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“El Colegio ‘Guzmán el Bueno’ es un centro de chapa, pintura y tuning”

El centro se ha especializado en alumnos con dificultades para titular en Secundaria Obligatoria, a los que ofrece atención personalizada y una metodología en la que la repetición queda descartada.
Laura del PozoJueves, 23 de febrero de 2012
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Carlos estudia 1º de Bachillerato y su objetivo es aprobar el curso que viene Selectividad para cursar alguna carrera relacionada con la economía. Hace unos años esto no lo veía posible; las lecciones no le motivaban y estaba al borde del fracaso escolar. Su madre encontró el Colegio “Guzmán el Bueno” por internet y desde que llegó está “muy contento. Aquí te cogen, te ayudan y te forman”. Su caso es similar al de sus compañeros Alejandro, José y Álvaro, ellos también estudian 1º de Bachillerato en este centro, después de pasar por varios colegios e, incluso, en el caso de José, abandonar los estudios. Ahora ven el futuro con otros ojos: Alejandro se prepara para ser bombero y Álvaro quiere ser guardia civil, José se ve estudiando un Grado Superior en Integración Social. “En otros colegios, con la nota que saques tienes que tirar para delante, aquí te tratan de ayudar y si algo no se te da bien te apoyan”, comenta.

Su éxito se debe a su trabajo, al empeño de sus profesores y la peculiar filosofía de José Luis Álvarez, director y “alma” del “Guzmán el Bueno” –como lo definen sus profesores–, quien considera que ningún caso está perdido y lo que hace falta es motivación y atención. Desde el año 2003 gestiona este centro privado, ubicado en López de Hoyos, especializado en alumnos problemáticos. “Éste es un colegio de reciclaje, chapa, pintura y tuning. Los niños nos vienen hechos/deshechos y nuestro interés, nuestra obligación, es irlos recuperando”, nos explica durante una visita a las instalaciones del centro. “El objetivo prioritario es conseguir que los chavales terminen 4º de ESO y, cuando lo tienen, les tratamos de animar para que continúen estudiando Bachillerato”.

Vocación continuista
Hace casi 10 años que a José Luis Álvarez le ofrecieron hacerse cargo del “Guzmán el Bueno”, un colegio privado de Secundaria que, el día que llegaron, contaba con 72 alumnos matriculados. “Llegamos aquí el 3 de septiembre de 2003, no se me puede olvidar. Entonces, la actual subdirectora, Esmeralda Montarelo, me dijo, “no te preocupes que esto lo llenamos”. Terminamos el curso con 430 alumnos, sin hacer publicidad ni nada”, recuerda Álvarez. Desde entonces el centro ha sufrido remodelaciones –“tuvimos que construir toda la parte administrativa, el gimnasio”– y adaptaciones, como, por ejemplo, limitar su oferta educativa al último ciclo de Secundaria y Bachillerato. “El patio es muy pequeño –explicaba su director– y eso nos planteaba un problema al tratar de juntar alumnos de 12 y 13 años con chicos mayores”. En la actualidad cuenta con gimnasio, laboratorios, salas de usos múltiples, zona administrativa, sala de profesores y aulario.

El colegio también ha visto como su fama ha crecido y cada vez más familias se ponían en contacto con ellos para que les ayudasen a reconducir a sus hijos. “La mayoría de los chavales que vienen a este colegio es porque un amigo se lo ha recomendado, o una vecina traía aquí a sus hijos. Con nosotros funciona el boca a oído”, explica Álvarez, que ve con optimismo el futuro. “El centro lo tenemos alquilado hasta el 2021, pero mi idea es que sigua por muchos años, por los padres, los alumnos y los profesores”.

