que se encuentran por debajo de su nivel hacen menor uso del ordenador. Los alumnos de 16 años que ya están en 4º de ESO hacen uso del ordenador en el colegio en el 67% de los casos. El porcentaje desciende al 59% de los que están en 3º y hasta el 53% de los que están en 2º. La observación tiene interés si tenemos en consideración que el principal factor para discernir la puntuación en PISA de los alumnos de 16 años es conocer el curso en el que se encuentran.

Para eliminar la incidencia del fracaso escolar se analizan sólo las puntuaciones de los alumnos que se encuentren en su curso idóneo, que es 4º de la ESO. El análisis no ofrece resultados concluyentes: si bien es verdad que los alumnos que emplean el ordenador en el colegio obtienen mejores puntuaciones que los que no tienen ordenadores (13 puntos en Matemáticas, 11 en Ciencias y nueve en Lectura) también es cierto que los que tienen ordenador y no lo emplean son los que mejor puntuación obtienen en las tres áreas, con diferencias a su favor de 25 puntos en Lectura.

Las chicas y los nacidos en otros países son más sensibles al empleo del ordenador en el aula, en el sentido de que sus notas oscilan mucho más en función de si emplean o no el PC. En el cuadro inferior aparece la puntuación de los alumnos de 16 años que están en 4º de la ESO en función de la disponibilidad de ordenadores.

Descarga el estudio completo del ITE

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