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El futuro de la Educación: una nueva ley frente a un sistema menos rígido

Jurado apuesta por una nueva ley, que sea fruto de un pacto por la Educación. González prefiere que sigan desarrollándose los decretos que están dando flexibilidad al sistema.
Adrián ArcosViernes, 18 de noviembre de 2011
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Beatriz Jurado, de NNGG.

En el debate electoral del pasado día 7, el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, sugería que para mejorar nuestro sistema educativo habría que recuperar la LOCE, la ley que el Gobierno de José María Aznar aprobó y que derogó el Ejecutivo socialista nada más entrar al Gobierno en 2004. Fue lo más destacable de los escasos seis minutos que dedicaron a debatir sobre Educación. MAGISTERIO ha querido acercarse al ala más joven de los dos partidos que están llamados a gobernar para que nos den su visión sobre el posible futuro que le aguarda a la Educación en nuestro país. Por parte de las Nuevas Generaciones del PP (NNGG) su presidenta, Beatriz Jurado, y por parte de Juventudes Socialistas (JSE) a su coordinador de Educación, Fidel González.

Sobre la LOCE, la presidenta de NNGG apuesta por “volver a una ley que sea fruto del acuerdo entre todos, basada en un pacto con todos los partidos políticos y los agentes educativos y que dé contenido y calidad a la Educación”. “No creo que importe el nombre de la ley, sino que lo importante es que reduzca el fracaso escolar y que no se enseñe ideología en las aulas, sino los conocimientos y los idiomas necesarios para que la Educación haga que los jóvenes del futuro tengan la formación suficiente para levantar este país”, manifestó Jurado.

Al representante de JSE, sin embargo, le parece “un paso atrás, que pretende tirar al traste los avances producidos en la Educación pública durante los últimos años”. Según González, “la LOCE conlleva que las becas no sean concedidas como un derecho, sino como una prestación, por lo que habrá estudiantes que se queden sin beca cuando se acaben las partidas de gasto”. A su juicio “la ley también plantea una libertad de elección de centro que lleva encubierto que la Concertada y la Pública compitan por el alumnado, y que sean los centros concertados quienes acaben eligiendo a sus alumnos en detrimento de los públicos”.

Jurado, por su parte, asegura que “la Educación pública no es propiedad de ninguna ideología ni de ningún partido, y en nuestro país está lo suficientemente consolidada, por lo que hay que darle la inversión suficiente para infraestructuras y calidad educativa”. Para ella, “la LOE, como heredera de la Logse, está creando un pasotismo absoluto en los niños, que pueden pasar de curso con cuatro suspensos, y lo que hace falta de verdad es esfuerzo y potenciar el mérito y la excelencia”. Considera, además, que “un 30% de fracaso significa que la LOE hace agua por todos lados”.

Desde el PSOE, González recuerda que “en nuestro país, desde la Ley del Suelo de 1998, hubo un boom inmobiliario que hizo que muchos alumnos salieran de las aulas a los 16 años porque podían empezar a trabajar y a ganar dinero”. Por eso él prefiere denominarlo “fracaso social, porque basar la economía en la burbuja inmobiliaria hizo que el fracaso escolar se disparara”. Como medidas para intentar reducirlo, él considera que ya se han puesto en marcha los decretos que tienden puentes entre la ESO, la FP, el Bachillerato y la universidad, y también el sistema de acreditación de la experiencia adquirida por vías no formales. Medidas que, a su juicio, hacen que el sistema sea menos rígido al ofrecer una segunda oportunidad a aquellos alumnos que han fallado en un determinado curso o que han decidido abandonar el sistema, y que ahora pueden volver a formase e incluso convertir esas habilidades adquiridas en un título.

Para Jurado, “es cierto que hace unos años muchos jóvenes abandonaron de forma prematura para trabajar en la construcción”, aunque ella cree que “lo que hace falta para todos aquellos jóvenes que dejaron los estudios es apostar por una FP que tenga salida en el mercado laboral”.

A por la excelencia
Además, Jurado apuesta por un Bachillerato de excelencia que “potencie las mentes privilegiadas y que les dé un marco en el que puedan desarrollarse, de igual forma que si tenemos grandes deportistas, los llevamos a centros de élite para que exploten sus capacidades, sus condiciones y nos hagan disfrutar a todos de medallas de oro, y eso se ve con absoluta normalidad”.

Fidel González, sin embargo, considera que “si ingresas a un grupo de alumnos con un nivel de rendimiento muy alto en uno de los mejores centros de Madrid, en pleno centro de la capital, con los mejores profesores y los mejores medios, lo que haces es segregar, ya que ese grupo va a tener muy buenos medios dentro de la Educación pública, que se supone que es la de todos, mientras el resto de compañeros está viendo cómo se echan a la calle a más de 3.000 interinos. Por eso, él apuesta por “programas de alto rendimiento integrados en determinados centros, que ayuden a esos alumnos con una capacidad mayor a incentivar esas expectativas y esa capacidad para mejorar y crecer, pero sin separarles del resto”.

Con todo, González subraya que “aunque estemos fallando en excelencia, el Informe PISA nos dice que los alumnos que vienen de familias con renta baja sacan mejores resultados que en otros países, por lo que tenemos un sistema que en nivel de igualdad de oportunidades y de equidad es mejor que la media”.

Jurado, sin embargo, recuerda que “lo que nos dice PISA es que estamos a la cola en Comprensión lectora, Ciencias y Matemáticas”. Por eso, ella apuesta por una reforma educativa en la que el profesor recupere su papel de autoridad, en el sentido de que promueva una convivencia normal en las aulas y motive a sus alumnos para que se esfuercen”. Para la presidenta de NNGG, “tiene que haber un compromiso de respeto a una ley que hagamos entre todos, y tiene que haber un compromiso de dotación presupuestaria para que de verdad las políticas educativas sean prioridad en un gobierno”.

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