Aquí no se repite
La clave del éxito de este centro, especializado en alumnos con dificultades en los estudios, se basa en una filosofía positiva, donde el suspenso no se ve como un fracaso y el estudiante es impelido a continuar trabajando para aprobar en la siguiente recuperación. “No nos gusta que repitan y procuramos que no tengan que hacerlo. Nuestro sistema implica mucha evaluación y recuperación, y si esto no funciona, al término del curso escolar tenemos un cursillo de verano intensivo, en el que trabajamos las materias más importantes. Si aprueban ese curso, no tiene que volver en septiembre”.

Otro elemento diferencial es que en este centro no se suele expulsar a los alumnos, ya que se considera que con esta medida “sólo estás creando un problema a las familias y a los chavales” comenta José Luis Álvarez. “Es cierto que el comportamiento hay que tenerlo bueno, pero no puedes olvidar que tú también has sido adolescente”, concluye. En su lugar, el “Guzmán el Bueno” opta por una “atención personalizada de verdad”, donde el trabajo y la implicación del profesorado con los alumnos y sus familias es fundamental. “No me interesan profesores con notas brillantísimas si no saben explicar y no se entienden con los alumnos”. También los tutores cobran especial protagonismo, ellos son los que están más cerca de los estudiantes, conocen sus necesidades y limitaciones, y tratan de motivarles. “Hay que hablar muchísimo con ellos, tratar de convencerles de que el profesor no es su enemigo”, asegura Esmeralda Montarelo, subdirectora del “Guzmán el Bueno” y tutora de Bachillerato. “Les das la oportunidad y, como son listos, tiran para adelante. El 90% de nuestro alumnado sólo es vago. Son adolescentes.”, concluye.

Por último, Álvarez insiste mucho en la relación con las familias, “la tercera pata del taburete educativo”, a las que informan puntualmente de la evolución de los chicos. “El colegio está encima, en cuanto ven que las cosas no están bien, hablan con nuestros padres. No es un centro donde te tratan de echar por ser malo o dar mala imagen, aquí te sacan adelante”, finaliza Álvaro, alumno de 1º de Bachillerato.

  • “Selectividad la aprueba quien la estudia”
  • ”¿Qué pasa con Selectividad? Pues que el que estudia aprueba” asegura el director del Colegio “Guzmán el Bueno”, que no habla de porcentajes y se muestra muy crítico con aquellos padres que obligan a sus hijos a presentarse al examen, “porque no pasa nada si suspenden”. “ Aquellos estudiantes a los que sus padres les dicen que se presenten a la PAU, queriendo hacer ellos un ciclo formativo, suelen suspender. Pero después, en las pruebas de acceso a los ciclos formativos, los ves triunfar”, asegura.

Para José Luis lo más importante es que los jóvenes se concentren en terminar la Secundaria Obligatoria y después se enganchen y continúen estudiando Bachillerato. “El motivo es que con el título en 4º de ESO pueden trabajar, pero no tienen más títulos ni más conocimiento, o pueden acceder a una FP de Grado Medio, pero son estudios muy limitados. Nosotros les decimos que es mejor ir a los superiores. Los potenciamos para que cursen Bachillerato y si se quieren poner a trabajar pueden hacerlo porque tenemos un turno por la tarde . Además, el profesorado suele estar muy al tanto y procura tenerlo en cuenta a la hora de examinar y evaluar”.

En cuanto al currículo, el “Guzmán el Bueno” se muestra especialmente exigente en Lengua, Matemáticas e Inglés. “Son fundamentales para su futuro”, alerta el director que, además, es el profesor de Historia. “Creo que lo demás se puede aprender después, leyendo en los libros, visitando museos, etc., incluso de mayor”.

En este sentido, el centro ofrece a sus alumnos un curso intensivo de verano, donde se trabajan especialmente estas tres materias, y que, de ser aprobado, los libera de los exámenes de septiembre. “Es mejor para el alumno y para la familia, que se ahorra un dinero en profesores particulares”, explicaba José Luis Álvarez, quien asegura que con su sistema, “los chicos progresan”.

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